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Galicia adjudica por 22,4 millones la construcción de la planta pública de ‘sorting’ textil

El Ejecutivo gallego ha avanzado en los planes para poner en marcha las instalaciones en Cerceda, con la adjudicación del contrato de construcción de la planta, que prevé que esté terminada en el segundo semestre de 2026.

Galicia adjudica por 22,4 millones la construcción de la planta pública de ‘sorting’ textil
Galicia adjudica por 22,4 millones la construcción de la planta pública de ‘sorting’ textil
El Ejecutivo gallego ha asignado la licitación por un total de 22,4 millones de euros.

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Galicia avanza en el reciclaje textil público. La Xunta de Galicia ha adjudicado esta semana el contrato para las obras de construcción de la primera planta pública de reciclaje textil en España, según ha avanzado La voz de Galicia. El Ejecutivo gallego ha asignado la licitación por un total de 22,4 millones de euros, con el objetivo de poder finalizar las obras a mediados del año que viene.

 

Este es el primer paso para poner en marcha la planta de clasificación de residuos textiles, que también recibirá hasta 10,2 millones de euros adicionales provenientes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, un programa europeo para promover iniciativas sostenibles en los Estados miembro. Una vez esté construida, la Xunta también licitará la gestión de la instalación durante dos años.

 

Ubicada en las instalaciones de la empresa Sogama, en el concello de Cerceda, contará con una superficie de 8.000 metros cuadrados. Los planes del Ejecutivo gallego pasan por que la planta tenga una capacidad inicial de 3.000 toneladas anuales, una cifra que se irá elevando progresivamente hasta las 24.000 toneladas.

 

 

 

 

Entre los requisitos que incluyen el contrato de construcción se encuentran diversos criterios sostenibles, como es implementar soluciones de ahorro energético y del uso de agua, así como el uso de materiales reciclados o fáciles de mantener, y que, en el largo plazo, no cuenten con un elevado impacto medioambiental. Inicialmente, además, la planta generará entre 16 y 30 empleos directos, con prioridad de contratación para personas en riesgo de exclusión social o alguna diversidad funcional.

 

Una vez la planta esté en funcionamiento, el residuo textil llegará a las instalaciones, donde el personal hará una primera clasificación, para separar las prendas reutilizables y las que no. Todo lo que se determine como residuos pasará, entonces, a una segunda ronda de clasificación, pare separarlos por composición y color. Posteriormente, se eliminarán todos los impropios como cremalleras y botones, y el tejido resultante se prensará y enviará a empresas recicladoras.

 

La iniciativa es una respuesta directa a ley europea de residuos y suelos contaminados, por la que los gobiernos están obligados a implantar la recogida separada de textiles, en vigor desde el 1 de enero de este año. El sector está ahora a la espera de que el Gobierno apruebe esta misma obligatoriedad para las empresas, que deberán hacerse responsables del residuo que generan a través de su actividad.