Empresa

Yolancris cambia de estrategia: menos tamaño y más rentabilidad con ventas de 3 millones

La empresa barcelonesa de moda nupcial deja atrás el acelerado crecimiento y se adentra en una nueva fase de ritmo lento pero seguro. Impulsada por el desempeño de Japón y Corea del Sur, la marca ya cuenta con 85 puntos de venta.

Yolancris cambia de estrategia: menos tamaño y más rentabilidad con ventas de 3 millones
Yolancris cambia de estrategia: menos tamaño y más rentabilidad con ventas de 3 millones
Desfile de la firma Yolancris la semana pasada en Barcelona Bridal Fashion Week.

Triana Alonso

Yolancris quiere crecer menos, pero vivir mejor. Con dos décadas de trayectoria en la industria nupcial, la marca de origen familiar impulsada por las hermanas Yolanda y Cristina Pérez afronta su etapa de madurez con la tranquilidad y el sosiego de una empresa que conoció un gran éxito internacional, llegando a vestir a celebridades como Beyoncé o Lady Gaga y disfrutando del tirón de mercados como China y Emiratos Árabes, antes de verse obligada a dar un paso atrás y replantear su estrategia tras el impacto de la pandemia. 

 

Para la empresaria Yolanda Pérez, la industria ha sido, en algunos casos, “demasiado avariciosa” y “lo mejor puede ser enemigo de lo bueno”, por lo que hoy contempla una evolución equilibrada y sostenida para Yolancris. “Quiero que en el futuro nos mantengamos sin excesos”, reconoce la cofundadora de la compañía en una entrevista con Modaes durante la última edición de la Barcelona Bridal Fashion Week, celebrada entre los días 23 y 27 de abril. 

 

Hace cinco o seis años, nuestra facturación era muy alta y vivimos un descenso a partir de la pandemia, la recuperación nos está costando mucho esfuerzo”, explica. La empresa barcelonesa, que mantiene su equipo desde entonces, cerró el pasado ejercicio con una facturación de 3 millones de euros, según apuntó la empresaria. 

 

El replanteamiento de la talla más adecuada para la empresa, conocida por sus diseños de costura para novias de aires rockeros y bohemios, no ha sido fácil. “He tenido que acostumbrarme y tragarme mi ego, aprender a tener un tamaño más pequeño con el que me sienta más a gusto”, admite la diseñadora, con honestidad. “Nuestro oficio va de vender sueños e ilusiones, no de vivir bajo la presión constante de viajar, buscar clientes y vender más todo el tiempo”, señala. La compañía, de carácter familiar e independiente, no ha dado entrada a inversores a su capital desde su fundación en 2005.

 

 

 

 

Así, Yolanda Pérez se muestra cauta respecto a las ambiciones de crecimiento de cara al futuro. “Este año he aprendido que tenemos que conformarnos con lo suficiente y es una filosofía que me está yendo muy bien -asegura-; no hay que buscar la excelencia constantemente porque no llegas y te ahogas, lo suficiente puede ser excelente”.

 

Con un total de 85 puntos de venta internacionales, Yolancris cuenta, en Barcelona, con su showroom y un taller propio de producción artesanal. “En España, la gente se ha ido haciendo mayor y no se ha garantizado la continuidad de este negocio que, al fin y al cabo, es familiar -reflexiona la fundadora de la marca-; si la nueva generación no asume las riendas, muchas tiendas acaban cerrando y grandes grupos y franquiciados han ido cayendo”. 

 

A pesar del contexto desafiante, Yolanda Pérez mantiene el optimismo alrededor del diseño de autor nacional: “Está saliendo mucha gente nueva, incluso diseñadores jóvenes que operan con su propio punto de venta, aunque sea más pequeño”.

 

En la actualidad, las ventas de las colecciones de novia de Yolancris están principalmente concentradas en el canal físico. “Lo contrario implicaría entrar en una especie de competencia desleal con nuestros puntos de venta”, argumenta la creadora, explicando que la marca orientará su ecommerce a la venta de sus colecciones de prêt-à-porter presentadas en la MBFW Madrid.

 

 

 

 

Lanzada en 2021 durante la primera participación de la marca en la pasarela 080 Barcelona Fashion, Y_Como nació como un laboratorio de ideas a través del que experimentar con diseños y tejidos, algunos de ellos más urbanos, como el denim, para acercar el oficio al público. “Tenemos que explorar más este segmento a través del online, pero confiamos en que la costura siempre va a vender”, afirma la diseñadora.

 

Yolanda Pérez, que espera volver a desfilar en el extranjero, como hizo en el pasado en París, reconoce que los grandes shows internacionales son “muy caros para lo que ofrecen” en términos de retorno de inversión. Actualmente, las colecciones nupciales de Yolancris desfilan en Barcelona durante la fashion week nupcial, mientras que las creaciones de prêt-à-porter se presentan en Madrid.

 

En el plano internacional, la empresa catalana ha ampliado notablemente su facturación en mercados como Corea del Sur y Japón, donde no se ha visto especialmente afectada por la depreciación del yen. “Estoy tremendamente satisfecha con esta evolución en la región”, admite Yolanda Pérez, indicando que durante la última edición de Barcelona Bridal Fashion Week, la marca también ha conseguido dos nuevos clientes australianos.

 

El mercado oceánico ha firmado, este año, su primera participación en el evento barcelonés, en el marco de las iniciativas de internacionalización y diversificación de mercados de la cita dirigida por Albasarí Caro. “Tenía muchas ganas de entrar en este país, es una región muy buena y con gran potencial”, explica la emprendedora, celebrando el buen desempeño de la empresa en la región asiática y la toma de contacto con países como Canadá.

 

Hoy en día ya no se venden las cantidades a las que estábamos acostumbrados hace algunos años; aunque si comercializas menos vestidos, pero amplías tu red de puntos de venta, tarde o temprano, consigues dar la vuelta a la situación”, reflexiona Pérez sobre su estrategia de expansión en el extranjero. En el mercado chino, donde Yolancris firmó una joint venture con International Fashion Office Mostela en 2019 para ampliar su presencia en la zona.

 

 

 

 

Posteriormente, la empresa cambió de colaborador y los proyectos de desarrollo se han ralentizado. “Son regiones que están en constante evolución y hay que ser flexible y adaptarse progresivamente a los cambios”, declara la emprendedora, reconociendo que, actualmente, “China es un mercado que se ha replegado sobre sí mismo, por lo que es probable que su peso en la facturación de la empresa vaya a ser menos relevante en el futuro”.

 

Al otro lado del Atlántico, Yolancris mantiene su optimismo. “No creo que la situación de Estados Unidos vaya a ser un problema, tiene que ver más con la política que con nuestra realidad -analiza la diseñadora, alejándose del temor generalizado alrededor de la incertidumbre macroeconómica-; no creo que nos afecte tanto en nuestro caso”.

 

Para la empresaria, este contexto puede representar la oportunidad de hacer las cosas de otra manera: “En la vida, hecha la ley, hecha la trampa -sonríe-; puede que, en nuestro caso, desaparezcan algunos intermediarios y nuestras consumidoras directas viajen a comprar y a hacerse sus vestidos en Barcelona”. De hecho, Yolancris ya está viviendo este cambio de dinámica: “Nos lo encontramos cada vez más porque resulta mucho más rentable para nuestras clientas -argumenta-; nos preocupamos demasiado y esto tiene un riesgo fundamental: perder foco de nuestra estrategia”.