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El Mapa de la Moda 2017 (III): los ‘diamantes’ del lujo internacional

El lujo internacional se ha tambaleado a lo largo de 2016. En un año marcado por los atentados terroristas en Europa y la caída del comercio, muchas compañías han emprendido procesos de reestructuración y han virado su estrategia.

Martí Ventura

17 may 2017 - 04:44

Por sexto año consecutivo, Modaes.es se adentra en la serie El Mapa de la Moda. A lo largo de once semanas, El Mapa de la Moda realizará un recorrido por los principales operadores del mundo del negocio de la moda.

 

Patrocinado por Kendu, empresa especializada en el desarrollo de soluciones para retail, El Mapa de la Moda es un documento que Modaes.es elabora anualmente con el objetivo de convertirse en una guía para conocer cuáles son y cómo trabajan los principales actores del negocio.

 

Segmentado por sectores, El Mapa de la Moda es un documento de consulta para los empresarios, directivos y profesionales del negocio de la moda y de sus sectores auxiliares.

 

Cada capítulo figurará en Modaes.es como un artículo de análisis, para más tarde pasar a formar parte de un Dossier de consulta disponible en Modaes.es. 

 

El Mapa de la Moda 2017 (III): los ‘diamantes’ del lujo internacional

 

El lujo internacional se ha tambaleado a lo largo de 2016. En un año marcado por los atentados terroristas en Europa y la caída del comercio, muchas compañías han emprendido procesos de reestructuración y han virado su estrategia.

 

Ha sido un año con pocos movimientos en la lista, aunque el crecimiento de las ventas de Burberry ha hecho que avance una posición a Prada y se coloque en el puesto número once del lujo mundial.

 

A la cabeza de la lista se mantuvieron los tres grandes conglomerados: LVMH, Kering y Richemont, aunque este último, fuertemente afectado por la caída de las ventas de relojería, se vio obligado a poner en marcha un plan de reestructuración y recomponer toda su cúpula directiva.

 

La única empresa española, Puig, defiende su posición en el ránking, aunque a cierta distancia de Armani. Ambas son, junto con Chanel, las únicas empresas del ránking que no cotizan en bolsa.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Durante 2016, LVMH ha seguido apoyándose en las operaciones corporativas para mantener su liderazgo en el segmento del lujo. El grupo liderado por Bernard Arnault ha querido simplificar su estructura con la adquisición de la firma Christian Dior por 13.000 millones de euros. Hasta el momento, LVMH controlaba solamente la división de fragancias y cosmética de la firma y ahora pasa también a desarrollar su línea de ropa y complementos. Por otro lado, la compañía también ha reorganizado su cartera de marcas con la venta de Donna Karan, que pasó a manos del grupo G-III en diciembre, y la compra de Rimowa.

 

Por otro lado, el grupo francés ha apostado también por el ecommerce para crecer, con acciones como la puesta en marcha de la plataforma de venta online de Le Bon Marché o el lanzamiento de su propia web de venta con marcas como Louis Vuitton, Céline o Loewe. La compañía ha potenciado también su línea de bebidas espirituosas con la tienda virtual Clos19. Al mismo tiempo, la innovación y el desarrollo de tecnología también ha sido uno de los focos del gigante francés. Por ello, LVMH creó los premios LVMH Innovation Awards, que tuvieron lugar en junio de este año en la feria Viva Technology.

 

El conjunto de estas operaciones ha vuelto a colocar a LVMH como líder del ránking del lujo mundial. La compañía registró 37.600 millones de euros de facturación en 2016, cifra que representó un aumento del 5%, frente al crecimiento del 16% del año anterior. En cuanto al beneficio del grupo, LVMH aumentó sus ganancias un 9%, hasta 7.026 millones de euros.

 

A lo largo del ejercicio pasado, las marcas de la compañía siguieron apostando por España. Céline abrió el año pasado su primera tienda en España, Loewe subió la persiana de su mayor establecimiento del mundo en Madrid y Kenzo instaló en Paseo de Gracia un nuevo punto de venta. A cierre de 2016, la red de distribución del grupo francés del lujo se extendía a 3.948 establecimientos. 

 

 

 

Origen y estructura

 

Nacido en 1987 fruto de la fusión de Moët Hennessy y Louis Vuitton, LVMH es el mayor conglomerado de lujo del mundo. En la década de los noventa y de la mano de Bernard Arnault, LVMH encabezó el lucrativo matrimonio entre históricas casas de lujo (la mayoría controladas por la familia hasta entonces) y el capital y la gestión profesionalizada que impulsó el crecimiento exponencial de firmas como Louis Vuitton.

 

Hoy, la compañía capitaneada por Bernard Arnault controla setenta marcas en siete sectores, pero sus inicios se reducen a dos actividades que hoy siguen en el centro de su negocio: el vino y los productos de piel.

 

Louis Vuiton puso en marcha su negocio en 1854, especializado en la fabricación de maletas y artículos de viaje. Pronto se hizo un hueco en la industria de la moda, creando las cajas y embalajes para los modistos de la época. Tras varias generaciones, en 1977 Henry Racamier tomó las riendas de la empresa y, en diez años, Louis Vuitton pasó de facturar veinte millones de euros a superar los 1.000 millones de euros, introdujo nuevas líneas de producto, expandió su desarrollo fuera de Europa hasta convertir Asia en su principal mercado y comenzó a investir en otras firmas de lujo.

 

En 1987 se fusionó con Moët Hennessy, encabezada por Alain Chevalier, en una operación valorada en cerca de 4.000 millones de euros. Tras varias disputas legales entre Racamier y Chevalier sobre la dirección del nuevo conglomerado, Racamier invitó a un joven Bernard Arnault (que ya controlaba Christian Dior, propiedad de Moët Hennessy) a entrar en el capital de la compañía. Con el apoyo del banco de inversión Lazard Frère y la cervecera Guines, Arnault comenzó a hacerse con más parte del pastel.

 

Ya bajo las riendas de Arnault, LVMH comenzó una agresiva política de adquisiciones, incluyendo firmas como Céline y Loewe, la cadena de perfumería Sephora y el grupo de travel retail DFS. Sólo una compañía escapó a la imparable carrera de conquistas de Arnault: Gucci, que terminó pasando a manos de Kering (entonces Pinault Printemps Redoute), que hoy ocupa el tercer puesto del ránking.

 

 

 

 

Evolución 2016

 

La cúpula de Kering se ha tambaleado en el último año. El grupo francés ha reorganizado su cartera de directivos con el fichaje de Cédric Chabrit como nuevo consejero delegado de Balenciaga y Daphné Cousineau, ex Céline y Valentino, al frente de la firma en Europa. Por otro lado, Christopher Kane también ha estrenado nuevo consejero delegado con Nikolas Talonpoika, hasta el momento director de medios y márketing. Al mismo tiempo, el ex consejero delegado de Hugo Boss, Claus-Diestrich Lars, se puso al frente de Bottega Veneta.

 

Más allá de estos fichajes, 2016 también ha sido un año en que muchos directivos han abandonado el grupo francés. Tres meses después de la entrada de Cédric Chabrit, la ex consejera delegada de Balenciaga, Isabelle Guichot, abandonó el hólding del lujo. Al mismo tiempo, Andy Rogers, responsable de la segunda línea de Alexander McQueen, también dejó la compañía después de tres años en el cargo.

 

Por otro lado, Kering seguirá impulsando su crecimiento en 2017 y, para este año, la empresa mantendrá su estrategia de distribución centrada en la consolidación de su red de tiendas y ha apuntado que su red de retail será más selectiva. A cierre de 2016, la red de distribución del grupo era de quinientos establecimientos.

 

Kering disparó su beneficio en 2016. El grupo francés de lujo impulsó su beneficio neto un 16,9%, hasta 813,5 millones de euros. Las ventas de la compañía ascendieron un 6,6% y alcanzaron los 12.384,9 millones de euros.

 

La división de lujo continúa aportando el grueso de las ventas de Kering, copando el 68,4% sobre el total. En 2016, el negocio de Gucci, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent y otras marcas de lujo de la compañía incrementó un 7,7% su facturación, hasta 8.469,4 millones de euros.

 

 

 

Origen y estructura

 

Los orígenes de Kering están lejos del glamour de la industria del lujo. Sin embargo, a través de operaciones corporativas y con Gucci como buque insignia, el grupo ha logrado colarse en el podio del sector, con algunas de las marcas de lujo con mayores tasas de crecimiento en su cartera.

 

La compañía nació en 1963 de la mano de François Pinault, especializada entonces en materiales de construcción. En 1991, el entonces Grupo Pinault entró en el sector del retail con la compra de Conforama y, un año después, se hizo también con los grandes almacenes franceses Au Printemps, que controlaba el 54% de La Redoute y Finaref. 

 

El movimiento más importante de la compañía y su salto definitivo al sector del lujo vino con la compra de Gucci en 1999, dirigida por el tándem Domenico de Sole y Tom Ford. Gucci estaba en su máximo apogeo, y llevaba ya dos años en el foco de los inversores. En 1999, LVMH comenzó a hacerse poco a poco con participaciones en la compañía, hasta que terminó controlando el 34,4%. Para frenar su avance, De Sole y Ford se aliaron con Pinault a espaldas de LVMH.

 

En una primera reunión, Pinault sugirió su interés por hacerse también con Sanofi Beauté, propietario de Yves Saint Laurent. En la mañana del 19 de marzo, un teletipo de Reuters difundió la noticia: Pinault había firmado un acuerdo con Gucci y, de paso, se había hecho también con el control de Yves Saint Laurent, dando forma al primer grupo que podía rivalizar con LVMH.

 

 En 2007, el grupo, llamado entonces PPR, entró en el negocio de la moda deportiva con la compra de Puma y, más tarde, engrosaría su cartera en el sector con la compra de Electric o Volcom. Sin embargo, en los últimos años Kering ha reducido su participación en esta división, deshaciéndose de Electric y tanteando la venta de Puma. En 2015, la compañía (que cambió su nombre a Kering en 2013) se deshizo también de Sergio Rossi, que pasó a manos del fondo Investindustrial.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Richemont reorganizó su cúpula el año pasado. En noviembre de 2016, Richard Lepeu anunció que abandonaba su cargo como consejero delegado después de casi dos décadas en la compañía. Tras su salida, el grupo decidió eliminar el cargo.

 

Las marcas del hólding también han cambiado a sus máximos responsables. Nicolas Baretzki entró en Montblanc como nuevo consejero delegado, así como hizo Chabi Nouri en Piaget. Dunhill siguió con el baile de directivos con la entrada de Andrew Mag como el tercer responsable de la compañía en apenas tres años.

 

Por otro lado, Richemont puso en marcha un plan de reducción de costes que incluía el recorte del salario de su primer ejecutivo, que pasó de 14,7 millones de euros anuales a 9,7 millones. Además, la compañía también redimensionó su plantilla, con 250 despidos principalmente en el área de relojería.

 

Siguiendo con su reestructuración, las operaciones corporativas también han tenido lugar en el último ejercicio de Richemont. La empresa ha completado la venta de la firma de lujo china Shanghai Tang al emprendedor italiano Alessandro Bastagli. Por otro lado, el grupo suizo ha adquirido un 5% del capital de Dufry, una compañía de retail especializada en aeropuertos, ante las expectativas de que el tráfico turístico se incremente en los próximos años.

 

En el ejercicio cerrado el 31 de marzo de 2017, el conglomerado suizo registró un beneficio neto de 1.210 millones de euros, un 46% menos que el año anterior. Descontando los ingresos de 639 millones de euros en 2015 como resultado de la fusión de Net-a-Porter y Yoox, las ganancias de Richemont se encogieron un 24%. Por su parte, la cifra de negocio del grupo registró un descenso del 4%, hasta 10.647 millones de euros.

 

El grupo cerró el ejercicio 2016 con 28 tiendas propias, hasta dejar su red de distribución en 1.117 establecimientos. Durante el año, Richemont abrió un flagship store de Cartier en Nueva York y reabrió otro en Ginza (Japón).

 

 

 

 

Origen y estructura

 

Richemont nació en 1988, cuando la familia Rupert decidió escindir el negocio internacional del grupo Rembrandt, la empresa familiar. Fundado en la década de los cuarenta por Anton Rupert, Rembrandt estaba especializado en la producción de tabaco en Sudáfrica, aunque también tenía participaciones en minerías de diamantes en el país y en Cartier Monde y Alfred Dunhill (que, a su vez, controlaba Montblanc y Chloé).

 

No fue hasta 1993 cuando el grupo decidió dividir su negocio de lujo y el de tabaco y comenzar a gestionarlos de manera independiente, un proceso que conllevó la fusión de Dunhill y Cartier. La compañía resultante, de la que Richemont controlaba el 70%, recibió el nombre de Vendome e incluía, además de Cartier y Alfred Dunhill, las marcas Karl Lagerfeld, Baume&Mercier y Piaget.

 

Argumentando que las firmas de lujo necesitan libertad para operar con planificación a largo plazo, Richemont se hizo con el 30% restante de Vendome a finales de los noventa y la sacó del parqué. Desde entonces, el grupo ha continuado con su política de adquisiciones con la compra de compañías como Azzedine Alaïa en 2007 o Net-a-Porter en 2010.

 

Aunque los diamantes siguen copando el grueso de su negocio, Richemont protagonizó en 2015 una de las mayores operaciones del sector del ecommerce, con la fusión de Net-a-Porter Group y Yoox.

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Desarrollo internacional y diversificación han vuelto a ser dos de los ejes de la expansión de Chow Tai Fook. La compañía abrió su primer punto de venta en Estados Unidos en noviembre del año pasado. En el mismo periodo, el grupo puso en marcha Chow Tai Fook T MARK, una nueva marca especializada en diamantes.

 

La compañía, originaria de Hong Kong, mantiene en 2016 su posición en el ránking. Chow Tai Fook cerró el último ejercicio con una facturación de 56.591 millones de dólares de Hong Kong (6.632,4 millones de euros), un 12% menos que en el año anterior.

 

En el ejercicio cerrado a 31 de marzo de 2016, el grupo chino tenía 2.319 puntos de ventas. De estos, 2.179 se encontraban en China, 126 en Hong Kong y otros mercados y catorce correspondían a la segunda marca del grupo, Hearts On Fire.

 

 

 

Origen y estructura

 

Aunque casi desconocida en Occidente, Chow Tai Fook es uno de los mayores grupos de lujo del mundo, con una facturación que excede la de compañías como Rolex o Tiffany. El grupo ha centrado gran parte de su expansión en Asia, especialmente en China continental, que copa la gran mayoría de la red de tiendas. 

 

Su modelo de negocio es vertical; pasa por la adquisición de la materia prima, el diseño, la producción, el márketing y las ventas. Siguiendo la estrategia de otros líderes del sector en Occidente, en 2013 el grupo impulsó su negocio a través de adquisiciones con la compra de la cadena de joyería estadounidense Hearts On Fire, que permitió al grupo dar sus primeros pasos fuera de Asia.

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Ralph Lauren comenzó su reestructuración en 2016. La reorganización de la compañía estadounidense prevé el despido del 10% de su plantilla, afectando a personal de tiendas, sede central e incluso a directivos. Dentro del nuevo plan también está previsto el cierre de los establecimientos no rentables, como los flagships de Hong Kong y la tienda de Polo en Nueva York.

 

Por otro lado, a principios de 2017 el consejero delegado de la compañía, Stefan Larsson, abandonó la empresa y le sustituyó Jane Nielsen, directora financiera del grupo. Finalmente, Ralph Lauren fichó a Patrice Louvet, un ex de Procter&Gamble como nuevo presidente y consejero delegado.

 

El grupo cerró 2016 con una facturación de 6.652,9 millones de dólares (6.074,2 millones de euros), un 10% menos que el año anterior. La compañía concluyó el último ejercicio con números rojos de 99,3 millones de dólares (90,6 millones de euros), frente al beneficio de 396,4 millones de dólares (361,9 millones de euros) de 2015.

 

Ralph Lauren finalizó el ejercicio con 493 tiendas propias, de las cuales 144 son de la cadena Ralph Lauren, 77 de Club Monaco y 272 de Polo. En el último año fiscal, la compañía levantó la persiana de 27 nuevos establecimientos propios y 47 locales franquiciados.

 

 

 

Origen y estructura

 

La historia de la compañía es el perfecto storytelling del sueño americano. Nacido en el Bronx neoyorkino, Ralph Lifhitz (Lauren desde 1955) comenzó su carrera como dependiente de Brooks Brothers. A finales de la década de los sesenta, tentó el negocio con una primera línea de corbatas hasta que, en 1968, puso en marcha su propia empresa con el apoyo de su hermano Jerry y de Normal Hilton, un fabricante textil de Manhattan. En 1972, incorporó a Peter Strom para gestionar el negocio, mientras que Lauren se mantuvo al frente de la dirección creativa.

 

Pronto, el grupo diversificó con el desarrollo de una línea femenina y, más tarde, con el lanzamiento de líneas de hogar y marcas de moda de todas las gamas de precio. Desde entonces, el grupo ha estampado su nombre en una gran variedad de productos, desde hoteles hasta pintura para el hogar.

 

En 2015, después de medio siglo al frente de la compañía, Lauren abandonó el timón de la empresa y cedió el cargo de consejero delegado a Stefan Larsson, hasta entonces presidente de Old Navy (propiedad de Gap).

 

 


 

 

Evolución 2016

 

A lo largo de 2016, Chanel ha remodelado su red comercial. El grupo francés abrió su primera tienda dedicada al calzado en Hawái, al mismo tiempo que restauró otros dos establecimientos en la isla estadounidense y en Nueva Jersey.

 

Por otro lado, la compañía ha querido asegurar su aprovisionamiento a base de adquisiciones, verticalizando su producción. Chanel entró en el capital de Moulinages de Riotord, Textiles Henri Lacroix, Hugo Tag Ennoblissement y Denis & Fils, todas ellas especializadas en seda y ubicadas en el área de Lyon, en Francia. Además, Chanel adquirió la empresa de encajes Sophie Hallette y la curtiduría Richard.

 

Al mismo tiempo, el presidente y copropietario de la compañía de lujo, el magnate Alain Wertheimer, tomó la dirección de la empresa tras la marcha de su consejera delegada, Maureen Chiquet. Además, la compañía presentó su colección crucero en el Paseo del Prado de La Habana, siendo la primera vez que desfilaba en el país.

 

Según la última información disponible, el hólding familiar con sede en Holanda que controla la maison francesa, que no está obligada a presentar resultados, cerró 2015 con una facturación de 5.600 millones de euros, frente a los 4.980 millones de euros del año anterior.

 

 

 

Origen y estructura

 

La compañía dio sus primeros pasos en 1910 cuando Gabrielle Chanel puso en marcha una pequeña tienda de sombreros en París, con el nombre de Chanel Modes. Tres años después, Chanel subió la persiana de un segundo establecimiento en Deauville (Francia) y amplíó su negocio con la introducción de una línea de moda femenina. En 1921, después de haberse hecho ya un nombre entre la alta sociedad francesa de la época, la firma lanzó su primer perfume, Chanel Nº5, que continúa siendo clave en el negocio de la compañía.

 

Durante las dos siguientes décadas, el grupo continuó diversificando y expandiendo su negocio, hasta que, en 1945, estalló la II Guerra Mundial y Chanel se vio obligada a cerrar la mayor parte de sus tiendas.

 

En 1954 y después de que Christian Dior le hubiera arrebatado el trono en el negocio de la moda francesa, Chanel regresa bajo los focos con el lanzamiento de un nuevo icono, el bolso 2.55 y, poco después, de los zapatos bicolor. En 1981, un joven Karl Lagerfeld tomó las riendas de la dirección creativa de la compañía.

 

Chanel opera con su marca homónima y con Eres, especializada en ropa íntima y de baño. En los últimos años, la compañía se ha hecho con varios talleres artesanales como Massaro (especializado en calzado), Goosens (orfebrería), Maison Lemarié (especializado en el tratamiento de plumas y flores) o Maison Lesage (bordadores).

 

Chanel está hoy controlada por los hermanos Alain y Gerard Wertheimer, nietos de Pierre Wertheimer, con quien Chanel se alió para introducirse en el negocio de la perfumería.

 


 

 

 

Evolución 2016

 

Hermès continuó con su estrategia de inversiones el año pasado. El grupo francés entró en el capital de la compañía de calzado Pierre Hardy en julio del año pasado. La empresa diseña el calzado de Hermès desde 1990 y las líneas de joyería desde 2001.

 

Este año, además, Hermès anunció que aumentaría el número de talleres especializados en la confección de modelos como el Birkin o el Kelly y que reforzaría su plantilla con 250 nuevos empleados. El objetivo del grupo es aumentar un 8% la producción de marroquinería.

 

La compañía cerró el ejercicio 2016 con un resultado neto de 1.100 millones de euros, un 13% más que el año anterior. El margen operativo de la empresa se situó en el 32,6% de las ventas, su máximo histórico.

 

En cuanto a su cifra de negocio, la compañía francesa facturó 5.202 millones de euros en el pasado ejercicio, un 7,5% más con respecto al volumen de ventas de 2015. Por otro lado, Hermès ha renovado su red de tiendas. La compañía amplió las tiendas de Liat Towers y Takashimaya, en Singapur, y abrió nuevas tiendas en China. Además, la empresa renovó y amplió sus establecimientos en Hawái y Filadelfia.  

 

 

 

Origen y estructura

 

Sin un creativo estrella ni grandes innovaciones en su oferta, Hermès se ha mantenido imbatible ante los altibajos del negocio de lujo. La compañía nació en 1837 en París de la mano de Thierry Hermès, que comenzó su andadura realizando artículos de piel para la equitación. No fue hasta ya entrado el siglo XX cuando la compañía se introdujo en el negocio de los bolsos, que le sirvió para hacerse un hueco en el mercado estadounidense.

 

Poco después, la empresa desarrolló también su primera colección de moda femenina. En la década de los cincuenta, Grace Kelly popularizó uno de los modelos de la firma, que desde entonces llevaría su nombre, y llevó Hermès al gran público. Años más tarde, la empresa repetiría el mismo golpe de efecto con la cantante francesa Jane Birkin, para la que diseñó un bolso que hoy es uno de los emblemas de la compañía.

 

Bajo la dirección de Jean-Louis Dumas, Hermès ha impulsado su expansión internacional, aunque a un ritmo mucho menor que el de otras compañías del sector, con en torno a cinco aperturas por año.

 

En 2010, Hermès y LVMH se enfrentaron en una de las mayores guerras del sector desde que el conglomerado de Bernard Arnault y Kering lucharan por hacerse con Gucci. En octubre de ese año, LVMH comenzó poco a poco a hacerse con el control de Hermès, haciéndose primero con el 17,1% de la compañía. Unos meses después, el grupo subió su participación al 20,1%, después al 21,4% y, más tarde, al 22,28%, con el 16% de los derechos de voto.

 

Para contener el avance de LVMH, la familia Dumas creó el conglomerado H51 para agrupar todas las participaciones de la familia, que ascendían al 50,2% del capital.

 

En 2014, los dos grupos firmaron una tregua, por la que LVMH accedía a renunciar a la mayor parte de su participación en Hermès y a no adquirir más acciones de la empresa durante los siguientes cinco años.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Michael Kors buscó crecer a base de adquisiciones durante 2016 y principios de 2017. La compañía pujó por Kate Spade, que finalmente fue adquirida por Coach, y actualmente se encuentra tanteando la compra de Jimmy Choo.

 

Por otro lado, el conglomerado francés LVMH tanteó la compra de Michael Kors en noviembre de 2016. La cantidad que ofreció el grupo fue de alrededor de 10.000 millones de dólares (9.130 millones de euros).

 

Michael Kors registró una facturación de 4.712 millones de dólares (4.302 millones de euros). La compañía finalizó 2016 con 944 puntos de venta, entre tiendas propias, franquicias y licencias. A lo largo del año, la empresa abrió 128 nuevos establecimientos.

 

 

 

Origen y estructura

 

Fundada por Michael Kors e impulsada por Silas Chouw y Lawrence Stroll, Michael Kors ha encabezado el fenómeno de los bolsos de lujo accesible, que la ha convertido en una de las mayores empresas del sector. La empresa nació en 1981, cuando un joven Michael Kors, que acababa de abandonar el Fashion Institute of Technology, puso en marcha su primera colección de moda femenina.

 

Aunque la marca pronto ganó popularidad en Estados Unidos y las ventas comenzaron a crecer a ritmos galopantes, en 1993 el grupo solicitó el equivalente estadounidense al concurso de acreedores después de Compagnia Internatzionale Abbigliamento, el grupo italiano con el que se había aliado tres años antes para el desarrollo de su segunda línea, rompiera el acuerdo, dejando a la empresa con una gran cantidad de deudas.

 

En 1995, el grupo renació de sus cenizas y volvió a lanzar Kors Michael Kors de la mano de Onward Kashiyama, que se encargaba de la producción y la distribución. Dos años después, Kors fue nombrado director creativo de LVMH y, poco después, el conglomerado francés entró en el capital de Michael Kors y se hizo con un tercio de la compañía, mientras que Michael Kors y John Orchulli, consejero delegado, conservaron los otros dos tercios.

 

Pero fue bajo el paraguas de Silas Chou y Lawrence Stroll que Michael Kors dio el salto definitivo y se convirtió en un gigante. Los dos empresarios, que ya habían invertido con éxito en Tommy Hilfiger, tomaron el control de Michael Kors por cien millones de dólares.

 

En 2012, Sportswear (la sociedad propiedad de Stroll y Chou) sacó la compañía a bolsa y el valor del grupo se disparó. Michael Kors pasó de ser una empresa que, en 2007, facturaba 211 millones de dólares a alcanzar unos ingresos de 803 millones de dólares en 2011. En 2014, cuando las ventas de la compañía ya comenzaban a perder impulso, Sporstwear vendió su participación en la empresa.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Coach se marcó un objetivo a lo largo del año pasado: convertirse en un conglomerado del lujo en Estados Unidos. Por ello, la compañía amplió su cartera de empresas con una de las mayores adquisiciones del año. En mayo de 2017, Coach compró la estadounidense Kate Spade por 2.400 millones de dólares (2.191 millones de euros). Además, ofreció 1.000 millones de dólares (913 millones de euros) por Jimmy Choo, que sigue buscando comprador. Por otro lado, la compañía estudió la posibilidad de fusionarse con Burberry, que finalmente rechazó la oferta del grupo.

 

Por otro lado, Coach está inmersa en un plan de reestructuración y optimización de su red de tiendas, y ha llevado a cabo cambios en su cúpula directiva con el nombramiento de nuevos responsables para Asia y Norteamérica. La compañía también fichó a Joshua Schulman a principios de 2017 como nuevo consejero delegado y presidente de su marca homónima.

 

El grupo estadounidense mostró signos de recuperación en 2015. La compañía cerró el año fiscal con un aumento del 7,2% de su cifra de negocio, hasta 4.491,8 millones de dólares (4.101,1 millones de euros). El beneficio neto de Coach creció un 14,4%, hasta situarse en 460,5 millones de dólares (420,4 millones de euros), frente a los 402,5 millones de dólares (367,5 millones de euros) en 2014, cuando desplomó su resultado un 48%.

 

La compañía cerró el año con 432 establecimientos. Entre 2015 y 2016 la compañía cerró treinta tiendas.

 

 

 

 

Origen y estructura

 

Coach es, junto a Michael Kors o Longchamp, una de las compañías que han encabezado el fenómeno del lujo accesible en las últimas décadas. La empresa  nació en 1961 de la mano de Miles y Lilian Cahn, entonces especializados en la producción de carteras y otros artículos de pequeña marroquinería. Aunque en un principio Miles temía que la competencia europea dejara poco espacio para una nueva firma de bolsos, Lilian insistió en que la compañía debía introducirse en esa categoría para expandir su negocio.

 

En su pequeña fábrica en Nueva York, el matrimonio comenzó a desarrollar un bolso ligero y flexible, elaborado con el mismo material con que se realizaban los guantes de béisbol.

 

En la década de los ochenta, los bolsos ya eran el principal negocio de Coach, que facturaba en torno a veinte millones de dólares (18 millones de euros). Cinco años después, los Cahn vendieron la empresa a Sara Lee Corporation por treinta millones de euros. Tras el cambio de manos, Coach lanzó nuevas líneas de negocio, como la perfumería y la joyería y expandió su red de tiendas por todo el mundo.

 

En 2000, el grupo sacó Coach a bolsa. En 2015, la compañía se hizo con el control de Stuart Weitzman por 574 millones de dólares (524 millones de euros).

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Tiffany ha renovado su cúpula a lo largo de 2016. La compañía fichó a Mark Erceg, un ex P&G, como nuevo director financiero y vicepresidente de la misma en septiembre. Por otro lado, la empresa se ha aliado con Net-a-Porter para expandir su negocio online, ampliando su red comercial a 170 países. Al mismo tiempo, Tiffany vendió a Coty la licencia de desarrollo, producción y distribución de sus fragancias.

 

Este año, la empresa perdió a su consejero delegado, Frederic Cumenal, y fue sustituido de manera temporal por Michael Kowalski. Kowalski era el presidente no ejecutivo del consejo de administración y fue consejero delegado de Tiffany de 1999 a 2015.

 

La compañía de joyería frenó su crecimiento en 2016. Tiffany disminuyó un 2,5% su facturación el año pasado, hasta 4.002 millones de dólares (3.653,9 millones de euros). El beneficio neto de la empresa también evolucionó a la baja, con una caída del 3,8%, hasta 446 millones de dólares (407,2 millones de euros).

 

El resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 677 millones de dólares (618 millones de euros) en 2016, sufriendo así un retroceso del 4,7% con respecto al año anterior. La cifra de negocio de Tiffany se contrajo en todas las regiones del mundo, excepto Japón.

 

A lo largo de 2016, Tiffany abrió cinco establecimientos, cerró cinco tiendas y relocalizó cinco más. A cierre de año, la compañía contaba con 313 puntos de venta: 125 en América, 85 en Asia-Pacífico, 55 en Japón, 43 en Europa y cinco en Emiratos Árabes.

 

 

 

Origen y estructura

 

La compañía inició su andadura en 1837. En aquel año, su fundador Charles Lewis Tiffany abrió un establecimiento en Nueva York y pronto cobró protagonismo con acciones mediáticas en la época como la compra de uno de los diamantes más grande del mundo o las joyas de la corona real francesa.

 

En 1845 el grupo lanzó su primer catálogo, conocido como Blue Box (caja azul) que fue el germen del color azul que hoy es marca registrada de la casa. El despegue definitivo de la firma vino con la venta de anillos de compromiso. De hecho, cuando la firma interpuso una demanda a Costco por el uso de la palabra Tiffany para anillos de pedida, el grupo de grandes almacenes argumentó que Tiffany podía considerase ya un genérico para las sortijas estilo solitario.

 

Desde entonces, la actividad de Tiffany continúa siendo principalmente la joyería, aunque también opera en relojería, perfumería u óptica, entre otros segmentos. Con el relevo generacional comenzó la expansión internacional del grupo, que hoy genera el grueso de su cifra de negocio en el mercado asiático.

 

A diferencia de otras firmas de joyería, el grupo ha centrado siempre su desarrollo en el canal monomarca. La única excepción hasta la fecha ha sido una alianza con Net-a-Porter, con el que el grupo amplió su red comercial a 170 países y regiones, mientras que a través de su propia plataforma de ecommece alcanza sólo trece mercados.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

La cúpula de Burberry se ha tambaleado en el último año. La compañía británica nombró en julio a Marco Gobbetti, ex consejero delegado de Céline, como nuevo consejero delegado del grupo. Christopher Bailey, quien ocupaba en aquel momento el cargo, pasó a ser presidente y a volver a coger las riendas de la dirección creativa de la firma.

 

El cambio se produjo poco tiempo después de que John Smith, máximo responsable de operaciones del grupo, abandonara su posición en el grupo. Por otro lado, la compañía perdió al histórico presidente de su consejo a mediados de este año. John Peace abandonó su puesto tras quince años en el cargo, siendo sustituido provisionalmente por Jeremy Darroch, actual consejero delegado de Sky.

 

Por otro lado, Burberry ha recuperado el control en China. La empresa compró el 15% de su negocio en China que todavía no controlaba a Sparkle Roll Holding Limited por 54 millones de libras (63 millones de euros).

 

Además, en el pasado año, Burberry unificó sus tres líneas y se sumó al formato de see now buy now al vender sus colecciones en el mismo momento de ser presentadas sobre la pasarela, un movimiento que ya han comenzado a seguir otras compañías del sector.

 

El grupo cerró 2016 con una facturación de 2.766 millones de libras (3.259,2 millones de euros), un 10% más que el año anterior. Por otra parte, Burberry acabó su ejercicio con una reducción de su beneficio del 7,3%, hasta 286,8 millones de libras (337,9 millones de euros).

 

A 31 de marzo de 2017, la compañía operaba con 209 tiendas propias y 48 franquicias en todo el mundo, seis y catorce menos que a cierre del ejercicio anterior, respectivamente. Además, la empresa contaba con un total de sesenta outlets y 200 concesiones en grandes almacenes. 

 

 

 

Origen y estructura

 

Alrededor de una gabardina y un estampado de cuadros, Burberry ha creado un negocio multimillonario que le ha situado entre los gigantes del sector del lujo. Los inicios de la compañía, sin embargo, fueron más pragmáticos que lujosos.

 

Thomas Burberry, un vendedor de tejidos, se inspiró en los impermeables que llevaban los pastores de Hampshire, en Reino Unido, para desarrollar un nuevo tejido transpirable e impermeable.

 

El tejido, ligero y resistente, resultó ideal para los militares, y se hizo muy popular durante la I Guerra Mundial. Burberry adaptó la prenda para el campo de batalla, añadiéndole compartimentos para guardar las armas y otros utensilios, y la gabardina terminó por tomar prestado el nombre de las trincheras donde los militares pasaban horas agazapados.

 

Con los años, el grupo se introdujo también en moda femenina y desarrolló una línea de gama más alta, Burberry Prorsum. Durante la segunda mitad del siglo XXI, el grupo desarrolló más líneas de producto, se introdujo en nuevos mercados y tomó el control de su negocio en España y Asia.

 

En la última década, bajo la dirección de Angela Ahrendts, la compañía encabezó el salto del lujo a la era digital, liderando iniciativas como la retransmisión en directo de los desfiles a través de redes sociales. En 2013, Ahrendts dejó Burberry para incorporarse al gigante tecnológico Apple.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Prada siguió sin remontar en 2016, aunque reorientó su estrategia para impulsar su crecimiento. La empresa italiana se ha basado en el canal online y pop-up stores para expandirse, con la apertura de las primeras tiendas efímeras en Japón.

 

La empresa rediseñó sus tiendas con un nuevo concepto, igual que hizo con su marca Miu Miu. Además, Prada echó el cierre en 2016 a varios de sus outlets, como el de Foxtown (Suiza) o Porta Venezia (Milán).

 

Para volver a la senda del crecimiento, la compañía italiana ha reforzado también su cúpula directiva. Prada anunció en mayo del pasado año una renovación de sus máximos directivos, sin concretar qué cambios se producirían. Sin embargo, el primero de ellos fue la sustitución de Donatello Galli por Alessandra Cozzani en la dirección financiera.

 

Estos cambios vienen impulsados por los malos resultados de la empresa en los últimos años. Prada cerró el último ejercicio con una caída del 15,9% de su beneficio, hasta 278,3 millones de euros. El grupo obtuvo unas ventas de 3.139,3 millones de euros, que supusieron una caída del 10,4% respecto a la facturación del último año.

 

Por canales, la compañía aumentó un 13% su facturación a través de la Red, donde opera en plataformas como Yoox Net-a-Porter o MyTheresa.com. Las ventas de ecommerce de Prada fueron de 504 millones de euros en 2016, que supusieron un 16% de la cifra de negocio total del grupo. Por otro lado, la italiana facturó 2.635 millones de euros en su red de retail.

 

En 2016, Prada llevó a cabo dos aperturas netas y alcanzó los 620 establecimientos. El grupo cerró dos establecimientos en Europa y cuatro en el continente americano. Además, puso en marcha ocho establecimientos en el mercado asiático.

 

 

 

Origen y estructura

 

Miuccia Prada y Patrizio Bertelli han protagonizado una de las alianzas más exitosas de la industria de la moda. Bajo su dirección, Prada pasó de ser un pequeño negocio familiar a convertirse en uno de los mayores grupos del sector del lujo. Aunque en los últimos años, la empresa ha perdido la conexión con las nuevas generaciones y sus resultados han sufrido su desmesurada expansión en retail, Prada mantiene su puesto en el top ten del sector.

 

En 1978, Miuccia Prada se hizo cargo, casi a su pesar, del negocio familiar, un establecimiento de objetos de lujo fundado por su abuelo Mario en 1913. Tras sólo un año en el cargo, la joven heredera, estudiante de Ciencias Políticas, pensaba ya en abandonar, cuando se cruzó en su camino Patrizio Bertelli, un fabricante de artículos de cuero de la Toscana que aportó a la compañía su visión empresarial.

 

En sólo seis años, Prada pasó de facturar 22 millones de euros a superar los 660
millones en 1996. Rebosante de liquidez después de que Bertelli vendiera a Bernard Arnault sus acciones en Gucci, Prada comenzó a construir su propio conglomerado, con la entrada en el capital de Helmut Lang, Church’s y Jil Sander. Sin embargo, con la llegada del siglo XXI Prada comenzó a ahogarse en sus deudas.

 

En 2001, la compañía preparó su salida a bolsa, interrumpida abruptamente por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. Tras otros dos intentos fallidos, la compañía terminó dando el salto al parqué en Hong Kong en 2011. La salida a bolsa dio un nuevo impulso a la compañía, que vivió unos años boyantes antes de volver a contraer sus resultados. En 2014, la compañía redujo su cifra de negocio por primera vez en cinco años, lastrada por el descenso de las ventas de su firma homónima.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Hugo Boss reordenó su negocio en 2016. La compañía alemana, inmersa en un plan de reestructuración, contrajo su beneficio un 39% en 2016 y registró una caída de las ventas del 4%. Con todo, la empresa prevé que los primeros resultados de su plan de reestructuración comiencen a verse en este ejercicio y que las ventas retomen la senda del crecimiento el próximo año.

 

En su apuesta por la omnicanalidad, Hugo Boss se alió con Uber para el lanzamiento de Boss on Demand, un servicio que permite a los clientes desplazarse en Uber hasta una de las tiendas de la firma alemana para recibir un servicio de personal shopper. Una vez realizadas las compras, Uber también se encarga de la entrega a través de UberRush.

 

Este cambio de rumbo está siendo capitaneado por Mark Langer, quien tomó las riendas de la compañía en mayo del año pasado tras la renuncia de Claus-Dietrich Lahrs por las malas previsiones de la compañía.

 

El resultado neto de Hugo Boss se situó en 193,6 millones de euros, frente a los 319,4 millones de euros del año anterior. La compañía registró una cifra de negocio de 2.692,8 millones de euros, frente a los 2.808,7 millones de euros de 2015.

 

La empresa cerró 2016 con 442 establecimientos. A lo largo del ejercicio, Hugo Boss abrió dos tiendas en Asia-Pacífico, dos en América y ocho en Europa.

 

 

 

Origen y estructura

 

Hugo Boss continúa siendo la única firma alemana que logra pasar el corte y colarse entre las quince mayores empresas de lujo del sector.

 

Los primeros pasos del creador de la marca, Hugo Ferdinand Boss, se remontan a 1924 durante el Tercer Reich alemán cuando abrió un taller de costura que operó hasta poco después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. La empresa estuvo a punto de quebrar en 1931 a raíz de la Gran Depresión, pero logró sobrevivir después de que su fundador se alistase al partido nazi, momento a partir del cual el taller empezó a fabricar los uniformes del ejército.

 

Tras la guerra, la firma siguió produciendo uniformes para los militares franceses y la Cruz Roja. Fue a partir de los años cincuenta cuando la marca empezó a producir trajes para hombre, el producto que haría crecer a la compañía. En los años setenta se formalizó Boss como marca y se convirtió en grupo empresarial en 1985. Desde entonces la empresa ha tenido una notable actividad en el patrocinio de eventos mediáticos y ha diversificado sus líneas introduciéndose en calzado, óptica o relojes.

 

Las finanzas del grupo están mostrando pérdida de músculo en los últimos tiempos. En 2015, Permira se deshizo de sus acciones en la empresa alemana después de entrar en 2007 y a principios del año pasado la compañía perdió a su consejero delegado, Claus-Dietrich Lahrs, ante las previsiones de una caída a doble dígito de su beneficio.

 

 

 

 

 

Evolución 2016

 

Armani aseguró el futuro de su imperio en 2016. El diseñador y empresario italiano puso en marcha en julio una fundación para salvaguardar el futuro de su compañía y asegurar su sucesión. Para liderar la nueva sociedad, Armani sumó a Pantaleo Dell’Orco, uno de sus ejecutivos de confianza, y a Irving Bellotti, directivo de Rothschild, al proyecto para conducir la institución junto a él. El diseñador, que no tiene descendencia, ocupa un cargo vitalicio en la fundación.

 

En vistas a simplificar su estructura, la compañía italiana entró en un marco de reestructuración de su negocio, que concentró su oferta bajo los paraguas de tres únicas marcas: Giorgio Armani, Emporio Armani y Armani Exchange. El cambio, que significa poner fin a las enseñas Armani Collezioni y Armani Jeans, se producirá a partir de 2018. Al mismo tiempo, Armani anunció despidos que afectarían al 60% de la plantilla de su fábrica en Italia.

 

El grupo italiano obtuvo malos resultados durante el ejercicio pasado. Las ventas de la empresa italiana cayeron un cinco por ciento en 2016 y fueron de alrededor de 2.517 millones de euros. La caída de la facturación de Armani marca un punto de inflexión tras las alzas de los anteriores años. En 2015 las ventas alcanzaron los 2.650 millones de euros, un 4,5% más que el periodo precedente. Armani opera con una red de más de 2.700 establecimientos en setenta países.

 

 

 

Origen y estructura

 

Con cuatro décadas de historia, Armani es una de las compañías más jóvenes del ránking, pero se ha ganado un hueco entre las principales empresas italianas de moda y uno de los mayores operadores de lujo del mundo. La historia de la empresa camina en paralelo a la de su fundador, Giorgio Armani, que continúa al frente del grupo.

 

Tras aprender el oficio con Nino Cerruti, el diseñador puso en marcha su propia firma en 1975 con una inversión inicial de 10.000 euros que obtuvo de la venta de su coche. Mientras él se encargaba de la dirección creativa, su marido, Sergio Galeotti, se colocó al frente de la gestión.

 

Pronto, el grupo vio el potencial del mercado estadounidense, y clavó su bandera en el país tan sólo cuatro años después de su fundación. Su salto a la popularidad llegó en la década de los ochenta, Armani se convirtió en una de las primeras compañías de moda en aprovechar no sólo el tirón de las alfombras rojas, sino también de las películas, y en recurrir al product placement para promocionar la marca.

 

La compañía ha construido un imperio a partir del nombre del diseñador, entrando en negocios tan variados como la hostelería, la repostería o la floristería. En los últimos años, el grupo ha impulsado su marca A/X Armani Exchange como respuesta al avance del fast fashion, reforzando el producto para atraer a los consumidores más jóvenes.

 

Tras el abrupto fallecimiento de Galeotti en 1985, Armani se vio obligado a tomar las riendas de la compañía, y hoy continúa al frente del grupo. Tras varios años encadenando subidas a doble dígito, el grupo estancó su crecimiento en 2015 por la desaceleraci&oacu