Carmina Shoemaker, paso firme: tiendas en Luxemburgo, Londres y Tokio y nuevo centro logístico
La firma mallorquina de calzado artesanal construye una nueva nave logística que entrará en funcionamiento a finales de 2026, con la que se dispone a dar respuesta al crecimiento anual de sus ventas, de entre el 9% y el 11%.
La histórica Carmina Shoemaker retoma la senda de crecimiento después del bache de la pandemia. Tras encadenar tres años de crecimiento en sus ventas, de entre el 9% y el 11% de media, la firma mallorquina de zapatos de fabricación española artesanal da un paso al frente y anuncia tres aperturas internacionales para los próximos meses: Luxemburgo en agosto, Londres en septiembre y Tokio en octubre.
Fundada en 1866, Carmina Shoemaker es una de las decanas del sector del calzado en España. La empresa, fundada por Matías Pujadas en Inca (Mallorca) y controlada por la familia Albaladejo, está especializada en calzado masculino y femenino, posicionada en el segmento alto.
La empresa balear ya está presente en París, en Nueva York y en San Francisco. El estadounidense es, de hecho, su mayor mercado, tanto en la modalidad online como con sus tres tiendas propias. Los próximos mercados a los que se dirige son el alemán y el suizo. “Estamos haciendo prospección de mercado en Zúrich y en Múnich”, desvela el director comercial de Carmina Shoemaker, Sandro Albaladejo, uno de los hermanos que actualmente están a cargo de la empresa, en una entrevista con Modaes.
Por otra parte, Albaladejo explica que la compañía se encuentra en pleno proceso de construcción de una nave logística justo detrás de su fábrica, desde donde abastecerá comandas para los 120 países en los que operan, contando la modalidad online.
Todavía está en fase constructiva, y la previsión es que entre en funcionamiento a finales de 2026. La nave se pone en marcha para dar salida al crecimiento de la compañía.
Carmina Shoemaker facturó en 2024 alrededor de veinte millones de euros, un 10% más que el año anterior. Hasta 2023, el canal online suponía el 50% de las ventas. Ahora, se ha reducido hasta el 30% y el 35% para dejar espacio a la venta física.
Carmina Shoemaker tiene Estados Unidos como mercado mayoritario, tanto online como en el canal físico
La expansión por el mercado español no es la prioridad de la firma que, sin embargo, sí que está tanteando el terreno en Bilbao, donde ya estuvo en el pasado. “En el país ya estamos algo topados. Estamos en Palma, nuestro origen, en Paseo de Gràcia en Barcelona y en Claudio Coello de Madrid, la que mejor funciona. A parte de Bilbao, y quizá alguna tienda como Sevilla, no tenemos mucho más recorrido aquí”, sostiene. Carmina Shoemaker también está presente en centros de El Corte Inglés como el de Serrano y la Castellana, en Madrid, y el de plaza Catalunya, en Barcelona.
La compañía, que financiará su plan de crecimiento combinando fondos propios y deuda, cuenta con una plantilla de aproximadamente doscientas personas, la mayoría de las cuales trabajan en la fabricación de los zapatos, montados y cosidos a mano de su fábrica de Mallorca, desde donde realizan toda la producción y el diseño. Producen una media de 60.000 pares al año y su precio parte desde los 470 euros hasta y puede llegar a superar los mil euros.
La compañía mallorquina produce una media de 60.000 pares de zapatos al año, con precios desde los 470 euros hasta superar los mil euros
Albaladejo defiende que los zapatos de Carmina Shoemaker “no son caros”, porque funcionan por más de diez años. “Si divides lo que te cuesta entre los años que te ha durado, es un zapato barato”, afirma. Los zapatos pueden desmontarse y volver a reconstruirse con el servicio de reciclaje, que reconstruye aproximadamente 5.000 pares de zapatos al año. La piel que utiliza para confeccionar sus zapatos viene de curtidurías históricas como las francesas Tanneries d’Annonay y Tanneries du Puy, propiedad de Hermès, entre otras.
Carmina Shoemaker continúa siendo una compañía de capital 100% familiar, repartido entre los hermanos Albaladejo. “Tenemos invitaciones todos los meses para entrar a nuestro capital, pero de momento no lo aceptamos. Queremos gestionarla nosotros durante todo el tiempo que podamos”, concluye Albaladejo.