Cosmética

Avon prosigue con su plan de reestructuración y abandona el mercado irlandés

Modaes

9 abr 2013 - 11:28

Avon continúa con su plan de reestructuración. La compañía, que en diciembre de 2012 anunció que despediría a 1.500 empleados y abandonaría mercados no rentables, pone en marcha las primeras medidas. El grupo de cosmética ha explicado que, como parte de ese plan, recortará 400 empleos y abandonará el mercado irlandés.

 

En los 400 despidos, Avon incluye a empleados de todas las regiones y funciones. Además del recorte de plantilla, la compañía también ha iniciado en 2013 un proceso de reorganización por el que abandonará mercados pequeños y no rentables, sobre todo, ubicados en Europa, Oriente Medio y África. En este sentido, el grupo ha confirmado que el primer país en el que dejará de operar en 2013 será Irlanda. Corea del Sur y Vietnam son otros de los mercados de los que Avon quiere salir, según confirmó la empresa en 2012.

 

Avon prevé que los recortes, que se completarán a finales de año, supongan un ahorro de entre 45 millones de dólares (34,60 millones de euros) y 50 millones de dólares (38,45 millones de euros). Hasta 2016, la compañía tiene previsto conseguir un ahorro de costes de 400 millones de dólares (307,61 millones de euros).

 

Estos cambios se suman a otros que la compañía llevó a cabo en 2012. El más importante, la sustitución de Andrea Jung como presidenta de la compañía. La directiva, encargada de liderar a la empresa en su expansión internacional, fue relevada el pasado enero por Sheri McCoy, nombrada consejera delegada en abril de 2012.

 

Avon decidió separar los cargos de presidente y consejero delegado en diciembre de 2011, tras tomar la decisión de apartar a Jung de la gestión de la compañía y sólo mantenerla como asesora senior. Su nuevo contrato con Avon tiene una vigencia de dos años, hasta abril de 2014.

 

Jung fue apartada de su cargo de consejera delegada tras varias decisiones que han llevado a Avon a una posición poco favorable, que van desde poner en marcha reestructuraciones que no resultaron hasta caídas de la rentabilidad, pasando por una investigación para determinar si empleados de Avon infringieron leyes estadounidenses de soborno para poder entrar en nuevos mercados.