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Cabo Rojo, veinte años desafiando el ‘efecto Zara’ desde San Sebastián

La compañía nació en 1995 en San Sebastián como establecimiento multimarca de todo tipo de productos, hasta que en la década de los 2000 se empezó a volcar en la moda.

Lorenzo Molina

11 jul 2018 - 04:37

Cabo Rojo, veinte años desafiando el ‘efecto Zara’ desde San Sebastián

 

 

En la década de los noventa, el cliente que entraba en Cabo Rojo encontraba muebles, jabones y mermeladas junto a vaqueros Diesel o botas Timberland. La tienda, que abrió sus puertas en la Calle Mayor de San Sebastián en 1995, vivió la época dorada del canal multimarca, pero también el declive de las ventas con la llegada de la crisis.

 

“La situación va a ir a peor: el sector está en una crisis profunda”, opina hoy Guillermo García, cofundador del establecimiento junto con Itziar Azpillada. “Las administraciones han conseguido destruir el comercio local y todas las ciudades se vuelven monocromáticas; el efecto Zara se ha extendido por todas partes”, añade. García, formado en Pedagogía, se dedicó a la enseñanza antes de emprender con Cabo Rojo. Azpillada, por su parte, había trabajado previamente en Deporte Ada, un multimarca impulsado por su familia.

 

El establecimiento, que echó a andar con una inversión equivalente a unos 30.000 euros, se volcó en la moda en la década de los 2000. García sostiene que “ahora intentamos recuperar la esencia”.

 

 

 

 

El surtido de marcas actual lo componen firmas de ropa, calzado y accesorios como Scotch&Soda, Nudie Jeans, Komono, Minimum, Rains y Muroexe, entre otras. En paralelo a la oferta en moda, Cabo Rojo también comercializa artículos de textil hogar, libros, pastillas de jabón de la marca Crabtree&Evelyn, luces decorativas de Sirius y botellas térmicas de S’Well.

 

En la actualidad, el cliente habitual de la tienda son hombres y mujeres de unos 37 años. “Intentamos recuperar a la gente de veintiocho o veintinueve años, pero a veces no se puede por el precio de las marcas”, explica García. “El low cost está instaurado en la moda y cubre sus necesidades actuales: lo auténtico se está destruyendo a pasos agigantados”, añade.


 


 

Próxima parada: online

Cabo Rojo opera desde hace más de dos décadas en el corazón de San Sebastián. Desde 2017, la empresa vende también a través de su propia plataforma de ecommerce, “aunque el dominio estaba comprado desde hacía bastante tiempo”, explica Guillermo García, cofundador de la tienda. Aunque el canal online copa ahora sólo el 1% de las ventas totales, García estima que su peso puede llegar hasta el 5%.

 

Además de pilotar Cabo Rojo, Guillermo García, cofundador de la tienda, también tiene experiencia como franquiciado. El empresario puso en marcha en el número 9 de la Calle Mayor de San Sebastián una franquicia de G-Star Raw. García llegó a operar un segundo establecimiento franquiciado con la marca holandesa de denim, ubicado en Bilbao y que ya cerró sus puertas. En la actualidad, la continuidad de la tienda de San Sebastián está en el aire. “El modelo de franquicia en moda ya ha pasado; hace quince años lo vimos claro porque era mucho más fácil de gestionar, pero ahora no hay margen suficiente”, afirma García.