Opinión

24 horas low cost

Susana Frouchtmann

2 ago 2010

Beyoncé, Shakira, Lady Gaga, Britney Spears, Amy Winehouse… son sin duda los iconos del momento, pero los jóvenes tienen como referentes de imagen a personajes más próximos como son los protagonistas de la serie televisiva Física o Química: Cabano, Ruth, Angy, Irene… O a Marcos y Vicky, de la serie El Internado. Y ellos se lo curran un rato porque en ese vestuario, que en ocasiones hasta parece algo desaliñado, hay un gran trabajo, peinado y maquillaje incluido.

Tal vez se trate de unos leggins, de unos shorts o de la mini, prendas de plena actualidad, con los complementos más in: grandes pañuelos de algodón, botas (aunque sea pleno verano), tacones de vértigo… Vaqueros, siempre. Porque este es el look de moda y además se lo pueden permitir: para eso están Stradivarius, Blanco, Bershka, Promod, Pimkie, H&M, Primark… El low cost que lo permite todo y que ofrece, sino diseño, las más actuales tendencias. Los más pudientes, recurren también (he dicho también) a Abercrombie & Fitch, todavía por Internet, y a alguna marca de lujo, in situ con sus papis.

Pero, ¿qué pasa tras, pongamos la barrera de los treinta, cuarenta años y más? ¿Es posible encontrar prendas con las que vestir con acierto; de otra forma, pero también actual, y ofrecer una buena imagen con prendas low cost? Es posible, sí. Los expertos en moda dicen que siempre se encuentra algo en cualquier lugar, incluidos los supermercados. Este ejercicio es el que he hecho esta semana: con un presupuesto máximo de 300 euros, buscar un look total con dos condicionantes: el menor precio con la mejor calidad, tejidos naturales y que ninguna prenda fuera de rebajas, algo posible ya que todas las cadenas low cost están sacando una última colección de verano. Otro requisito es que también se trataba de no salirme ni un pelo de mi estilo, ni disfrazarme de tennager. Otra consideración es que si digo el menor precio, es el menor. Así que Zara y Mango, ya estaban por encima de mi objetivo; y tampoco se trataba de entrar en outlets, tampoco en Lefties. Aclarado esto, ¡a la calle!

Entrar en cualquier espacio low cost produce un cierto mareo: no es lo mismo entrar en una tienda de marca, en la que de cada modelo como máximo hay colgadas dos prendas, que entrar en estas selvas pobladas por no menos de cincuenta burros de lo que cuelgan docenas de prendas del mismo color y modelo. Se trata por tanto de hacer una verdadera labor de sabueso.

El jean
Empecemos por los vaqueros, de los que Armani ya decía que es la prenda que todos deberíamos tener en el armario. Pero no es tan sencillo dar con el acertado: uno de los encantos del jean es que puede hacer un buen cuerpo, por lo que el corte es hiperimportante. En todos los low cost hay cientos. Escogí uno pitillo de Primark, en un denim oscuro de algodón con un 1% de elastán, por su gramaje más fino (más adecuado para los rigores de agosto) y porque sentaba de maravilla, 17 €.

Las camisetas
Otro básico imprescindible (en este caso para todo el año) son las camisetas blancas de cuello redondo y manga corta. Curiosamente, no todos las tenían. Bueno, sí, pero unas tenían un bolsillo, otras, botones… No eran las básicas, que además prefiero de algodón 100%. Shana las tiene a 3,99 € y en más colores que Primark, pero como mi opción es Bbanco y ahí las tiene a 2 €, no tengo por qué pagar el doble siempre que tengan una manufactura correcta: el cuello está bien acabado y la manga bien montada. Gana Primark. Otra camiseta que para mí también es básica, pero en este caso sólo en verano y en varios colores, son las que tienen la espalda tipo nadador. Opto por una de Bershka de algodón con un pequeño porcentaje de elastán a 3,95 €. Me esfuerzo luego por encontrar alguna camiseta de diseño en negro, prenda útil para las noches de verano. Las hay a montones en todas partes, pero ninguna me convence y la única que me convencería, si estuviera mejor hecha, llevo cinco años viéndola sucesivamente en H&M, en Stradivarius…. Son una muy mala copia de una de hace seis veranos de Donna Karan fantástica. Este año la ha hecho Shana con idéntico resultado. No.

El estilo militar y camuflaje
Es protagonista en esta última colección de verano. Dudé porque, comprobado el buen tallaje de Primark, que tiene uno a ¡13 €!, prefiero un tono caqui más intenso, que encuentro en Promod: de algodón y con un cinturón de polipiel cuesta 29,95 €. Más militar en Pimkie: chaqueta corta en algodón 100%, 34,95 €. De pronto también veo unas botas que me entusiasman, típicamente militares, a 32,95 €, pero desisto porque no me siento capaz de achicharrar mis pies en esas botazas completamente sintéticas. Ya se sabe que hay amores que matan pero yo no quiero ver morir mis pies (luego hablaremos de calzado). En Bershka encuentro una bermuda corta con pinzas, bolsillos laterales y cinturón, de nuevo en algodón, por 17,99 €. Y en H&M me pirra un vestido palabra de honor ajustado al cuerpo, de nuevo algodón con 5% de elastán: estampado camuflaje y ribetes negros, 29,95 €.

Las camisas
Ni que decir tiene, que las camisolas de inspiración india están en todas partes. Si quisiera una, que no quiero (son la viva representación de lo que llamo trapo), la compraría en Primark, que las tiene a 11 € y no hay diferencia alguna con las de la competencia (me las he mirado al derecho y al revés). Descartada esta prenda, prefiero una camisa de cuadros en algodón 100%, que también la puedes usar todo el año. De nuevo una de Primark, en la que predomina el azul índigo, a 9 €.

Los bolsos
En este caso, por supuesto, hablamos de polipiel, el precio manda y, por otra parte, es un complemento que no llevamos adherido al cuerpo de ninguna forma y los fabricantes están consiguiendo excelentes texturas y colores; tanto es así, que no sólo encuentro polipiel en los low cost (dando vueltas por la ciudad, he visto licencias, por ejemplo, de Valentino y Guy Laroche, mucho más currados en su manufactura, sí, pero de polipiel). Mi opción es un bolso maxi en un gris acero de H&M, 14,95 €; un pequeño macuto de inspiración militar de Primark, 7 €; y un bolso saco color arena también Primark, 9 €. Los grandes bolsos en tela, casi de week end, son “lo más”: escojo uno estampado con pequeñas flores de Blanco, 14,99 €, y otro estampado selva en tonos caqui con remates de polipiel en Primark, 7 €, donde también encuentro una pulsera fantástica con falsas piedras de resina y monedas de metal a 3 €, así como un cinturón de polipiel color cuero a 2 €, y un pañuelo de algodón, en cuadros tipo Madrás y adornos de monedas por 4 €.

Los vestidos
Ya he mencionado uno en militar, pues añado otro también palabra de honor, de algodón con 5% elastán, en rojo e hiperceñido de Blanco, 29,99 €. Vestidos largos, con flores y tirantes, hay tantos como camisolas y con todos me veo trapo. Me sorprende encontrar en Primark uno en lino 100% color malvaañil, forrado y con pliegues a 19 € que podría llevar con un bolso en idéntico tono en forma de abanico en falso ante a 5 €. Lo descarto sólo porque el color no favorece a mi piel.

Los zapatos
Ahí la polipiel, y otros materiales sintéticos, ya he dicho que me matan. Y si tienen tacón y plataforma, pesan tanto que me es imposible caminar con ellos. ¡Qué rabia! Con lo que me gustan los tacones… A punto de desistir, en Stradivarius doy con unos peep toes de loneta de algodón, exterior e interior, con plataforma y tacón de caucho crepe sintético, 32,95 €. Y en Promod encontré unas sandalias planas con finas tiras de polipiel, apliques de pedrería y suela de piel que hacen un pie precioso; irresistibles, pese a costar 39,95 €, (sólo los zapatos representan el 23% del presupuesto asignado), pero tampoco se trata de ir todo el día con tacones de palmo.

El resultado es que me he pasado ¡9,62 euros!: 309,63 euros en unos vaqueros, un pantalón militar, un pantalón bermuda, dos camisetas, una camisa, dos vestidos, una chaqueta, tres bolsos, dos bolsas, dos pares de zapatos, un cinturón, un pañuelo y una pulsera.

En mi anterior artículo, les decía que la mejor fórmula de comprar en rebajas es buscando aquellos productos de marca cuyos precios son inalcanzables para la gran mayoría porque con estos se nutre un buen fondo de armario. Aunque añadiré un pequeño detalle que ayuda en su duración: el lavado. Alucino cuando veo algunas coladas mientras pienso que más de una prenda no saldrá muy bien parada de ese ajetreo. Lavar algunas prendas a mano no es tan laborioso, las prendas conservarán mejor su textura y color, sin olvidar que gastamos menos electricidad, también agua. En este caso, antes de ponerme nada, he lavado todo con el mismo método (no veo por qué hay que tratar peor las prendas low cost) y esa primera lavada, todas la han resistido sin fallos.

Ayer me puse el primer conjunto low cost: vaqueros Primark, camiseta de nadador de Bershka, pañuelo y pulsera de Primark, cazadora militar de Pimkie, bolso maxi de H&M y los peep toes de Stradivarius. Todo por 110,80 €.

“¡Vas super!”, me dijeron cuantos me vieron, a los que expliqué con detalle mi recorrido y de dónde provenía cada pieza de mi atuendo. Alucinaron con los precios Primark, cuya política es obtener beneficio por volumen de negocio. Les falta una mayor definición en el concepto tendencias; si lo consiguen, cavilo ¿de qué forma defenderán sus productos el resto de cadenas?

Y me queda una última cuestión: ¿es posible lograr el mismo resultado que he obtenido en este recorrido con las colecciones de invierno? Pienso que es más difícil.

Feliz verano.

Susana Frouchtmann

Susana Frouchtmann

Susana Frouchtmann. Periodista, escritora, asesora de Comunicación Cultural; experta en Relaciones Externas y Protocolo. Competencias que desarrollo a tanto a nivel nacional como internacional. Fui directora de Salones de Moda para la Fira de Barcelona y de la Pasarela Gaudí, de la que también fui cofundadora. En los años transcurridos desde que no ejerzo este cargo, el sector textil ha cambiado profundamente; un cambio que sigo con interés, expectante siempre.