Empresa

Blanco extrema su ajuste y cerrará el 30% de sus tiendas en España

C. Pareja /S. Riera

13 jun 2013 - 04:36

La cadena madrileña Blanco pierde dimensión en busca de la viabilidad. Tras contratar a la compañía estadounidense Gordon Brothers para buscar opciones que garanticen su continuidad, el grupo ha decidido reducir sustancialmente su red de distribución y cerrar el 30% de sus puntos de venta en España.

 

Según ha explicado Bernardo Blanco, director general de Blanco, en declaraciones a Modaes.es, “la compañía se encuentra barajando un gran número de estrategias para poder volver a la senda positiva”. El directivo ha asegurado que “el cierre de tiendas que no son rentables es una de las acciones que ya se están llevando a cabo”. La compañía cuenta en la actualidad con 160 establecimientos en España, de las que se cerrarán 45 en los próximos meses.

 

Fuentes sindicales consultadas por Modaes.es aseguran que el cierre de establecimientos podría llegar a ser aún más drástico y que Blanco podría deshacerse del 50% de sus tiendas en los próximos meses. La compañía ya ha cerrado establecimientos en las principales arterias comerciales de España, como su tienda en calle Preciados, en Madrid, o el establecimiento de Paseo de Gracia, en Barcelona. Blanco también ha cerrado puntos de venta en el mercado internacional, en países como Inglaterra o Portugal.

 

Otra de las opciones que baraja Blanco es la entrada de un inversor en el capital de la compañía. Fuentes cercanas a la empresa sostienen que una eventual operación corporativa no se materializaría hasta la resolución judicial sobre el concurso de acreedores. Blanco solicitó concurso voluntario de acreedores el pasado 3 de junio y, por el momento, no se ha nombrado a los administradores concursales. El juez todavía tiene que decidir si se mantendrá al actual director general de la compañía (Bernardo Blanco) o si por el contrario nombra a unos administradores concursales.

 

Los representantes de los trabajadores explican que la voluntad de la empresa es la de continuar reduciendo volumen, tanto en número de tiendas como en términos de plantilla. Por el momento, ya son alrededor de 300 los empleados que han abandonado la compañía por el cambio en el sistema de remuneración y ante la situación que atraviesa la empresa. Fuentes sindicales también han explicado que se prevé la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a parte de los trabajadores.

 

Tras ver como su plantilla se reducía en un 10% el pasado abril por la desconfianza de sus empleados y el cambio en el sistema de remuneración, los representantes sindicales interpusieron una demanda ante la Audiencia Nacional por la aplicación del artículo 41 de la última reforma laboral (que permite modificar los sistemas de remuneración y cuantía salarial que no estén expresamente recogidos en el convenio) por parte de la empresa, al considerar que su imposición no estaba justificada.

 

Blanco solicitó a principios de marzo preconcurso de acreedores para cuatro de sus sociedadesAvance y DiseñoDiagomoda, Tiendas Blanco España y Blanco Moda Internacional contaban desde entonces con un máximo de cuatro meses para llegar a un acuerdo con sus acreedores.

 

Tras haber intentado buscar un inversor para acelerar su desarrollo internacional y esquivar la caída de ventas que la compañía estaba sufriendo en España, Blanco inició negociaciones con el grupo catalán Mango, aunque finalmente se rompieron.

 

El último paso dado por la compañía ha sido el de continuar reduciendo su red de distribución y contratar los servicio de la estadounidense Gordon Brothers, empresa especializada en reestructuraciones, para buscar opciones para garantizar la continuidad de su negocio.

 

El objetivo de Gordon Brothers en Blanco será proveer de liquidez y gestión operativa a la empresa, con el fin de evitar el cierre de más tiendas, y fortalecer la posición de la cadena de moda española, que atraviesa problemas económicos y financieros.

 

La empresa, que hasta ahora sumaba 2.000 trabajadores, continúa teniendo problemas con algunos de sus empleados por el retraso en el pago de las nóminas.