Empresa

Guerral, otra gallega a liquidación: regresa a los juzgados dos años después

La compañía, que había salido del concurso de acreedores a principios de 2015, planeaba retomar su expansión en retail con la apertura de dos establecimientos en España en 2016.

Modaes

18 dic 2017 - 04:20

Guerral, otra gallega a liquidación: regresa a los juzgados dos años después

 

 

Guerral sucumbe también. La compañía, con sede en Lalín (Pontevedra), se suma a la oleada de cierres que vive el textil gallego y que, en los últimos años, ha llevado a la extinción a grupos como TMX, El Secreto del Mar, Montoto o Viriato. Confecciones Guerral, otro de los estandartes del sector en el territorio, regresa de nuevo a los juzgados, donde ya se abierto el auto de liquidación.

 

La sociedad, que abandonó el anterior proceso concursal en febrero de 2015, volvió a solicitar concurso el pasado octubre, en el juzgado número 2 de lo mercantil de Pontevendra. El juez ya ha procedido a cesar del cargo de administradores a Ángeles Guerra Lalín y Francisco Guerra, y a nombrar un administrador concursal. Ahora queda por aprobar el plan de liquidación y poner a subasta todos los activos.

 

Guerral fracasó así en su plan de retomar su expansión que puso en marcha a finales de 2015 después de abandonar el anterior concurso. La compañía trazó entonces una hoja de ruta que contemplaba recuperar cuota de mercado a través del retail con aperturas en España. Entonces, la empresa sumaba ya dos tiendas en el país, en Pamplona y en Santiago de Compostela.

 

 

El grupo, que apoyaba su estrategia de distribución en el canal multimarca, también contemplaba regresar al mercado británico, en el que ya estuvo presente en el pasado. En el exterior, Guerral también tenía presencia en países como Portugal, Francia y México.

 

Guerral fue fundada por Manuel Guerra y su mujer, Amelia Lalín, en la década de los sesenta. Actualmente, el grupo es propiedad de sus hijas, Ángeles y Milagros Guerra, que son accionistas al 50%. Guerral mantenía su sede en la localidad de Lalín, donde empleaba en esta última etapa a unas cuarenta personas.

 

Según los últimos datos disponibles, Confecciones Guerral cerró su ejercicio 2011 con una cifra de negocio de 2,9 millones de euros. La compañía, que no llegó a aprobar las cuentas del ejercicio de 2012, estuvo durante años sumida en un conflicto accionarial, hasta que solicitó concurso en agosto de 2014.

 

 

Confecciones Guerral, con una trayectoria de medio siglo dedicada a la confección, se suma a una lista cada vez más larga de empresas gallegas que vivieron una era dorada en la década de los ochenta y que ahora llegan a su fin. La última caída de Caramelo fue la más significativa, por el alcance y el posicionamiento que llegó a tener la marca en España. No obstante, la marca vuelve a la carga tras ser rescatada por la compañía vallisoletana de cosmética Postquam.

 

En las mismas fechas que Caramelo inició su último proceso concursal, también llegó a los juzgados gallegos Viriato. El grupo, especializado en punto, había intentado sin éxito una redefinición de su negocio. Ahora, la compañía encara la última fase de su proceso de liquidación y subasta.