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La crisis llega también a la moda nupcial: Inmaculada García, a concurso

La compañía de moda nupcial ha presentado concurso voluntario de acreedores un año después del estallido de la pandemia, en el que el negocio de las bodas ha sido uno de los más impactados.

Laura Juanes

23 mar 2021 - 04:55

La crisis llega también a la moda nupcial: Inmaculada García, a concurso

 

 

La industria de la moda española continúa sumando bajas. La compañía catalana Inmaculada García, especializada en el segmento nupcial, ha presentado concurso voluntario de acreedores un año después del estallido de la pandemia en el país. La empresa se suma así a una lista cada vez más larga de operadores que han entrado en los juzgados.

 

El pasado 22 de octubre, el Juzgado de lo Mercantil número 7 de Barcelona dictó el auto de declaración del concurso voluntario abreviado de Inmaculada García, según publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). José Antonio Regalado Morillas, socio director de Grupo Bétulo, ha sido nombrado administrador concursal.

 

El negocio nupcial ha sido uno de los más afectados por la crisis del Covid-19. El confinamiento, el cierre de tiendas, las restricciones de movilidad y de aforo, así como la limitación de actividades sociales pusieron en jaque al sector, que sufrió una oleada de cancelaciones que podrían repetirse este año ante la amenaza de la cuarta ola del coronavirus.

 

 

 

 

Inmaculada García echó a andar en 2006 de la mano de su fundadora, a la que le debe el nombre. La compañía se especializa en la producción de vestidos de novia y de fiesta, y hasta ahora contaba con una red de tres puntos de venta, en formato franquicia, ubicados en Barcelona, donde se encuentra la sede; en Madrid y en la ciudad de Puebla, en México. A escala internacional, la empresa está presente en diecisiete países a través del canal multimarca.

 

En 2018, Inmaculada García trazó un ambicioso plan de expansión por el que preveía abrir hasta dieciocho puntos de venta a través de franquicias hasta 2021. Como parte del mismo, la compañía planeaba acelerar su crecimiento internacional desembarcando en varios mercados latinoamericanos, como Brasil, Perú, Chile o Colombia, entre otros. Ese año, la empresa cerró el ejercicio con una facturación de 1,5 millones de euros.

 

El cierre de Inmaculada García es la crónica de una muerte anunciada de un sector que ha sufrido especialmente el embate del coronavirus. La cancelación de celebraciones festivas no sólo ha afectado al negocio de las novias, sino también al de las invitadas, que en el caso de la compañía también tenía un gran peso de ventas.

 

 

Una lista que no para de engordar

Inmaculada García ha sido el último operador de moda que ha presentado concurso voluntario de acreedores en España. En lo que va de año, han echado el cierre Soloio, especializada en accesorios; Etxart&Panno, de moda de fiesta; y la industrial Encajes Laquidain. Otras como Tino González, Paco Herrero o Trasluz ya habían cerrado antes de la pandemia, el principal catalizador de esta tormenta.

 

El ajuste ha llegado también a grupos internacionales que operaban en el mercado español como G-Star, que ha cerrado todas sus tiendas en el país. Especialmente acusada es la crisis en el segmento de la moda infantil, con los cierres de Pili Carrera, Normandie, la francesa Petit Bateau, que ha cerrado todas sus tiendas en España o Sergent Major, que ha llevado a concurso su filial en el país.