
3Catorze, orgullo de ‘botiguer’ en el corazón de Cataluña
La empresa de moda masculina nació en 2015 de la mano de Marc Roselló y Nuria Meda, quienes juntos comenzaron a emprender el viaje de esta empresa familiar situada en Tárrega, un municipio ubicado en el interior de Lleida.


Hablar con Marc Roselló, cofundador de la tienda de moda masculina 3Catorze, es hablar del orgullo del botiguer (tendero en catalán). “Mi pareja es tercera generación de una gente que trabajó muchísimo”, explica Roselló, que se incorporó al negocio familiar de su esposa, Núria Meda, de forma progresiva en la década de los 2000. El negocio familiar estaba entonces regentado por Antoni Meda Vilalta, padre de Núria e hijo de la fundadora, Alba Vilalta, que en los años cuarenta inició una actividad empresarial propia de posguerra.
Vilalta recorría los cerca de 110 kilómetros desde Tàrrega, la segunda mayor ciudad de la provincia de Lleida, a las zonas textiles de los alrededores de Barcelona para comprar medias con tara que vendía en su pequeña ciudad (entonces tenía unos 6.000 habitantes) fundamentalmente a mujeres venidas de la inmigración andaluza de esos años. En los bajos de su casa despachaba desde un mostrador improvisado, en los gérmenes de lo que más tarde se convertiría en Confecciones Alba, todavía hoy una institución en la ciudad.
Antoni empezó a trabajar desde los doce años (“como se hacía entonces”) y en los años noventa creó una segunda tienda (hoy llamada El Vint). Su hija, ingeniera industrial, y Roselló, entonces jefe de compras de una multinacional de productos de la construcción, se decantaron por seguir en el negocio familiar en los 2000, cuando también crearon por su cuenta 3Catorze, especializada hoy en moda masculina.
Roselló señala que al canal multimarca le ha faltado profesionalización
Roselló dice que en más de 75 años el grupo familiar no ha sufrido grandes crisis: “tenemos la suerte de estar en una población que no depende del turismo y el negocio siempre ha sido bastante estable”. “La trayectoria te avala y siempre hemos intentado vender marcas que lo hacen bien, a partir del principio de quedar bien con la gente”, señala Roselló, que apunta que en el multimarca ha faltado profesionalización.