The Body Shop se declara en quiebra en Estados Unidos y Canadá

Nuevo colapso para la cadena cosmética británica The Body Shop. La compañía se declaró en quiebra en Estados Unidos y Canadá y está teniendo dificultades para pagar a sus proveedores en Australia mientras los mercados extranjeros más rentables del grupo luchan contra la escasez de efectivo tras el colapso de su matriz en el Reino Unido el mes pasado, según ha publicado The Guardian.

La filial estadounidense del grupo de cosmética ha dejado de operar en sus cincuenta establecimientos. El sábado, se acogió al Capítulo 7 de insolvencia, según el cual se venden activos para saldar deudas, poniendo en riesgo unos 400 puestos de trabajo, incluidos los de un centro de distribución que todavía mantiene acciones por valor de millones de dólares.

Por otra parte, en Canadá, 33 de las 105 tiendas han cerrado, con la pérdida de más de 200 puestos de trabajo. En Australia, donde el grupo opera casi 100 tiendas, y en Nueva Zelanda, donde cuenta con más de veinte, el futuro de la cadena está en juego mientras intenta cubrir grandes deudas después de perder el acceso a los fondos.

Según fuentes de la compañía, la parte rentable del negocio, procedente de otros mercados, podría cubrir sus gastos diarios con el flujo de caja, pero necesitaría fondos adicionales para cubrir las deudas con proveedores como empresas de logística, almacenes y agencias de marketing por servicios que se remontan a la temporada navideña.

The Body Shop colapsó en Reino Unido en febrero, tras la compra por parte del fondo Aurelius

La filial británica de The Body Shop colapsó en febrero, sólo unos meses después de que el fondo alemán Aurelius comprara el grupo fundado por la fallecida activista medioambiental y de derechos humanos Anita Roddick. El acuerdo se completó en enero y la empresa de Reino Unido entró en administración menos de seis semanas después.

Los ingresos generados por los principales negocios extranjeros durante el período comercial comprendido entre noviembre y diciembre se depositaron en una cuenta global, con sede en Reino Unido, en una práctica denominada cash pooling, según fuentes de la empresa. Sin embargo, los fondos de la cuenta no están disponibles para cubrir las deudas con los proveedores contratados durante ese período, ya que el acceso se cortó cuando la empresa matriz del Reino Unido nombró a la firma de contabilidad FRP Advisory como administradora.

Las empresas de América del Norte y Australasia se consideran acreedores de la rama del Reino Unido y es posible que tengan que esperar meses para realizar cualquier pago a través de FRP.

Desde que el negocio del Reino Unido colapsó, FRP ha anunciado el cierre de más de 80 de las 198 tiendas y se han perdido más de 300 puestos de trabajo en su oficina central.