Entorno

El ‘boom’ del denim impacta en la industria y acelera un negocio de 55.000 millones de dólares

S. Riera

11 abr 2016 - 04:46

 

De James Dean o Marlon Brando a Barak Obama o Mark Zuckerberg. Los vaqueros han ido sobreviviendo con comodidad a modas y tendencias en las últimas décadas, hasta convertirse en una pieza básica del fondo de armario. Pero, de repente, el denim salta a primera plana: celebridades como Alexa Chung o Rita Ora se enfundan en denim de cabeza a los pies. Los escaparates de primavera se vuelcan en él y las celebridades inundan Instagram con looks completos. ¿Por qué ahora es el turno del denim?

 

El precio del algodón, que en 2011 alcanzó subidas históricas, se encuentra en la actualidad oscilando en mínimos. La caída generalizada de los valores de las materias primas, y en especial el petróleo, ha impactado sobre todo en el precio del poliéster, la fibra más utilizada por la industria de la moda. Los bajos valores en los que se mueve esta fibra sintética han arrastrado consigo a los del algodón, cuyo comercio internacional se resentía del parón de las compras chinas, el principal consumidor mundial, y de unas reservas globales excesivamente abultadas.

 

El denim toma los escaparates e impulsa un negocio de 55.000 millones de dólares (48.820 millones de euros). En 2011, el alza de los precios del algodón incrementó la producción de prendas de poliéster, poliamida, viscosa y acrílico; pero, en la actualidad, la caída de sus precios no es suficiente para explicar el boom que vive el denim. Las tendencias de moda marcan ahora el paso, encumbran a este básico perenne del fondo de armario y dinamizan a la industria.

 

 

Zara ha dedicado al denim un look book completo de temporada y H&M comercializa en su web 75 modelos diferentes de jeans. El lujo de YSL, Moschino o Gucci tampoco escapa de esta tendencia. El mercado del jean mantiene el pulso y el vigor de la juventud. Se prevé que el negocio global de los vaqueros alcance en 2021 los 59.000 millones de dólares (52.375 millones de euros), según un estudio de Cotton Inc.

 

Se espera que los mercados emergentes en Latinoamérica y Asia tiren del aumento del consumo de estas prendas. No obstante, el negocio en los mercado maduros se mantiene en firme, ya que en países como Estados Unidos es la generación de los millennial, de entre 18 y 34 años, la principal consumidora de jeans.

 

 

Razones de la moda actual

“No es una cuestión de precios”, afirma con rotundidad Juan Parés, consejero delegado de Textil Santanderina, especializada en la producción de denim. “El nuevo interés de la moda por las prendas vaqueras es una cuestión puramente de tendencias de consumo”, asegura el empresario, que sostiene que los precios de la tela vaquera han aumentado por las nuevas mezclas que se están realizando en el tejido con viscosa Tencel, que ha elevado su valor un 30% en el último año. “El algodón, al final, se utiliza en multitud de prendas y sólo son las de denim las que están despuntado”, señala.

 

“El boom del denim es un tema rotundo de tendencia estética”, coincide Marta Belmonte, especializada en análisis de tendencias y consejera delegado de la consultora Entropía. Según la experta, este tipo de prendas vuelven a la cresta de ola porque enlazan con dos macrotendencias más profundas: el claro retorno a los noventa y la estética norm code, que huye del cambio veloz de la moda y se asienta sobre colores, formas y texturas neutras.

 

El ‘boom’ del denim de esta temporada no tiene su origen en los bajos precios del algodón, su fibra base, sino de las tendencias estéticas del momento

 

“Detectar las tendencias estéticas es muy difícil porque hay muchísimas y porque se lanzan constantemente a la espera de que cuajen”, señala Belmonte. “Y para que este tipo de tenencias se asisten en el mercado es necesario que estén conectadas con el contexto, porque sin vínculos con las demás, no funcionan”, apunta. Según la experta, los paneles de tendencias muestran el imaginario de los institutos de los noventa y colocan al denim en su eje central.

“A diferencia del regreso de los ochenta, que se hizo de manera paulatina, el de los noventa viene hecho un batiburrillo en el que vale todo lo de la década a la vez, incluida toda la estética grunge”, asegura.

 

 

Experimentación en denim

“En este momento hay una gran cantidad de influencias de índigo obligan a fijarnos en el denim”, apunta la responsable de moda femenina de la agencia de tendencias Trendstop, Sarah Coates, quien asevera que las nuevas experimentaciones que están desarrollando las marcas con los tejedores dan como resultado prendas elásticas y sostenibles, “muy apetecibles” para el mercado.

 

Entrando más en profundidad en la tendencia, Coates añade que el regreso del denim entronca también con la macrotendencia del casual athleisure (athletics + leisure), con bloques monocromos y tejidos elásticos; composiciones coordinadas; cortes limpios y siluetas supersized, que difuminan los límites de género. Coats señala que, en versiones más sofisticadas, las prendas toman inspiraciones étnicas y de trotamundos.

 

Según la experta en tendencias, las nuevas experimentaciones entre marcas y tejedores continuarán dominando la industria en el largo plazo y asegura que llegarán a los comercios muchos más desarrollos con tintes ecológicos y composiciones más naturales.