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De Nylstar a Nanos: la moda española acumula una decena de concursos hasta julio

Esta vez, la crisis ha afectado a compañías de todo tipo: de start ups que han cerrado tras no levantar el capital esperado, a históricos grupos industriales, pasando por cadenas y firmas medianas.

De Nylstar a Nanos: la moda española acumula una decena de concursos hasta julio
De Nylstar a Nanos: la moda española acumula una decena de concursos hasta julio
Nanos, Neck&Neck y Poète siguen buscando comprador en los juzgados.

I. P. G.

26 jul 2023 - 05:00

La moda vuelve a tocar a las puertas de los juzgados. Dos años de pandemia, una recuperación a trompicones del consumo y, en muchos casos, una crisis estructural que nunca terminó de solucionarse, han arrastrado a una decena de empresas del sector en España a la liquidación o el concurso de acreedores en la primera mitad de año.

 

A diferencia de lo que ocurrió en años anteriores, cuando la crisis afectó a segmentos concretos (cadenas que se habían apalancado en una intensa expansión con retail, o pure players muy dependientes de la financiación externa), esta vez la oleada concursal es muy heterogénea.

 

La lista comenzó a engordar ya a cuentagotas durante 2022, con el cierre de Pura López, Pielnoble, Bonnet a Pompon, Acosta, Vudoir, Kling, Santa Marta, Montefibre o The Hip Tee, y ya a final de año, el concurso de acreedores de Neck&Neck y 21 Buttons.

 

 

 

 

Pero, en el arranque de este ejercicio, las crisis se han acelerado. El año comenzó con el anuncio del cierre de Manola, la start up impulsada a finales de 2020 por la influencer Belén Hostalet y su hermano, Jordi Hostalet.

Con un modelo de negocio bajo demanda y especializada en artículos para la práctica de pilates y yoga, la compañía llegó a facturar más de un millón de euros en su primer ejercicio completo, pero tras una fallida ronda de financiación a través de crowdfunding, terminó echando el cierre.

 

La imposibilidad de levantar fondos, sumado al contexto complejo macroeconómico, fueron también las causas que argumentó para su cierre el marketplace Fashionalia, que se acogió al concurso voluntario de acreedores. La empresa, fundada en 2016, había comenzado a desarrollar una red de tiendas físicas durante la pandemia.

 

Aunque quizás una de las crisis de mayor impacto ha sido la de Nylstar, una histórica del textil catalán, que presentó concurso de acreedores en febrero con la vista puesta ya en la liquidación.

 

 

 

 

La noticia cogió por sorpresa a los trabajadores que aún mantenía el fabricante de nylon, con sede en Blanes (Girona) y controlada desde 2009 por el grupo Praedium. La compañía fue fundada en 1923 por las familias Vilà y Gillet como Sociedad Anónima de Fibras Artificiales (Safa) e inició su andadura como productor de rayón, una fibra sintética derivada de la celulosa y popularmente conocida como seda artificial.

 

Otra histórica con actividad fabril que ha puesto punto y final en 2023 ha sido Marie Claire. La compañía, con sede y fábrica en Vilafranca (Castellón), había pasado a manos de los propietarios de Think Textil en 2021, pero no terminó de sanear los problemas financieros que arrastraba ya desde hace años.

 

Tras meses de negociaciones, la compañía presentó en junio un expediente de regulación de empleo (ERE) para 190 trabajadores, aunque mantenía la esperanza de encontrar un inversor que pueda darle una nueva vida a la compañía.

 

 

 

 

 

En una situación similar se encuentran Poète y Neck&Neck, liquidadas desde finales del año pasado y todavía pendientes de la búsqueda de un comprador para la marca pese a que los plazos judiciales están ya más que vencidos.

 

A la espera de un nuevo dueño está también la gallega Nanos, que presentó concurso de acreedores en junio y cuyo plazo para presentar ofertas finalizó el pasado 14 de julio. La empresa de moda infantil, que continuaba en manos de la familia fundadora, se suma a una lista cada vez más larga de compañías de su sector que han puesto punto y final en los últimos años, lastradas por la dificultad de generar escala y la caída de la natalidad. En su segmento, el de la moda infantil premium, han cerrado también Bonnet à Pompon, Neck&Neck y Pili Carrera.

 

Con todo, los concursos han llegado también a otras categorías: en los últimos meses los han presentado la firma de chaquetas La Condesa (si bien en este caso la marca no está incluida en el proceso) y la cadena de zapaterías Querol, que opera con 35 tiendas en España y emplea a más de cien trabajadores.

 

 

En el conjunto de la economía española, los concursos aumentaron un 21,5% en 2022

 

 

En el caso de La Condesa, la empresa presentó el llamado concurso exprés, es decir, la declaración y conclusión simultánea de concurso por insuficiencia de la marca activa. La marca se fundó en 2009 de la mano de Marina Conde y no comunicaba datos de facturación.

 

Querol, por su parte, echó a andar en 1963 de la mano de Miquel Querol y Carmen Velilla. La compañía ya había acometido un primer ajuste en 2019, con el cierre de tiendas no rentables, pero el Covid-19 terminó de agravar los problemas y la empresa no pudo hacer frente al pasivo que acumulaba.

 

En el conjunto de la economía española, los concursos se dispararon en 2022 tras el fin de la moratoria decretada por el Gobierno tras el Covid-19. En concreto, el número de empresas que terminó el año en concurso ascendió a 6.676 compañías, un 21,5% más que el año anterior.