Koopey Club, la marca que quiere ponerle camisa a la generación Z
La ‘start up’ nació el pasado mes de marzo en el ámbito digital, con la ambición de reivindicar la elegancia frente al ‘boom’ del ‘streetwear. Sin embargo, no descarta a medio plazo abrir tanto tiendas físicas como corners.
Koopey Club ha irrumpido en el mercado con una propuesta clara: recuperar la elegancia entre los más jóvenes. Fundada por Marcos Mollá y con sede en Valencia, la start up ha apostado por un enfoque diferencial en la estética, alejada del boom del streetwear. En menos de dos meses, ha logrado captar la atención de más de 17.000 potenciales clientes y cerrar unos 800 pedidos sin invertir en publicidad.
Graduado en Administración y Dirección de Empresas, Mollá ha estado vinculado al entorno digital y al comercio online desde 2018. “Partíamos desde cero, teníamos muy pocos seguidores y nadie conocía Koopey como marca”, dice Mollá. La empresa ha surgido como una reacción al dominio del streetwear entre el público joven. “Todo surgió de la idea de crear una marca que devolviera esa elegancia que creemos que se ha ido perdiendo a lo largo de los años, sobre todo entre la generación Z”, explica.
La empresa inició su actividad con una inversión inicial de 35.000 euros provenientes únicamente de los ahorros del propio fundador sin ningún tipo de financiación externa. La marca nació el pasado 25 de marzo, tras un periodo de captación de leads. En la fase previa, el equipo apostó por campañas de comunicación, presencia en redes sociales y carteles urbanos en Valencia. Antes del lanzamiento, la web llegó a captar 17.000 registros. En la primera hora, la marca registró unos 300 pedidos, con la camiseta Swing Style agotada en veinte minutos.
Koopey nació con una inversión de 35.000, los ahorros del fundador, y con el objetivo de reivindicar la elegencia
La estrategia de márketing fue cien por cien orgánica. Koopey centró sus esfuerzos en redes sociales, donde uno de sus vídeos alcanzó los cuatro millones de visualizaciones. La campaña, sin inversión publicitaria, logró entre cinco y diez millones de impresiones. “No es solamente vender, es recuperar el gusto por vestirse bien y hacer que la gente vuelva a disfrutar de la elegancia. Queremos que Koopey no sea sólo una marca, sino un estilo de vida”, defiende el fundador de la empresa.
Junto a Marcos Mollá, el diseño de las prendas de Koopey ha corrido a cargo de Pilar Jaraquemada, que trabajó durante más de doce años en el diseño de calzado en Scalpers, mientras que Sara Hospitaler lidera la dirección creativa. Desde su lanzamiento, Koopey ha tenido que enfrentarse a múltiples desafíos operativos. “Han sido semanas de apagar fuegos”, explica Marcos Mollá.
Entre los principales problemas, el fundador señala errores logísticos, retrasos en el packaging y etiquetas mal colocadas. Mollá reconoce que el proyecto ha exigido mucho esfuerzo personal y emocional: “Al principio estuve bastante agobiado porque había destinado todos mis ahorros al proyecto. Además, hubo momentos difíciles por críticas que infravaloraban la marca o insinuaban que estaba financiado por mis padres”.
Koopey ha presentado su candidatura a Lanzadera, la aceleradora de empresas impulsada por Juan Roig (propietario de Mercadona), y contempla a medio plazo abrir tiendas físicas o corners en grandes almacenes. “Me gustaría tener una sede con un gran equipo y clientes fieles, ser referentes en España”, señala.