Bruselas eleva la previsión de crecimiento de España en 2022 al 5,6%

España va bien, según Bruselas. La Comisión Europea (CE) proyecta que la economía española crecerá un 5,6% en 2022, lo que supone un aumento de 0,1 puntos porcentuales respecto a su última previsión del pasado noviembre.

El Ejecutivo comunitario también prevé que la inflación escale a cierre de año hasta el 3,6%, lo que representa un repunte de 1,5 puntos porcentuales comparado con su previsión del pasado noviembre.

La Comisión Europea también apunta que el Producto Interior Bruto (PIB) de España repuntará hasta el 5,6% para 2022, para contraer su ritmo de crecimiento hasta el 4,4% en 2022. Las previsiones del PIB siguen la senda apuntada por la CE en sus últimas estimaciones. De hecho, el Ejecutivo comunitario pronostica que, en el último trimestre de 2022, España recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia.

En este sentido, la Comisión Europea espera que España recupere el ritmo de crecimiento en el segundo trimestre del año, con ratios por encima del 1% hasta principios del 2023. Además, considera que el nivel de ahorro de los ciudadanos españoles de la mano del aumento de las pensiones aupará el consumo juntamente con la implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia.

La Comisión Europea espera que España recupere el ritmo de crecimiento en el segundo trimestre del año

Las proyecciones de Bruselas siguen por debajo de las últimas estimaciones del Gobierno. En septiembre, el Ejecutivo español esperaba que el crecimiento final de España en 2022 alcanzara el 7%.

Por su parte, las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) realizadas el pasado diciembre sí que se alinean con las que ha publicado hoy la Comisión Europea. La Ocde proyectaba que en 2022 la economía española crecerá un 5,5%, 0,4 puntos porcentuales menos que en las últimas predicciones realizadas por la organización en mayo de 2021.

Para 2023, la Ocde preveía un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español del 3,8%, apoyado en la política monetaria y fiscal del país, con lo que alcanzaría niveles prepandemia. Calcando las mismas expectativas del Ejecutivo comunitario, la Ocde apuntaba que la demanda doméstica será el principal impulsor del crecimiento con una mayor confianza del consumidor, una mejora de las condiciones del mercado laboral y la llegada de los fondos Next Generation.