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José Maurício D’lsep (Vicunha): “Tenemos que ser una empresa global con mentalidad nacional”

El director financiero del grupo analiza cómo la empresa brasileña busca consolidarse como una multinacional. 

María Bertero

25 ene 2018 - 00:00

José Maurício D’lsep (Vicunha): “Tenemos que ser una empresa global con mentalidad nacional”

 

 

José Maurício D’lsep es el director financiero de Vicunha, uno de los mayores productores de denim del mundo. La empresa brasileña se encuentra en la etapa final de un plan de transformación que ha incluido una fuerte apuesta por la internacionalización y distintos cambios estructurales en su negocio. 

 

Pregunta: ¿Cómo ha cambiado la industria textil brasileña en los últimos diez años?

Respuesta: A pesar de tener un mercado interno muy amplio, las empresas brasileñas comenzaron a mirar hacia fuera. Las crisis económicas, pero también las internas, te llevan a replantear tus negocios. Nosotros tuvimos que vender activos que no eran parte de nuestro core bussines, como viscosa o poliéster. Entonces nos enfocamos sólo en índigo y gabardina, pensando en la internacionalización de la empresa.  

 

P.: ¿Cuáles fueron los retos para afrontar la internacionalización?

R.: Los mercados de Latinoamérica son muy diversos, el consumo cambia de ciudad a ciudad. Lo más importante es tener siempre una cabeza comercial. Queremos estar cerca de nuestros clientes, cuando colocamos una distribución es porque ahí están nuestros clientes para trabajar codo a codo. Nuestros gerentes en Perú son peruanos, lo mismo pasa en Colombia y en México. No somos una empresa colonizadora, sino que adaptamos culturas diferentes, en la última década tuvimos que aprender a ser una multinacional.

 

P.: ¿Evalúan llevar la producción a otros países?

R.: Hemos estudiado oportunidades en África, especialmente Etiopía que ahora tiene un acuerdo con Estados Unidos y Europa, estuvimos viendo fábricas, pero no reunían las condiciones para generar una joint venture. Hay dos mercados en los que podríamos abrir plantas: Colombia y México. Nuestro mercado es Latinoamérica, queremos consolidar toda la región. Europa, Asia, son alternativos.

 

 

 

 

P.: ¿No les asusta entrar en países con una tradición textil tan fuerte como México y Colombia?

R.: No. México produce íntegramente para Estados Unidos y los mexicanos necesitan tejido para hacer sus jeans. Nuestro interés es el mercado latinoamericano, no vamos a competir con México para abarcar Estados Unidos. En cuanto a Colombia, con los nuevos acuerdos comerciales que tiene Brasil con el país nos van a beneficiar, sobre todo en cuestiones de antidumping.

 

P.: Brasil siempre fue el gran mercado al que las empresas no se atrevieron a entrar. Con las nuevas medidas del Mercosur, ¿puede cambiar el escenario?

R.: Va a depender mucho de los resultados electorales de Brasil, Colombia e incluso México. Cuando los gobiernos son de derecha se tiende más a la apertura comercial, pero el mundo no está cambiando para una globalización, sino para ser una empresa global con cabeza local, esa es nuestra estrategia. La producción tiene que estar cerca de los clientes.

 

P.: ¿Brasil puede competir por precios?

R.: Las empresas chinas son del Gobierno, si quieren tener cero margen lo pueden hacer. Pero una compañía como Vicunha, no porque hay que financiar toda la cadena. De todos modos, China no es una competencia para nosotros, nos tenemos que empezar a preocupar cuando en Asia se produzca tejidos buenos.

 

 

 

 

P.: ¿Entonces con quién compite la industria brasileña del textil?

R.: En Brasil, con los productores locales. Lo mismo sucede en otros países de Latinoamérica, que competimos directamente con Fabricato o Coltejer. Lo que nos diferencia de otros gigantes fuera de Latinoamérica es que brindamos servicios y esa tiene que ser la mentalidad de todos. Cuando un mayorista compra en China tiene que pagar en efectivo, nosotros otorgamos noventa días de plazo para pagar.

 

P.: Con economías tan inestables en Latinoamérica, ¿se pueden crear alianzas entre gigantes como Vicunha con Fabricato?

R.: No es imposible, pero la cultura es muy distinta. Los accionistas de Fabricato son empresarios financieros, mientras que en Vicunha son del textil. Comprar una empresa y adaptarla a nuestra cultura empresarial es demasiado arriesgado.

 

P.: En un mercado como el denim, ¿se puede tender al monopolio?

R.: Nosotros somos los mayores productores de denim del mundo, sin embargo, tenemos solamente el 3% de la producción mundial. El mercado está muy fragmentado entre gigantes y pequeñas y medianas empresas.

 

 

 

 

P.: Muchos fabricantes están adaptando modelos de producción sustentables, ¿qué acciones están llevando a cabo?

R.: Estamos cambiando casi trescientas máquinas de tejeduría de nuestra fábrica de Brasil para incorporar máquinas más anchas para que la tela sea mejor aprovechada por los confeccionistas y se generen menos residuos. 

 

P.: ¿La industria brasileña está obsoleta? ¿Falta capacitación?

R.: Tenemos una cultura de formar a nuestros empleados, la mano de obra en Brasil es muy buena, los salarios son de 300 dólares mensuales, casi lo mismo que en Colombia y otros hubs productivos de la región. Hay muchas empresas muy innovadoras en Brasil, cuyos procesos son imitados en otros países del mundo, incluso en economías desarrolladas.

 

P.: ¿Qué valor agregado tiene la industria textil brasileña?

R.: Pase lo que pase, Brasil siempre va a ser un gran productor textil. Somos 207 millones de habitantes a los que tenemos que seguir abasteciendo y capacitando. El valor radica en fabricar productos diferenciados y responder de manera rápida a la demanda y los cambios sociales y económicos del entorno. Hay que ser flexibles para responder a las demandas de la moda.

 

P.: ¿Latinoamérica seguirá manteniendo los procesos de producción rápidos?

R.: Claro que sí. Si la tendencia es el aprovisionamiento en cercanía, todos los que vendan moda rápida van a necesitar un fabricante y confeccionista cerca de la red de tiendas.