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Mojca Zupan: “Es más fácil ser un poco sostenible que serlo completamente”

La fundadora y consejera delegada de Planet Care, Mojca Zupan, sostiene que “el consumidor no quiere complicarse la vida para ser sostenible” y que, a la hora de ofrecer una solución, las empresas deberían tenerlo en cuenta.

Modaes

1 jun 2022 - 04:50

Planet Care, Mojca Zupan

 

 

“Se pueden adoptar muchas medidas para ser más sostenible”. La activista Mojca Zupan fundó hace cuatro años Planet Care, especializada en filtros para la lavadora que reducen el vertido de microplásticos al océano. Con el objetivo de ofrecer soluciones para que los consumidores adopten hábitos más sostenibles, la directiva explica que “renunciar a comprar ropa sintética no es una posible opción, porque vestir a todo el mundo con algodón orgánico tampoco sería sostenible”. “También conviene saber que la calidad del tejido puede hacer que la prenda dure más y contamine menos”, señala la empresaria.

 

 

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Pregunta: ¿Qué papel tiene la fase de uso y lavado en el impacto del medioambiente de la ropa?  

 

Respuesta: Es enorme, mucho mayor de lo que nadie se esperaría. El 35% de los microplásticos del océano son microfibras que proceden de las lavadoras. Cuando se lava la ropa, muchos de los microplásticos se filtran y acaban en el océano. Es un problema muy importante, pero, ahora que todo está cambiando, por fin estamos haciendo algo al respecto.

 

 

P.: Esta fase se suele olvidar cuando se hace referencia a la sostenibilidad en la moda. ¿Por qué?

 

R.: No sabría decir por qué las marcas no ponen el foco en esta fase. Es un problema muy complejo y en él están involucradas muchas partes. No se puede atribuir la culpa a la lavadora, pero tampoco a la camiseta o a los lavados que se han hecho. Es un todo en el que cuenta tanto el hogar, como el textil, la industria química y la propia empresa. Tiene tantos agentes involucrados que es muy complicado para asumir la responsabilidad y, finalmente nadie quiere asumirla. Relacionar la contaminación de microplásticos con las empresas de moda no es lo mejor para la industria, a menos que se tenga una solución.

 

 

P.: ¿Deberíamos cambiar la lavadora?

 

R.: Las lavadoras cambiarán algún día. Francia fue el primer país en adoptar una legislación y a partir de 2025, todas las lavadoras que se vendan en el país galo deberán tener un filtro de microfibras instalado. Esperemos que, después de adoptar esta medida, otros países se sumen y colaboren igual. Esto haría que en un plazo de entre cinco y diez años todas las lavadoras tengan un filtro para prevenir este tipo de contaminación, o al menos, minimizarlo. Aunque, antes de que esto pase, se pueden adaptar muchas otras medidas. Pero la solución no está en renunciar a comprar ropa sintética porque vestir a todo el mundo con ropa hecha a partir de algodón orgánico tampoco es sostenible. Sólo hay que pensar en ello e intentar poner una solución considerando cada compra que se haga, lavando menos, llenando más la lavadora para minimizar el impacto, usando detergentes líquidos y haciendo la colada con agua fría. Aun sin filtros, hay mucho que se puede hacer sólo reflexionando sobre el problema.

 

 

 

 

P.: ¿Existe una falta de regulación?

 

R.: Definitivamente. La regulación ayuda mucho. Lo que beneficia al planeta y al océano no contribuye, necesariamente, a una vida más fácil o propuestas interesantes de venta de lavadoras. Hace falta regulación, si no, es imposible que la gente adopte medidas: el 90% de la gente no compraría un filtro para poner en su lavadora, pero si ya viene implementado la población haría uso de él.

 

 

P.: ¿Saben lo suficiente los consumidores sobre cómo cuidar su ropa?

 

R.: No y esto es algo con lo que las marcas de moda podrían jugar un papel esencial. Deben educar al consumidor sobre cómo cuidar la ropa que venden. Tanto si hay materiales plásticos como si es ropa sintética, es muy importante saber cómo lavarla o repararla. Esta última medida es una solución ejemplar: comprar menos y reparar más; usar más la ropa. Todos los problemas medioambientales se reducirían adaptando esta iniciativa. Marcas como Patagonia o The North Face ya cuentan con servicios de reparación y sería un gran avance si otras empresas comienzan a implementarlo.

 

 

P.: ¿Existe una diferencia entre lo que dicen los consumidores y lo que realmente están dispuestos a hacer?

 

R.: Si, definitivamente. Hay una diferencia abismal. En la vida real la gente se agobia: puede que tengas hijos o un trabajo muy exigente y lo que realmente te importa es que tu vida sea más fácil. Por lo que no quieres complicártela mucho con distintas acciones para ser más sostenible. A la hora de ofrecer soluciones al consumidor es muy importante tener esto en mente. Es mejor ser un poco sostenible que completamente sostenible porque, a largo plazo, el proceso durará más. Aunque en definitiva hace falta más educación. Si tuviéramos un manual de instrucciones básicas la gente lo seguiría, pero si no lo hay, la gente se agobia y se pierde en el proceso.

 

 

 

 

P.: ¿Cuál es la responsabilidad de los retailers?

 

R.: Para dejar recursos a las siguientes generaciones hace falta cambiar el proceso de producción y ser más responsable, tanto por parte de los retailers como por parte del consumidor. Los consumidores tienen el poder de elegir a qué marca o empresa apoyan y, estos, deben ofrecer soluciones de reciclaje o end to end para promover un consumo responsable. No es sólo cuestión de vender, sino también sobre qué pasa después de la venta. Hay que ofrecer información sobre cómo reparar el producto, dónde se ofrece ese servicio o incluso qué hacer con la prenda cuando está completamente rota y no se puede volver a usar.

 

 

P.: ¿Está la calidad relacionada con el pacto medioambiental de una prenda?

 

R.: Si y no. Hasta ahora no hemos analizado etiquetas específicas en nuestros laboratorios, por lo que no sabría qué decir. Sin embargo, es cierto que las fibras de gran calidad tienen una estructura diferente y, generalmente, suelta menos partículas a la hora del lavado. Literalmente, hay alfombras que se deshacen después de diez lavados y, por supuesto, la calidad del tejido importa porque hará que dure más y contaminará menos. Además, mientras más cara es una prenda, más cuidará de ella el consumidor.

 

 

P.: ¿Qué se puede hacer desde el diseño?

 

R.: Mucho, el diseño de los tejidos y el diseño de las prendas tiene mucho que ver, además de pensar qué materiales hay que mezclar y cuales no para poder dar una segunda vida a las prendas.

 

 

 

 

P.: ¿Hay falta de innovación en los productos de limpieza?

 

R.: Menos, es más. No es bueno usar detergente en grandes cantidades. En nuestro laboratorio vemos a menudo que la recomendación de la dosis para lavar la ropa es más de la adecuada. Si se pone una lavadora con ropa normal, que no esté excesivamente sucia, la cantidad de detergente que se debería usar es mínima y la ropa se lavaría igual. Además, siempre recomendamos usar detergentes líquidos porque se disuelven y no se quedan adheridos al filtro.

 

 

P.: ¿Lavamos demasiado a menudo la ropa?

 

R.:  Si, lo hacemos. Hoy día, te pones una camiseta una vez y la lavas. No estamos acostumbrados a usar la misma camiseta o ropa varios días seguidos. Es cuestión de habituarse. Recomendaría a todo el mundo intentarlo y quizás, si te sientes a gusto, comiences a tenerlo como hábito.