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Pepe Baena (OBS): “La tranquilidad se ha acabado, y los sobresaltos suceden diariamente”

El profesor Pepe Baena, director del Máster de Dirección de la Producción y Automatismo Industrial de la OBS, ha dirigido el informe Situación actual de la cadena de suministro, que analiza los retos del sector logístico.

Pepe Baena (OBS): “La tranquilidad se ha acabado, y los sobresaltos suceden diariamente”
Pepe Baena (OBS): “La tranquilidad se ha acabado, y los sobresaltos suceden diariamente”
Pepe Baena es director del Máster de Dirección de la Producción y Automatismo Industrial de la OBS.

Celia Oliveras

28 mar 2024 - 05:00

El derrumbamiento del puente de Baltimore, que ha interrumpido las operaciones marítimas del puerto de la ciudad, es la última de las disrupciones a la que se enfrenta la cadena de suministro mundial. Este nuevo reto, sin embargo, tan solo se añade a una larga lista de dificultades, que también incluyen las tensiones geopolíticas, la piratería o el giro proteccionista de Occidente. ¿Cómo deben ser las cadenas de suministro del futuro para hacer frente a un panorama global cada vez más cambiante? Según Pepe Baena, director del Máster de Dirección de la Producción y Automatismo Industrial de la OBS, "la tranquilidad se ha acabado", y los sobresaltos sólo acaban de comenzar.

 

 

Pregunta: Después del Covid, la guerra de Ucrania y la crisis del Mar Rojo, ¿Qué más sobresaltos se pueden esperar en la cadena de suministros en los próximos años?

 

Respuesta: Uno muy importante, que es la sostenibilidad. Las emisiones deben reducirse un 40% para 2030 y llegar a la neutralidad climática en 2050. Esto supone que muchas empresas y proveedores van a tener que cambiar sus formas de trabajo y ajustarse a un nuevo modelo menos contaminante, con el coste extra que supone. Además, también se van a tener que enfrentar a los conocidos como avisos de guerras, como es el caso de Taiwán, que China se está intentando anexionar y podría desembocar en un conflicto. Una posible guerra en Asia, que es el gran proveedor mundial, afectaría a todo el comercio internacional. Podemos hablar también de los monopolios de China o de la falta de trabajadores en el sector, que hará que muchas compañías tengan que luchar con salarios por conseguir a los empleados.

 

 

P:¿Se puede considerar que la crisis del Mar Rojo está ya solucionada?

 

R: Mientras no acabe la guerra en Gaza no podemos decirlo. En el Mar Rojo ya existían los piratas somalíes, lo único que ahora se han unido los hutíes. Lo que ocurre es que las compañías navieras prefieren no arriesgarse y están desviando sus rutas hacia el cono de África. Esto, además de aumentar el coste, afecta al parque de contenedores, que es el que es, y cuando se alarga la duración de los viajes, dejan de estar disponibles muchos contenedores para volver a cargarlos.

 

 

P: ¿Pueden las empresas blindar de alguna manera sus cadenas de suministro ante estas disrupciones?

 

R: Existen algunas herramientas. El Covid nos enseñó que, por ejemplo, no se puede depender de un solo proveedor o la importancia de buscar proveedores más cercanos. Sin embargo, reconstruir las infraestructuras y el sistema de comercio mundial necesitaría entre cuatro o cinco años, no se puede hacer a corto plazo. Es una labor, por lo tanto, que hay que empezar de cara al futuro. También hay otras herramientas nuevas, como la IA. Esta tecnología no nos va a sustituir cómo creen algunos, de hecho, como cada día manejamos más datos, va a permitir que, si se utiliza de la manera correcta, la utilicemos para modificar y adaptar nuestros planes en función de toda esta información.

 

 

P: ¿Qué impacto en el resultado de las empresas tienen este tipo de disrupciones?

 

R: La adaptación tendrá un impacto muy importante. En las grandes está claro que supondrá una reducción de sus márgenes, pero también se dará un efecto boomerang, ya que recogerán los clientes de las empresas más pequeñas que, ante el aumento de costes, tengan que cerrar.

 

 

P: ¿Cómo se explica el giro proteccionista de muchos países en términos de comercio internacional?

 

R: Comenzó precisamente cuando los países cerraron sus fronteras durante el Covid, y los gobiernos implantaron medidas proteccionistas para intentar que sus países fueran más eficientes. Durante la pandemia se exigía mucho más a las empresas del exterior, por ejemplo, que a las del interior, en un intento de generar una sensación de que, como país, éramos autosuficientes.

 

 

P: ¿Cómo deben ser las cadenas logísticas del futuro para evitar ser tan vulnerables a los choques geopolíticos?

 

R: Las futuras cadenas deben ser muy flexibles y ágiles, y estar en constante funcionamiento y análisis. La tranquilidad se ha acabado, y los sobresaltos suceden diariamente. La única manera es, además ser muy técnicos, apoyarnos en las nuevas tecnologías, como la IA y el blockchain. El camino va por ahí, pero no únicamente. Las empresas tienen que empezar a utilizar energías limpias e incluso generarlas ellos. Y a pesar de todo, siempre habrá cosas que se nos escapen.

 

 

P: ¿Quién está absorbiendo este aumento de los costes de transporte?

 

R: Aunque sí que ha habido un traslado de precios al consumidor, esto puede llegar a cambiar el comportamiento de los consumidores, así que acaban por ser las empresas las que lo tienen que asumir. Mayoritariamente, por lo tanto, lo han hecho las empresas, pero llegará un momento que ya no lo puedan soportar.

 

 

P: ¿Cuáles son algunos de los posibles retos futuros que enfrentará el comercio internacional más próximamente?

 

R: Realmente, el reto principal es no saber qué puede pasar. Tenemos que trabajar con un panorama en el que las empresas asuman los riesgos que ya conocemos, ahí sí se pueden comenzar a poner soluciones. El verdadero reto es, sin embargo, sobre los problemas nuevos que, simplemente, nos vayamos a ir encontrando. La gran parte de las empresas trabajan sobre un histórico sobre el que se preparan para futuros problemas, pero poner medios para evitar problemas que, ni se conocen ni han pasado todavía, también vale dinero, y las empresas hoy en día ya van bastante apretadas como para hacerlo.