Empresa

Escada sigue los pasos de Lacroix y se asoma al concurso

14 jul 2009 - 00:00

El tic tac del reloj suena con fuerza en los despachos de Escada. Tras la presentación de concurso de acreedores por parte de Christian Lacroix el pasado mayo, la firma alemana ha reconocido que sólo dispone de liquidez para mantener la actividad de la compañía hasta agosto y muestra abiertamente la posibilidad de verse abocada al equivalente alemán al concurso de acreedores. Ante la finalización, hoy mismo, del plazo incentivado de un programa de conversión de bonos por valor de 200 millones de euros, el presidente ejecutivo del grupo, Bruno Sälzer, señaló al diario alemán Welt am Sontag que si no obtiene con urgencia 18,6 millones deberá declararse en quiebra.Sälzer esperaba que el intercambio de bonos, que constituye el eje central de su plan de reestructuración y que consiste en el remplazo de bonos antiguos (que vencen en 2012), fuera sucedido por una ampliación de capital por treinta millones de euros y el mantenimiento de las líneas de crédito con la banca. Con esta hoja de ruta, presentada hace tan sólo una semana, la refinanciación de su deuda se completaría a finales de 2010. La dirección del grupo alemán del segmento del lujo teme ahora que los bonistas, a los que pide que renuncien a la mitad de sus inversiones, no colaboren, por lo que ya ha iniciado conversaciones con expertos en quiebras empresariales. Escada, que cerró 2008 con unas pérdidas de 70,3 millones de euros, frente a los 27 millones del año anterior, aseguró que sus accionistas de referencia (los hermanos Herz, con el 24,9% del capital, y el fondo español Bestinver, con el 10%) acudirían a la emisión. A finales de mayo, la firma alemana vendió al fondo inversor Mutares el 90% de Primera, que engloba las marcas Laurel, Apriori y Cavita. El grupo también se ha deshecho de algunos de sus derechos en su licencia a Procter & Gamble para la línea de perfumes y cosmética.