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Sostenibilidad: democratizar, definir y regular, las nuevas reglas de la moda ‘eco’

La serie de encuentros Ten years ten topics volvió a reunir ayer en Madrid a una decena de directivos para abordar cuáles son los desafíos y oportunidades que presenta la sostenibilidad para el sector.

Modaes

11 jul 2019 - 04:54

Sostenibilidad: democratizar, definir y regular, las nuevas reglas de la moda ‘eco’

 

 

Una vez subidos todos los actores al carro de la sostenibilidad, los retos empiezan a coincidir. En el último encuentro del ciclo Ten years ten topics, organizado ayer por Modaes.es, se debatió sobre escasez de recursos, cambio sistémico, viabilidad de negocios y consumo para alcanzar una misma conclusión: el futuro de la sostenibilidad en moda pasa por democratizarla, definir exactamente en qué consiste ser sostenible y en la creación de un marco normativo.

 

Se trata del séptimo encuentro de la serie Ten years ten topics, en los que se pretende analizar, junto a expertos, empresarios y directivos la situación y perspectivas de diez aspectos clave del negocio de la moda. En la reunión de ayer, que contó con el patrocinio de C&A, una decena de directivos de Ecoalf, H&M, Inditex, Tendam o Nextil, entre otros, pusieron sobre la mesa los límites del actual sistema y las soluciones que está dando la industria al respecto.

 

“Si fuimos capaces de democratizar la moda ahora debemos democratizar la moda sostenible”, sentención Ana Fombella, responsable de comunicación y resposabilidad social corporativa en Tendam. La directiva señaló que en moda debe ocurrir algo similar a lo que ya ocurre en la agricultura, donde si bien aquello que no es ecológico cumple con unos mínimos en materia de sostenibilidad.

 

 

 

 

“Debe haber unas líneas rojas para el resto, porque si bien es cierto que la industria está transformación, el cambio no se va a producir de la noche al día”, apuntó Fombella, quien añadió que “hay que cambiar el modelo para continuar vistiendo a millones de personas”. La viabilidad del modelo de negocio que mueve grandes volúmenes de mercancía fue uno de los pilares del debate, así como la propia definición de sostenibilidad.

 

En este sentido, Carol Blázquez, directora de innovación y sostenibilidad en Ecoalf, recordó que, si bien la industria hoy trabaja mejor, también produce más y que este modelo lo único que hace es llenar los vertederos de ropa. Según Blázquez, parte de la solución al problema pasa, no sólo por hacer las cosas mejor, sino por hacer menos. 

 

En esta misma línea, Mikel Feijoo, fundador de Skunkfunk, afirmó que “la industria de la moda tiene que morir tal y como existe ahora”. Gema Gómez, de Slow Fashion, apuntó también que, en el futuro, el consumo tenderá a diversificarse y habrá una parte de la ropa que hoy se compra que se alquilará, como los trajes para una ceremonia, por ejemplo. “Al final, sólo se comprará aquello que tenga valor”, subrayó Gómez.

 

 

 

 

Sin embargo, las empresas que se orientan al mass market consideran que en breve habrá soluciones escalables en el mercado. Mariola Sánchez, coordinadora del departamento de sostenibilidad medioambiental de Oysho, señaló que “no hay aún en el mercado una solución para el día a día”, haciendo hincapié en la escalabilidad no es nada fácil y que todavía queda mucho trabajo que hacer en este sentido.

 

Nuria Ramírez, directora de sostenibilidad de H&M en España, explicó que las empresas deben empezar a pensar en cómo hacen el producto: “la sostenibilidad es una responsabilidad, no una moda”. La directiva recordó también que desde hace año saben que si no se trabaja en esta línea, las empresas desaparecerán. Desde la vertiente industrial, Manuel Martos, consejero delegado de Nextil, añadió que el problema no debe ser hacer más prendas sino buscar el cambio tecnológico para utilizar menos recursos en el proceso productivo.

 

Beatriz Bayo, directora de responsabilidad social corporativa en Mango, añadió que no se puede matar el modelo, “porque las consecuencias quizás serían aún más desastrosas” y subrayó la importancia de la sostenibilidad en las empresas, asegurando que nunca antes se había sentido tan legitimada y escuchada en la estructura directiva de la compañía.

 

 

 

 

Domingo Esteves, director general de C&A en la Península Ibérica, hizo hincapié en la importancia de trabajar juntos. “No somos enemigos de empresas como Ecoalf o Skfk, de hecho, las necesitamos”, aseguró el directivo, quien explicó que hay que agradecer la labor que realizan estas empresas abriendo nuevas rutas en el sector.

 

Desde C&A, Aleix Busquets, global head of external stakeholder engagement, aseguró que se encuentran en el kilómetro doce de una maratón y que se objetivo es terminarla. “En sostenibilidad, no se trata de que sólo uno vaya a la luna, sino que ir y volver de la Tierra a la luna sea algo recurrente para todos”, aseguró el directivo.

 

Todos los participantes en el evento coincidieron en que si se impusiera una regulación, en 2021 todos los actores llegarían a la luna sin problema. “El cambio no ha venido tanto del consumidor sino por la regulación”, ha sentenciado David Carnero, principal de Boston Consulting Group (BCG), quien ha asegurado que, en otros sectores, como el de la energía solar crece o el de la automoción, se ha cambiado porque la regulación ha presionado. “Cuando se regula, las empresas lo ven como una oportunidad de negocio, e invierten”, sostiene.

 

 

 

 

Desde el ámbito académico, Victoria de Pereda, directora de los másters de innovación y diseño en IED, apuntó que desde hace tiempo en otros sectores industriales se tiene en cuenta la responsabilidad que implica poner cada producto en el mercado y que la moda no puede estar exenta de su responsabilidad.

 

Pablo Bascones, responsable de servicios de sostenibilidad de PwC, favorable a desacoplar el crecimiento de las empresas del impacto medioambiental, apuntó la necesidad del sector de ponerse de acuerdo en definir y acotar el término de sostenibilidad para trabajar sin complejos en la misma dirección y evitar ser calificados de greenwashing.

 

El debate se avivó en torno a cómo comunicar la sostenibilidad y a cómo involucrar en ella al consumidor. En este sentido, desde Ecoalf, Blázquez defendió su papel de mostrar al consumidor qué hay detrás de la moda. Sin embargo, otros directivos, como Fombella de Tendam o Sánchez de Oysho se mostraron partidarias de hacer sin comunicar por una cuestión de coherencia.