Entorno

Del orgánico al reciclado: breve mapa del algodón “preferente”

Pese a ser una fibra de origen natural, la sostenibilidad en el algodón es cuestionable debido a la gran cantidad de agua que se necesita para su producción y su larga cadena de valor. En la última campaña, el 69% del algodón que se produjo en el mundo era convencional.

Del orgánico al reciclado: breve mapa del algodón “preferente”
Del orgánico al reciclado: breve mapa del algodón “preferente”
En la última campaña, el 30% del algodón que se cultivó en el mundo contaba con certificaciones sostenibles.

C. Juárez

27 sep 2022 - 05:00

Se cultivó por primera vez en India y hoy es la segunda materia prima de la moda. En este nuevo Insight, patrocinado por Bcome, Modaes repasa los principales datos del oro blanco de la moda, el algodón, desde cuáles son los principales polos de producción en el mundo hasta su cultivo en España.  

 

 

La frontera de la sostenibilidad es la meta del algodón para mantener su reinado frente a las fibras artificiales y sintéticas. Las políticas sostenibles de los gigantes de la moda, presionados por la legislación, han provocado que en los últimos años se incremente la investigación y la promoción de un algodón más sostenible.

 

 

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Pese a ser una fibra de origen natural, la sostenibilidad en el algodón es cuestionable debido a la gran cantidad de agua que se necesita para su producción (cerca de 10.000 litros de agua para producir un kilogramo de algodón) y su larga cadena de valor (la fibra de algodón que se cultiva en Estados Unidos se envía a China para que se hile y teja, luego se confecciona en Bangladesh y vuelve a Estados Unidos en forma de camiseta).

 

Apostar por una forma de cultivo con menor impacto medioambiental y con una cadena de valor más local es uno de los objetivos de las principales asociaciones, que abogan por hacer de la moda un sector más sostenible. “La mayoría de los procesos están deslocalizados”, señala Alba García, cofundadora y co-consejera delegada de Bcome, una empresa especializada en cuantificar el impacto medioambiental en las cadenas de producción de las empresas de moda.

 

 

 

 

En la última campaña, el 69% del algodón que se produjo en el mundo era convencional, según el último informe Preferred Fiber and Materials Market Report de Textile Exchange. El otro 30% del algodón que se cultivó en el mundo contaba con certificaciones sostenibles, como BCI o Abrapa, mientras que el 0,96% era algodón reciclado.

 

En la última década, la producción de algodón preferente se ha disparado. En la campaña de 2012/2013 sólo suponía el 5% del algodón mundial, y en las dos campañas posteriores ascendió hasta el 9%.  

 

En la campaña de 2015/2016 la producción de algodón más sostenible escaló hasta el 13%, en la siguiente llegó al 16%, y siguió aumentando en las siguientes temporadas. En la campaña de 2017-2018 el algodón sostenible llegó al 22% y en 2018-2019 alcanzó una cuota del 25%.

 

 

 

 

Durante la última campaña, produjeron algodón sostenible cerca de 229.280 agricultores repartidos en 51 países que cultivaron alrededor de 249.153 toneladas de fibras de algodón más sostenible. India, primer productor de algodón convencional, también es el primer productor de algodón orgánico del mundo, con una cuota del 49,8% del algodón orgánico.

 

El algodón orgánico en la India no ha estado exento de escándalo. En octubre de 2020, Gots, una de las principales certificaciones de fibras sostenibles, reconoció que más de 20.000 toneladas de algodón en India habían sido certificadas como orgánicas cuando en realidad no lo eran.

 

Le sigue China, donde hay 30.589 agricultores que cultivan algodón orgánico y cuentan con una cuota de mercado del 12,3%. El top 3 lo cierra Kirguistán, que produce el 11,8% del total de algodón orgánico del mundo.

 

Turquía, Tanzania, Tayikistán, Estados Unidos y Uganda le siguen en el ránking, con una cuota del 9,7%, del 4,5%, del 4,2%, del 2,8% y del 1,9%, respectivamente. El resto de los países donde más se cultiva algodón orgánico, con una cuota por debajo del 1% son Pakistán, Grecia, Benín, Perú, Burkina Faso, Egipto, Uzbekistán, Etiopia, Brasil, Mali, Myanmar, Tailandia y Senegal.

 

 

 

 

Uno de los mayores impulsores de la producción de algodón más sostenible es Better Cotton Iniciative (BCI), que tiene como propósito reducir el impacto ambiental de la producción de algodón, mejorar los medios de vida y el desarrollo económico en las zonas de algodón. La organización promueve el cultivo del algodón con menor uso de agua y sin pesticidas ni herbicidas.

 

En la temporada 2020-2021, el algodón BCI ya copó el 20% de la producción total de esta materia prima, aunque retrocedió un 25% frente a la campaña anterior, hasta 4,7 millones de toneladas, debido principalmente a razones climáticas, según datos de la entidad.

 

En la campaña, el algodón BCI ya se cultivaba en cerca de 2,9 millones de granjas en veinticuatro países. Brasil es el primer productor de algodón BCI del mundo, con 829.508 ochocientas toneladas, seguido de India y Pakistán.

 

 

 

 

Después de finalizar su estrategia a cinco años, los planes del BCI pasan por poner en marcha una nueva estrategia hasta 2030 con el objetivo de incrementar la producción de este tipo de algodón a escala global, fortalecer los principios y criterios de la implementación del algodón BCI y desarrollar mayores estándares de trazabilidad.

 

España está trabajando para implementar el algodón BCI. La asociación interprofesional del algodón, Espalgodón, está trabajando con la organización para que el algodón cultivado en España consiga la etiqueta BCI.

 

Aunque Better Cotton es una de las mayores iniciativas que promueve el algodón sostenible, también existen otras organizaciones de producción de algodón sostenible. Entre ellas se encuentra Abrapa, que en la campaña 2019-2020 produjo 2,9 millones de toneladas de algodón sostenible.

 

 

 

 

Otras organizaciones similares son Basf E3, que produjo en la última campaña cerca de 1,6 millones de toneladas de algodón sostenible, Cotton Made in Africa, Cleaner Cotton y Fairtrade, entre otras.

El reciclaje del algodón es otra de las alternativas que la industria está empezando a tener en cuenta para avanzar en sostenibilidad. En

 

España, existen varias empresas especializadas en algodón reciclado, como Pagés Valentí o Hilaturas Ferre, con décadas de trayectoria y que ahora tienen una oportunidad por delante gracias al impulso de la legislación.

 

De hecho, los grandes grupos de moda ya han empezado a consumir este tipo de materia prima. Inditex, por ejemplo, tiene establecido entre sus objetivos que para 2023 el 100% del algodón que use para sus prendas sea orgánico, BCI o reciclado. Por su parte, el 7% del algodón que usó H&M en sus colecciones en 2021 era reciclado. 

 

 

Reto: la trazabilidad

 

La trazabilidad es el principal reto para el algodón, que ha ganado terreno en los últimos años gracias a la tecnología y la demanda de los consumidores, que exigen más transparencia dentro del sector.

 

“El grado de impacto de una empresa está sujeto siempre al grado de trazabilidad”, sostiene García, que añade que llegar a la materia prima es “una utopía”, porque hay poco acceso a la información. “Necesitamos mecanismos que garanticen que la materia prima viene de un cultivo orgánico o de fuentes más sostenibles: no podemos apoyar la producción si no tenemos el control de la cadena”, asegura García.

 

Existen ya varias organizaciones que certifican la trazabilidad del algodón, desde la identidad de la semilla hasta el control en el transporte. Entre ellas se encuentran Textile Exhange, Organic Content Standard (OCS) and Global Organic Textile Standard (Gots).