‘De minimis’ a la italiana: el senado se adelanta a la UE para frenar a Shein
Italia no quiere esperar a la Unión Europea. Fratelli d’Italia, partido mayoritario en el gobierno, ha presentado una propuesta en el Senado italiano para cobrar una tasa de dos euros a todos los microenvíos de ecommerce.
Italia pierde la paciencia y se niega a esperar a 2028 ni a finales de 2026 para frenar la llegada de paquetes de menos de 150 euros, que entran a los hogares europeos sin pagar impuestos. El Gobierno de Giorgia Meloni estudia incorporar a la Ley de Presupuestos de 2026 una nueva “tasa administrativa” de dos euros por paquete, una medida que apunta inicialmente a envíos de menos de 150 euros procedentes de países extracomunitarios, pero que podría ampliarse a todas las expediciones de bajo valor, incluidas las nacionales.
La medida, en forma de enmienda a los presupuestos, ha sido presentada en el Senado por Fratelli d’Italia con la firma del senador Matteo Gelmetti y se incorpora al texto base de los presupuestos, que se encuentra en fase de debate político y técnico. En su redacción actual, el recargo se justifica como una cuota destinada a cubrir los costes administrativos de los trámites aduaneros y afectaría de lleno al modelo de plataformas como Temu o Shein, cuyo negocio se apoya precisamente en el elevado volumen de microenvíos.
Italia, Bruselas y el sector coinciden en el diagnóstico: 2028 es demasiado tarde para la supresión del de minimis.
La propuesta se enfrenta a un límite jurídico de fondo: Italia no puede introducir unilateralmente nuevos aranceles selectivos, puesto que la política aduanera es competencia exclusiva de Bruselas. Por ello, el Ejecutivo valora transformar la medida en un recargo universal para todos los paquetes de bajo valor, incluidos los que circulan dentro del país. La medida supondría un posible sobrecoste específico para las entregas gestionadas por plataformas de ecommerce, lo que ampliaría el impacto a marketplaces como Amazon o eBay.
Una extensión así aumentaría el potencial recaudatorio, pero también la sensibilidad política de la medida, admiten fuentes gubernamentales, pero al menos el ejecutivo italiano respondería al clamor interno en el país que denuncia la desventaja competitiva de las empresas europeas frente a las asiáticas.
El avance del proyecto llega tras meses de presión por parte del sector. Tanto la Camera Nazionale della Moda Italiana (Cnmi) como Confindustria Moda han denunciado que la avalancha de microenvíos de bajo coste erosiona la competitividad del made in Italy.
La política aduanera es competencia de Bruselas, por lo que el ejecutivo italiano valora extender el recargo a todos los paquetes de bajo valor
El ministro de Empresas, Adolfo Urso, ha reiterado que “los aranceles también para los productos por debajo de 150 euros deben entrar en vigor ahora, no en 2028”, insistiendo en que la respuesta debe ser inmediata.
Europa pisa el acelerador: supresión del de minimis en 2026
El movimiento italiano introduce más presión a la agenda europea. La Comisión prepara un avance clave en la retirada del de minimis, el régimen que exime del pago de cuotas aduaneras a los paquetes de menos de 150 euros que entran en la Unión Europea. A propuesta del comisario de Comercio, Maros Sefcovic, está sobre la mesa suprimir la exención en el primer trimestre de 2026, dos años antes de lo previsto.
El objetivo: blindar la competitividad de las empresas europeas ante los 4.600 millones de microenvíos que entran anualmente a la UE provenientes del exterior, en su mayoría desde China. Bruselas admite que está recibiendo una presión creciente del tejido empresarial europeo para frenar el aluvión de paquetes que alimenta el crecimiento meteórico de Shein y Temu.
En este contexto, el recargo italiano no es sólo una medida fiscal, sino un instrumento estratégico para responder a la presión competitiva internacional y alinearse con el giro regulatorio europeo. Aunque el texto definitivo aún debe ser negociado, su aprobación marcaría un hito en la redefinición del marco competitivo del ecommerce de moda en Europa y en los intentos del país por proteger el valor añadido de sus cadenas de suministro.