Dogi perfila un plan de viabilidad y despedirá a parte de la plantilla
5 jun 2009 - 00:00
Sólo una semana después de haber presentado concurso de acreedores, Dogi International Fabrics ya tiene encima de la mesa las principales medidas para conseguir reflotar la empresa en el menor tiempo posible. Las líneas de actuación pasan por la venta de participaciones en las filiales de la compañía de tejidos elásticos, la integración de sus actividades, la reducción de las inversiones y un ajuste laboral en España, China y Alemania.
Mientras, la filial alemana del grupo, Penn Elastics, se ha unido a la filial española y ha presentado concurso de acreedores (su equivalente en la legislación alemana), con un pasivo de diez millones de euros.
El consejero delegado del grupo, Jordi Torras, explicó ayer, durante la junta de accionistas del grupo catalán, que las opciones para desinvertir son varias y están abiertos a distintas posibilidades. Por un lado, Dogi podría dar entrada a nuevos socios en las filiales que son 100% propiedad del grupo, que están en Estados Unidos, China, Alemania y España.
En segundo lugar, la empresa contempla la posible venta de las participaciones que controla tiene en sociedades de capital compartido, ubicadas en Tailandia y Sri Lanka. Dogi quiere que a partir de ahora las filiales sean autónomas para centrarse de sus necesidades financieras, clientes y mercados próximos.La dirección del grupo se reunirá la semana que viene con los sindicatos de España, Alemania y China para comunicarles un plan de bajas que incluye despidos, rebajas de salarios y reducciones de jornada, entre otras medidas.
Dogi no quiso especificar durante la junta de accionistas el número de empleados afectados por esta medidas. En España, el grupo suma una plantilla de 318 personas, 225 en Alemania y 305 en China. La plantilla española ya sufre un expediente temporal.
Más allá del ajuste de personal, la reducción de costes y los carteles de en venta, la compañía vive uno de sus momentos más convulsos debido a la pugna de un grupo de accionistas minoritarios por hacerse con el control de Dogi, que cotiza en la bolsa española.La intención de este grupo es sacar a la familia Domènech de la gestión de la compañía, de la que controla un 30%, y reestructurar la gesitón con el objetivo de devolver la empresa a la rentabilidad.
Hispánica de Caldedería, que posee un 5,2% del capital, lidera al grupo de minoritarios, que ya ha pedido un sillón en el consejo de administración para José Manuel Castañeda, director general de Hispánica.
De salir adelante la propuesta, Castañeda ocuparía el lugar de Pérez Carvallo, cuya salida del consejo ya ha sido aprobada por la junta.
Dogi presentó concurso de acreedores el pasado 27 de mayo con un pasivo de 42 millones de euros, de los que 28 millones corresponden a bancos, seis a proveedores, cinco a empresas relacionadas con la familia Domènech y 3,5 millones a Hacienda.
Durante el primer trimestre del año Dogi, registró unos números rojos de 6,8 millones de euros y unas ventas de 23,4 millones, un 37% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior. No obstante, las previsiones del grupo son cerrar 2009 con unas pérdidas de entre 11 y 12 millones, lo que supondría reducir a la mitad el resultado negativo registrado en 2008.