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Nueva York abre la veda: obligará a las empresas de moda a medir su impacto en toda la ‘supply chain’

La normativa será aplicable a empresas que operen en Nueva York (independientemente de su lugar de origen) y las multas podrían llegar al 2% de su facturación anual. Las marcas tendrán doce meses para cumplir con la norma.

Modaes

10 ene 2022 - 13:00

Nueva York abre la veda: obligará a las empresas de moda a medir su impacto en toda la ‘supply chain’

 

 

Ser trazable y transparente será obligatorio por ley. El viernes, se presentó en la Asamblea Estatal de Nueva York un proyecto de Ley con el que el estado aspira a obligar a las compañías de moda a trazar y comunicar su impacto medioambiental en toda la cadena de valor. De aprobarse, sería la ley más ambiciosa en este sentido y podría abrir la puerta a normativas similares en otros países.

 

La Fashion Sustainability and Social Accountability Act (Fashion Act), propuesta por la senadora Alessandra Biaggi y por Anna R. Kelles, miembro de la asamblea estatal, está respaldada por entidades como el New Standard Institute, el Natural Resources Defense Council y la New York City Environmental Justice Alliance, así como por la diseñadora Stella McCartney.

 

La norma aplicaría a compañías de moda, independientemente de su lugar de origen, que operen en Nueva York y que facturen al año más de cien millones de dólares. Prácticamente todos los grandes grupos del sector entran en esta categoría (de Inditex a H&M, pasando por Shein), incluyendo grupos españoles como Sociedad Textil Lonia o Desigual.

 

 

El Fashion Act obligaría a las compañías de moda a identificar al menos el 50% de su cadena de valor, desde la materia prima hasta la logística, y medir qué parte tiene un mayor impacto social y medioambiental en términos de emisiones de carbono, gestión de los químicos y el agua, consumo de energía y salarios dignos.

 

Además, las empresas deberán compartir sus volúmenes de producción y analizar cuánto algodón o poliéster consumen. La información deberá estar disponible en Internet, y las compañías tendrán doce meses para cumplir con la identificación de proveedores y dieciocho para analizar su impacto.

 

La normativa contempla multas de hasta el 2% de la facturación anual para los infractores, que se destinarán a un fondo administrado por el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York. También se publicará una lista anual de las empresas que no cumplan con la normativa.

 

 

El Fashion Act marca un punto de inflexión en la legislación sostenible en moda. Nunca hasta ahora ningún regulador había llegado tan lejos: en países como Alemania, Francia, Reino Unido o Australia, la normativa se centra únicamente en la due diligence en materia de derechos humanos.

 

En esta misma línea, California aprobó el año pasado el Garment Worker Protection Act, que establece un salario mínimo por hora para los trabajadores de la confección, y Estados Unidos dio luz verde a finales de diciembre a una normativa que prohíbe las importaciones de productos de Xinjiang por las condiciones de trabajo a las que es sometida la minoría uigur en la región.

 

El objetivo de los impulsores del Fashion Act es que, tras pasar por los comités de la Asamblea y el Senado, pueda someterse a votación en primavera. Desde entonces, las empresas tendrán doce meses para mapear toda su cadena de valor. La normativa también supone un gran salto adelante en transparencia: grupos como Shein, que nunca han realizado comunicación corporativa, deberán hacer pública su cadena de suministro.