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Lacoste, paso adelante en España: la filial abre en Barcelona sus primeras oficinas

La filial española ha abierto nuevas oficinas en el país después de comprar su negocio a la familia Basi, quien distribuyó la marca en la Península Ibérica durante seis décadas, y ejecutar un expediente de regulación de empleo.

Silvia Riera

11 abr 2019 - 05:00

Lacoste, paso adelante en España: la filial abre en Barcelona sus primeras oficinas

 

 

Lacoste abre sus primeras oficinas en España. La recién constituida filial española del grupo francés se ha instalado en el número 16 de Gran Vía, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Se trata de una zona nueva de oficinas que se levantó en torno al nuevo recinto ferial de Fira de Barcelona en uno de los accesos a la capital catalana.

 

El traslado de la plantilla a las nuevas oficinas ya se ha realizado. Con este movimiento, la empresa francesa sienta ya las bases de la que será su nueva etapa en el país, cuando se cumple ya casi un año y medio desde que compró su negocio en la Península Ibérica a su socio histórico en el país, Basi.

 

Lacoste cerró 2016 con una cifra de negocio de 2.000 millones de euros y una plantilla de alrededor de 10.000 trabajadores en todo el mundo. A finales de 2018, el grupo ficho a una ex diseñadora de Joseph, Jigsaw o Tommy Hilfiger como nueva directora creativa tras la salida del grupo de Felipe Oliveira.

 

 

 

 

El grupo opera en el mundo a través de más de quince filiales ubicadas en mercados clave como el estadounidense, el británico, el alemán o el chino. Por otro lado, la empresa mantiene acuerdos de distribución con socios locales, sobre todo en países africanos y asiáticos, y cuenta también con joint ventures en mercados como el mexicano, el italiano o el ruso, entre otros.

 

Durante las seis décadas en las que Lacoste estuvo pilotada en el mercado español por su distribuidor local, la marca se gestionó desde las instalaciones que la familia Basi tenía en Badalona. En la operación de compra que se cerró en septiembre de 2017, Lacoste se hizo con varios de los activos, entre ellos la plantilla, pero no con el inmueble, que permanece en manos de los Basi.

 

El traslado también se produce después de completar el expediente de regulación de empleo (ERE), que Lacoste concluyó hace medio año y que afectó a 92 trabajadores. Los recortes de plantilla se produjeron por el cierre del almacén que el antiguo distribuidor de la marca tenía en Barberá del Vallès (Barcelona), además de afectar al personal de una tienda en Barcelona y al de oficinas.

 

 

 

 

Basi, por su parte, que continúa en el negocio de la moda distribuyendo en España marcas internacionales, también ha dejado las instalaciones de Badalona para instalarse en el centro de la capital catalanaBajo la sociedad Jatro BCN, la familia Basi se ha instalado en Consell de Cent, junto a Rambla Catalunya.

 

Lacoste empezó a tantear la compra de su negocio a Basi en 2010, pero el acuerdo tardó en cristalizar, sobre todo después de que el grupo suizo Maus Frères tomase el control de la compañía en 2013 al comprar las participaciones a las diferentes ramas de la familia fundadora. Maus Frères, principal licenciatario de la producción de Lacoste en todo el mundo, cerró está operación por mil millones de euros.

 

 En España, la primera consecuencia de esta operación fue el cese de la licencia de fabricación de Lacoste en el país, que la familia Basi tenía desde la década de los sesenta. Aquella medida supuso un ERE sobre 86 trabajadores e hizo replantear el modelo de negocio a su socio local. Basi, que mantuvo entonces la licencia de comercialización en la Península Ibérica para la marca francesa, empezó a buscar nuevas firmas para expandirse a través de la distribución.

 

 
 

 

Finalmente, en el otoño de 2017, Lacoste y Basi sellaron el acuerdo por el cual el grupo francés tomó el control del conjunto de su negocio en la Península Ibérica. A lo largo del año pasado, la compañía gala empezó a afianzar su equipo en el país con el nombramiento de Manel Echevarría como nuevo consejero delegado para el mercado ibérico.

 

Esta operación se enmarca en una estrategia mucho más extensa que puso en marcha el nuevo propietario del grupo para controlar todo el negocio de la marca. En esta misma línea, Lacoste ha tomado en esta última etapa el control también de la distribución de su calzado a través de una joint venture con Pentlant, su hasta entonces licenciatario, así como la adquisición de una participación mayoritaria en la empresa dedicada a la venta de raquetas y otros accesorios del tenis.