¿A quién afectan los aranceles? La guerra comercial alienta el caos en el ‘sourcing’ de moda
Los aranceles impuestos por Donald Trump afectan a todos aquellos productos fabricados en China, aunque se exporten a Estados Unidos desde otras geografías. La moda busca otros orígenes, como Camboya, para esquivar las barreras.


5 feb 2025 - 05:00
La moda dibuja escenarios para esquivar el impacto de la guerra comercial que ha desatado el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque los aranceles a los productos llegados de México y Canadá se han puesto en pausa, los aplicados a China, la gran fábrica global de moda, siguen activos y, de hecho, el gigante asiático ya ha contraatacado, desatando el miedo a una crisis mundial del comercio. La moda, un mercado globalizado como pocos y con una alta dependencia de China en términos de producción, busca planes A, B y C en un escenario de barreras comerciales al alza.
Tres de cada diez euros de ropa que se exportan al mundo tiene China como origen. Según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), China cerró 2023 copando el 31,6% del comercio mundial de ropa, con un total de 165.000 millones de dólares. Bangladesh es el segundo origen (con un 7,4% del total) y Vietnam (6%), el tercero.
El aumento de los costes de producción y la crisis en el aprovisionamiento derivada de la pandemia del Covid-19 han hecho que China pierda su corona como origen favorito. También ha jugado en contra de China la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur (Uflpa) introducida por Estados Unidos, que ha hecho que las empresas estadounidenses o aquellas que venden en el país reduzcan su aprovisionamiento.
China hace tiempo que dejó de ser el origen favorito, pero continúa siendo el rey de la moda
Aunque ha perdido peso en las exportaciones mundiales de moda y en 2023 rompió con la tendencia al alza de las ventas internacionales de prendas, China continúa siendo el rey de la producción de moda, de manera que un cambio que en el status quo de las relaciones comerciales tiene un gran impacto en la industria de la moda.
La decisión de Trump de imponer aranceles a los productos importados procedentes de China no afecta únicamente a las empresas estadounidenses que fabrican en el país, sino a todo aquel que quiera llevar al mercado artículos que tienen China como origen. Es decir, aunque las prendas viajen a Europa antes de ser exportadas a Estados Unidos, se verán afectadas igualmente por los aranceles.
En un momento en que la moda mira en masa a Estados Unidos como gran esperanza de crecimiento (con grupos europeos como Inditex, H&M o Mango con grandes planes de desarrollo en marcha), el made in China penaliza y el sector comienza a redibujar su mapa de aprovisionamiento.
El ‘made in China’ penaliza y el sector comienza a redibujar su mapa de aprovisionamiento
Hace ya meses que los grandes grupos han puesto sobre la mesa planes de contingencia para prepararse si Trump cumplía sus amenazas al llegar a la Casa Blanca. De hecho, fuentes del sector explican que los compradores de Inditex tienen desde hace un año la directriz de reducir las compras a China, aunque “aún no lo han conseguido totalmente porque no hay una opción que aguante los márgenes”. La directriz de Inditex no perseguía únicamente blindarse ante subidas arancelarias, sino reducir la dependencia de otros destinos como Turquía (donde los sueldos volverán a subir un 30% este enero) o Bangladesh.
El sector analiza, de momento, dónde desplazar la confección, a sabiendas de que ese no es el gran reto del sector. Aunque la última fase del proceso, el ensamblado, se mueva a otros orígenes, todavía quedará por resolver de dónde se obtiene la materia prima. “Puedes mover una máquina de coser, pero el expertisse de la materia prima tarda años en trasladarse”, señala un experto.
Bangladesh sería el origen natural al que la moda debería desviar su mirada para reducir la dependencia de China, pero no está siendo así. La inestabilidad política del país ha hecho que en los escenarios dibujados por Inditex o Mango la opción favorita para redistribuir la producción es Camboya, siempre de la mano de fabricantes chinos que están ganando líneas de producción en el país.
Camboya, Vietnam, India y norte de África se perfilan como las alternativas a China
Tras Camboya, los planes de contingencias de los gigantes de la moda sitúan a Vietnam o India, si bien la situación política del primero genera recelos (Vietnam es uno de los cinco países comunistas y unipartidistas que quedan en el mundo) y el segundo carece de capacidad para fabricar productos como prenda exterior o tricot. Vietnam tiene falta también de materia prima, pero un interproveedor con presencia en el país explica que ya existen confeccionistas de origen chino que están abriendo plantas de tejeduría en el país.
La tercera opción planteada en los documentos es el norte de África, con Marruecos y Egipto a la cabeza. Expertos en sourcing señalan, sin embargo, que se trata de una “falacia”, pues son territorios que carecen de materia prima y no tienen suficiente capacidad de confección.