Camboya: historia y economía de un fuego cruzado interminable
La noche del 2 de abril, el presidente de EEUU anunció una serie de aranceles para casi todos los países del mundo. Entre los más afectados, Camboya, con una tasa del 49% sobre cualquier producto que venda a su principal cliente.


Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.
Radiografía de un mundo global
Al contrario de lo que pasa en el resto del mundo, el año cero de Camboya puede marcarse claramente en el calendario. La historia del país asiático retrocedió siglos en el tiempo para fijar un nuevo primer día de su historia, el primero tras la llegada de los Jemeres Rojos al poder y el día del nacimiento de la Kampuchea Democrática, como se conocería a Camboya durante los próximos tres años y medio. La llegada de los Jemeres Rojos al poder, liderados por el militar y líder del grupo Pol Pot, inició uno de los capítulos más sangrientos para el país, que ya venía de siglos de ocupación vietnamita, estadounidense y francesa. El país, el noveno gran exportador textil de todo el mundo, enfrenta ahora la nueva amenaza de los aranceles estadounidenses, con una de las tasas más elevadas dentro del grupo de gigantes asiáticos, a excepción de China.
Si el año cero empezó en 1975, acabaría tres años más tarde, en 1979, pero llegó a cobrarse la vida de más de 1,7 millones de personas. Durante esos años, la política del gobierno se estableció un objetivo principal: purificar la Kampuchea Democrática de cualquier ideología, influencia y religión occidental originada tras la presencia estadounidense durante la Guerra de Vietnam o francesa durante la era colonial.
El de Camboya es el relato de un país al que la historia ha castigado como un actor siempre ubicado en medio de un fuego cruzado y cuya historia es, principalmente, la de los pueblos que lo han ocupado. Con los Jemeres Rojos atrás, es ahora la sombra de China como gran exportador mundial la que ha hecho florecer y marchitar a partes iguales al continente asiático, incluido Camboya.
Entre países como Bangladesh o Myanmar, que se alzan con el valor añadido de tener una mano de obra más barata, y Vietnam, con una mayor capacidad y economía de escala, a medio camino entre ellos está Camboya, que con un 40,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) dependiendo del sector manufacturero, se alza como el noveno gran exportador textil en todo el mundo. La salida de Camboya del programa de beneficios europeos Everything But Arms, el estallido de la pandemia y, ahora, el 49% de aranceles impuestos por Estados Unidos, siguen poniendo piedras al desarrollo de una economía atrapada, interminablemente, en un fuego cruzado.
Camboya, en números
Con un PIB de 39.017 millones de euros y una población de 17 millones de habitantes, Camboya cerró 2025 con un crecimiento de su economía del 5%, según los datos del Fondo Monetario Internacional. Para 2025 y 2026, las previsiones de la entidad pasan por un comportamiento similar, y prevé un alza del PIB del 5,8% y 6%, respectivamente. Estas proyecciones sitúan a Camboya como uno de los países con mayor crecimiento esperado para los próximos años, además de por encima de la media de crecimiento del 4,1% que estima el FMI para el grupo de economías en desarrollo y emergentes de Asia, una clasificación que el país comporte con Bangladesh, Myanmar, Nepal o Sri Lanka.
El buen desempeño de la economía camboyana, sin embargo, no obvia las dificultades que arrastra el país. Tras la caída de la dictadura jemer, y con un gobierno de ideología comunista impulsado por Vietnam, la Organización de las Naciones Unidas impulsó un primer gobierno democrático de coalición en 1993. Las décadas de guerra civil y ocupación extranjera todavía pesan sobre el país, que arrastra a un 20,6% de su población a vivir bajo el umbral de la pobreza. De estos, además, más del 70% vive en zonas rurales, un entorno marcado por la importancia de la agricultura en la economía del país.
El sector primario se hace así con un 17,1% del PIB camboyano, y emplea a un 31% de la población, gracias a unas condiciones climáticas que permiten la explotación agrícola de alimentos como el arroz, la soja o el maíz. El sector servicios, por su parte, acumula un 36,2% del PIB y concentra al 39% de la población ocupada, con el turismo como el gran motor económico. Tal y como pasó en muchos países de la región, sin embargo, el peso del sector terciario se vio claramente afectado con el estallido de la pandemia, reduciendo la cantidad de turistas internacionales que, aún a día de hoy, visitan el país.
El gran impulsor económico del país es el sector industrial, que copa actualmente el 40,5% del PIB y emplea a un 30% de los camboyanos. Dentro del esquema manufacturero destaca justamente el sector textil y del calzado, así como el cuero, que suponen la mitad del valor de las exportaciones totales de Camboya.
En total, las ventas del país al exterior alcanzaron 23.775 millones de dólares en 2023, según datos de Icex España Exportaciones e Inversiones. Dentro de las exportaciones, destaca la categoría de artículos de ropa y accesorios de vestir y tejidos de punto, hasta acumular ventas de 7.869 millones de dólares, mientras que los artículos de cuero se hicieron con otros 1.707 millones de euros.
Desde el punto de vista de las importaciones, la principal categoría son los combustibles minerales, con un total de 3.388 millones de euros, una materia prima necesaria para sostener el tejido industrial del país. Dentro del sector de la moda, destacan los tejidos de punto comprados al exterior, la segunda mayor categoría con importaciones valoradas en 2.597 millones de dólares, o las fibras sintéticas, con 1.098 millones de dólares.
Un golpe del 49%
El principal socio comercial de Camboya es Estados Unidos, destino de 8.900 millones de euros de las exportaciones del país asiático. Esta dependencia de la potencia estadounidense, que recibe un 37,4% de las ventas de Camboya al exterior, ha hecho que el anuncio del presidente del país de imponer un arancel del 49% a los productos camboyanos que entren en Estados Unidos sacuda potencialmente su economía. El país asiático, de hecho, es uno de los primeros que ha empezado las negociaciones con Donald Trump para evitar la aplicación del gravamen.
En una carta firmada por Hun Manet, actual primer ministro de Camboya, el Gobierno del país aseguró que “estaba comprometido a promover las importaciones de productos estadounidenses a través de una reducción inmediata” de sus aranceles. A través de esta declaración, Manet tiene el objetivo de acabar con el gap de la balanza comercial que existe entre ambos países, y en la que Trump se ha basado para imponer aranceles a casi todos los países del mundo. La relación bilateral entre Estados Unidos y Camboya está cifrada en 13.000 millones de dólares, de los cuales, apenas unos 320 millones de dólares corresponden a las importaciones camboyanas desde Estados Unidos.
Más allá de Estados Unidos, el segundo gran cliente del país asiático es su vecino Vietnam, que recibe 1.549 millones de dólares de exportaciones, China, con otros 1.478 millones y Japón, que se hace con 1.176 millones de dólares. Canadá, Alemania o Reino Unido también figuran en la lista de los principales socios comerciales de Camboya.
La Unión Europea, por su parte, representa alrededor de un 20% del comercio total del país, con un intercambio que, a fecha de 2022, alcanzó 4.400 millones de euros. De forma similar a Estados Unidos, la balanza comercial entre ambos está descompensada: del total, 3.900 millones suponen exportaciones de Camboya hacia los países de la Unión Europea, frente a los 500 millones de euros que se alzan como importaciones a Camboya desde el conjunto de los Veintisiete.
La relación entre ambos, sin embargo, dio un giro radical en 2020, cuando Bruselas decidió retirar algunas de las preferencias y beneficios arancelarios de los que gozaba Camboya al estar incluido en la lista de beneficiarios del programa Everything But Arms. Esta iniciativa europea, de la que sí se benefician otros países como Bangladesh, permite a países en vías de desarrollo comerciar con la Unión Europea sin imponer a sus productos los mismos aranceles que al resto de las economías. En agosto de ese año, sin embargo, y tras la reiterada preocupación por las violaciones de derechos humanos en el país, el Ejecutivo europeo decidió revertir algunos de estos beneficios a Camboya.
España es el noveno cliente de Camboya por exportaciones
Conexión España Camboya
España destaca como uno de los principales clientes de Camboya, no sólo dentro de la Unión Europea, sino también como actor independiente. Según los mismos datos de Icex, el país se alza como el noveno gran cliente de Camboya, con importaciones valoradas en 713 millones de dólares a cierre de 2023. Más allá del gran peso que tiene la economía española dentro de la cartera de clientes, este se ha disparado además en los últimos años.
Las ventas de Camboya a España en 2020, por ejemplo, se situaban en apenas 351 millones de dólares, y han ido en aumento progresivamente hasta alcanzar los más de 700 millones de dólares de 2023. Únicamente en este último año, las exportaciones crecieron un 50,1%, pasando de 475 millones a 713 millones de dólares en sólo un ejercicio.
La moda ocupa un lugar relevante en el comercio entre España y Camboya, con importaciones de estos artículos valoradas en 1.571 millones de euros a cierre de 2024, un 36,8% más que el año anterior. De media, España compra al país asiático alrededor de más de 100 millones de artículos de moda al mes, siendo tradicionalmente octubre y noviembre cuando se concentran la mayoría del comercio y la cifra casi alcanza 200 millones de euros.
En paralelo, las ventas de la moda española a Camboya supusieron apenas 1,08 millones de euros a cierre de 2024, un 49% menos que el año anterior, cuando la cifra se situó en 2,14 millones de euros.