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Skunkfunk pone el norte de Europa en el punto de mira y entra en Suecia y Holanda

La compañía, que apoya su aprovisionamiento en un sistema sostenible, acaba de obtener el sello Fair Trade, siendo una de las pocas empresas de moda en Europa en recibirlo.

S. Riera

28 mar 2018 - 04:35

Skunkfunk pone el norte de Europa en el punto de mira y entra en Suecia y Holanda

 

Skunkfunk avanza en el exterior. La compañía de moda, pilotada por el empresario vasco Mikel Feijoo, ha colocado el norte de Europa en su punto de mira y ha entrado en dos nuevos mercados: Suecia y Holanda, abriendo nuevos espacios comerciales en las localidades de Malmö y Eindhoven.

 

En el mercado sueco, la marca aterriza con un punto de venta en un centro comercial en las afueras de la tercera ciudad más habitada del país, situada al sur del territorio. En Eindhoven, en cambio, Skunkfunk ha abierto su primera tienda en Holanda a pie de calle. En ambos casos, la empresa opera de la mano de un socio local.

 

El grupo, con una cifra de negocio de cerca de doce millones de euros, prosigue así su avance internacional, donde ya tiene presencia en treinta países. La empresa continúa teniendo México como uno de sus mercados estratégicos para abordar a corto plazo.

 

En la actualidad, la compañía tiene 26 tiendas propias en España, Francia, Portugal, Alemania, Irlanda, Holanda, Estados Unidos y Chile. El año pasado, la empresa hizo hincapié en el mercado latinoamericano, con la apertura de dos establecimientos en Santiago de Chile, uno en el barrio de Lastarria y otro en el de Providencia.

 

 

Avance en sostenibilidad

Pese a ser una empresa de largo recorrido, Skunkfunk dio un vuelco a su modelo de negocio en 2004. Fue entonces cuando la compañía dio un volantazo en su sistema de aprovisonamiento para ir introduciendo estándares sostenibles. Este año, la empresa ha publicado su primera memoria de sostenibilidad, en la que recoge todas las acciones que lleva a cabo en base a este objetivo.

 

Skunkfunk es de las pocas empresas de moda en España y en Europa que ha logrado la certificación Fair Trade. Este sello garantiza el compromiso de la compañía por la erradicación de la pobreza a través de la agricultura sostenible. Es una certificación más habitual en la industria de la alimentación que en la moda, pero abarca también las plantaciones de algodón.

 

Este sello se suma al de Gots, que ya tenía desde 2013. Gots es el estándar mundial en el procesamiento de las fibras textiles orgánicas, en concreto el algodón, con criterios ecológicos y sociales. En 2014 y 2015, la empresa también se coló en el top ten de Textil Exchange de las empresas que más rápido están adentrándose en el algodón orgánico.