Munich: sobrevivir a Nike y Adidas en el deporte nicho y la moda
Luis Berneda, abuelo de los actuales dueños, empezó a fabricar calzado deportivo en 1939 cuando en España practicar deporte debía ser considerado como la mayor de las excentricidades.
26 jun 2019 - 04:54
El deporte es un negocio de titanes globales. Está Nike, con una facturación en 2018 de 36.400 millones de dólares, y Adidas, que le sigue de lejos, con ventas de unos 22.000 millones de euros. Pese a su magnitud, los goliats del sector dejan también espacio a pequeños davids con ansias de reconquistar mercados locales.
En España, la familia Berneda, propietaria de Munich, reivindica su papel histórico en el calzado deportivo en el país. Fueron las deportivas con las que jugaron dos figuras míticas del fútbol español, Ladislao Kubala y Hugo Sotil. Hoy en día, sólo los gigantes del sector pueden costearse calzar a Lionel Messi o a Sergio Ramos, pero aun así queda espacio para continuar forjando una marca en el deporte y en la moda.
Luis Berneda, abuelo de los actuales dueños, empezó a fabricar calzado deportivo cuando en España practicar deporte debía ser considerado como la mayor de las excentricidades. Berneda puso en marcha su taller en 1939, cuando se oía aún el eco de los últimos cañonazos de la Guerra Civil que asoló España. Conocedor del oficio y miembro de una familia de zapateros, Berneda apostó por el fútbol y se lanzó a fabricar botas bajas con tacos.
Munich nació en 1939 en el seno de la familia Berneda
A lo largo del siglo XX, España ha dado varias empresas de calzado deportivo e incluso marcas propias, como Kelme, Yumas, J’Hayber o Paredes. Pero Munich ha sido de las pocas en sortear el envite de los gigantes del deporte como Nike y Adidas gracias a su apuesta por deportes nicho donde el mainstream no alcanza, pero también en haber sacado partido al
tirón de sneakers urbanas.
La empresa superó en 2018 el listón de los cuarenta millones de euros tras crecer un 16% en el último año. Para 2019, los planes pasan por avanzar un 10% más. El calzado deportivo continúa generando el grueso del negocio de Munich, con siete de cada diez pares vendidos, pero son las zapatillas urbanas y los accesorios los que impulsan el avance de la compañía.
No sólo fútbol
Munich arrancó bajo el nombre Berneda San Boy, en referencia al lugar en el que se encontraba, la localidad de Sant Boi de Llobregat, pero también con cierto guiño a lo inglés. Diez años después de las primeras botas de fútbol llegaron las zapatillas para atletismo y, veinte años más tarde, la marca Munich.
A pesar de que su producción entonces, a mediados de la década de los sesenta, era de doce pares diarios, la empresa quiso marcar perfil con un nombre alemán, alineándose con los valores de consistencia, seriedad y solidez. De entonces es también su característica una X en los laterales. Igual que las tres barras de Adidas, la X no fue algo simbólico, sino la manera que tenían los Berneda de unir las diferentas piezas de la zapatilla.
La llegada de Munich a la moda y su expansión exterior arrancó en los noventa, con el último relevo generacional
Ante el incremento de la demanda en la década de los setenta, la empresa echó el cierre del taller y abrió una fábrica de mayores dimensiones en Vilanova d’Espoia (Barcelona), con capacidad para 300 pares diarios. La compañía vivió una de sus eras doradas en las décadas de los setenta y ochenta, a medida que la práctica deportiva en España iba ganando adeptos.
La empresa se hizo fuerte en balonmano y en fútbol sala, donde aún hoy es uno de los referentes. De hecho, entre sus modelos míticos están Goal o Gresca, en el ámbito del futbol sala, que todavía se reeditan hoy, o Barrufet, en honor a David Barrufet, uno de los porteros del FC Barcelona de balonmano.
La marca, que se ha abierto también paso en el taekwondo, ha ido tanteando otros deportes como el boxeo, el golf o el running. Hace tres años, la firma se introdujo en el universo del pádel y, para 2019, contempla entrar en hockey sobre hierba.
Salto al asfalto
La diversificación corrió a cargo de la segunda generación de la saga familiar. Esta última etapa se inició en 1996 dando gas a la internacionalización con el primer departamento específico para la exportación e introduciendo en su catálogo las sneakers.
La tercera generación de la familia, formada por los hermanos David y Xavier Berneda, se sumó entonces a la compañía, pilotada por su padre Francesc Berneda. Sin embargo, no fue hasta 2012 cuando, tras un conflicto accionarial, se forjó la actual estructura societaria con ellos tres como únicos socios y la salida del negocio de una parte de la familia.
A principios de los dos mil, Munich se había sumado a la ola de la versión urbana de las zapatillas deportivas justo cuando empezó el despegue de esta tendencia. En pleno ascenso de la línea de moda, la empresa abrió su primer establecimiento Casa Munich, en el barrio del Born, en el corazón de Barcelona. Fue la punta del iceberg de una estrategia de retail más ambiciosa, que le ha llevado a sumar hoy 18 establecimientos.
El grupo comenzó a diversificar en 2013 con el lanzamiento de bolsas de deporte y mochilas
También en 2013, Munich puso en marcha su ecommerce y empezó a trabajar la personalización de las zapatillas. En el mismo año, el grupo se abrió a los accesorios, iniciando su diversificación dentro de la moda con el lanzamiento de bolsas de deporte y mochilas. Entre sus retos está continuar feminizando la marca aprovechando el tirón del deporte entre el público femenino, así como la popularidad de zapatillas urbanas entre las mujeres.
En 2015, el grupo profundizó aún más en moda y lanzó la marca Duuo, de calzado de calle. La compañía ha evolucionado el concepto de esta marca hacia el segmento de mercado vegano y ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding.
Munich puso en marcha su primera filial en el exterior en Italia en 2016. En la actualidad este se ha convertido en su principal mercado, que cubre con una veintena de distribuidores.
La marca cuenta también con una sólida trayectoria en otros países con tradición de balonmano, como Holanda, Rusia y otros territorios de Europa del Este. El calzado deportivo es el que genera el grueso de las ventas en el exterior.