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Castañer, un siglo calzando el verano

La compañía abrió su primera fábrica especializada en alpargatas en 1927 en Banyoles (Girona), donde aún sigue operando hoy en día. En sus inicios, el calzado de la empresa iba destinado a las capas sociales más bajas.

Castañer, un siglo calzando el verano
Castañer, un siglo calzando el verano
Castañer cuenta con una red de veinticinco tiendas propias, de las cuales once se encuentran en España.

C. Juárez

5 jul 2022 - 05:00

El año 1927 fue el punto de partida para una empresa cuyo producto se ha convertido en un icono y es sinónimo de la llegada del buen tiempo. Luis Castañer y su primo Tomas Serra ya procedían de una larga saga de artesanos zapateros especializados en alpargatas y en 1927 abrieron en Banyoles (Girona) la primera fábrica de este tipo de calzado, con algunas de sus marcas creadas por el propio Serra y que aún siguen en funcionamiento hoy en día. En sus inicios, el calzado de la empresa iba destinado a las capas sociales más bajas, como articulo para el campo.

 

 

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Diez años después de su andadura, Castañer tuvo que dejar de lado la producción de alpargatas y fabricar otro tipo de calzado menos atractivo. El motivo fue que, tras el estallido de la Guerra Civil en España, el bando republicano nacionalizó la compañía al ser declarada un “bien de interés público” y fue obligada a producir calzado para los soldados.

 

Una vez finalizada la guerra, Castañer volvió a su cauce. Sin embargo, otro conflicto sacudió a la empresa: cada vez había menos gente en el campo a la que vestir. Fue entonces cuando la compañía inició tímidamente el salto al extranjero comenzó a vender su producto como algo más allá de un calzado popular.

 

Esto no fue suficiente para que, a principios de la década de los sesenta, la empresa se encontrara en una situación delicada, al borde de la suspensión de pagos. Entonces, la segunda generación de la familia fundadora, encabezada por Luis Castañer y su esposa, Isabel Sauras, se colocó al frente. Ambos empresarios dieron completamente la vuelta a la compañía, hasta entonces reducida al entorno rural, y la introdujeron en el mercado de la moda.

 

 

 

 

Una de las novedades que introdujeron fue teñir de colores al calzado, hasta entonces muy tradicional, y adornarlo con tiras y lazos. Esto fue un éxito para los turistas que visitaban Cataluña, por lo que la empresa empezó a exportar su producto a países nórdicos. Fue entonces cuando Castañer empezó a calzar a personajes conocidos del star system como Cary Grant, Grace Kelly, Catherine Deneuve o incluso el pintor Salvador Dalí.

 

La década de los setenta fue cuando se produjo el verdadero giro de la empresa: en una feria de muestras en París, el diseñador Yves Saint Laurent, que acababa de poner en marcha su propia firma, la conoció. Entonces, el diseñador francés y la firma gerundense comenzaron a trabajar de manera conjunta y crearon una de las primeras alpargatas con cuña.

 

Yves Saint Laurent nos citó en su despacho y nos pidió que le fabricásemos sus zapatillas”, rememoraba Luis Castañer en una crónica de La Vanguardia. “Mi mujer no lo tenía nada claro por la responsabilidad que suponía, por lo que discutimos un buen rato en la antesala del despacho del modisto, y al final le dijimos que sí”, recordaba el empresario. “Éste fue el comienzo de nuestro lanzamiento internacional en el campo de la zapatilla de diseño”, apuntaba Castañer.

 

El éxito del producto fue tal que Castañer tuvo que ampliar su capacidad productiva para servir todos los pedidos, buena parte de ellos procedentes del extranjero. Entre las marcas de lujo con las que también trabajó la empresa se encuentran Gucci, Louis Vuitton o Marc Jacobs. El éxito supuso la apertura de una delegación comercial de Castañer en Estados Unidos, que supuso una inversión de doscientos millones de pesetas.

 

 

 

 

Tras el meteórico crecimiento y la conquista del extranjero, Castañer dio en 1994 otro salto adelante: el desembarco a pie de calle. La compañía gerundense abrió en 1994 en Barcelona su primera tienda física, que poco después replicaría en todo el mundo, en ciudades como París, Saint Tropez, Madrid o Tokio. La compañía comenzó entonces a lanzar nuevas colecciones y diseños, como los icónicos Carina y Pablo, que dieron la vuelta al mundo.

 

Desde entonces, la compañía ha ido sumando puntos de venta y nuevos países para afianzar su expansión. Actualmente, Castañer cuenta con una red de veinticinco tiendas propias, de las cuales once se encuentran en España y el resto están ubicadas en países como Francia, Estados Unidos, República Dominicana, Chile o Colombia. Además, la empresa también distribuye sus productos en 750 puntos de venta multimarca en todo el mundo.

 

En 2010 se produjo otro relevo generacional con la tercera generación de la familia fundadora al frente: los hermanos Rafael, Antonio, Cristina y Luis Castañer. En 2014, la empresa fichó a Domingo Barrachina, que había trabajado en Tous, como director general con el objetivo de profesionalizar la empresa y dar un salto adelante. El directivo creó una nueva estructura, profesionalizó su gestión con la incorporación de un nuevo equipo directivo y creativo, implantó cambios en el sistema de fabricación y de distribución y puso en marcha una nueva estrategia de comunicación.

 

 

 

 

Tres años después, Barrachina fue sustituido por Rafael Calvo, también ex Tous, y la empresa reordenó su consejo de administración. En paralelo, Castañer también inició un proceso de refinanciación de deuda. Con el objetivo de terminar de acometer esta reestructuración, en 2019 la empresa colocó al frente a Daniel Vancells, procedente de Kpmg y con experiencia en reestructuración de empresas.

 

El estallido de la pandemia también supuso un duro golpe para la empresa, cuyas tiendas son en buena medida dependientes del turismo, si bien la compañía no comunicó datos de facturación. En el ejercicio 2021 (cerrado en julio) Castañer volvió a la senda del crecimiento, con un incremento de las ventas del 2%, hasta 19,3 millones de euros, todavía por debajo de los ingresos previos al Covid-19.

 

Castañer registró un margen operativo por encima del 10%, un 20% más que el ejercicio de 2020, y “una evolución muy favorable de cara al cierre del año fiscal, en julio, en el que se prevé superar con creces los objetivos de venta”, según explicó entonces la compañía de calzado.