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Polopiqué reivindica el ‘made in Portugal’: más diez millones de inversión y nueva imagen

La compañía, proveedor de Inditex desde hace más de 30 años, prevé culminar este año la ampliación de su fábrica de tintura y acabados y ha comprado una plantación de algodón en Uganda.

Iria P. Gestal

17 jun 2020 - 04:54

Polopiqué reivindica el ‘made in Portugal’: más diez millones de inversión y nueva imagen

 

 

El rey del made in Portugal se reivindica en el mundo post Covid-19. Polopiqué, uno de los mayores proveedores del país y que trabaja desde hace más de treinta años para el grupo Inditex, mantiene un ambicioso plan de inversiones para este año y acaba de renovar su imagen corporativa. “No hay que parar, hay que invertir, especialmente ahora”, dice Luís Guimarães, presidente del grupo.

 

La empresa ha invertido medio millón de euros en un plan de rebranding que incluye una nueva imagen corporativa, comunicación interna, publicidad y redes sociales. El proyecto, desarrollado por Ivity Brand Corp, tiene un presupuesto de 800.000 euros. “Somos una empresa vertical y sostenible y ha llegado la hora de mostrarnos al mundo”, sostiene Guimarães.

 

Aunque el road trip comercial por Europa que planeaba realizar la empresa se ha tenido que posponer por las limitaciones para viajar, la internacionalización es una de las piedras angulares de este plan. “Queremos ser una compañía más internacional y mostrar a Europa que se puede producir en Portugal”, dice.

 

 

 

 

Aunque esta es la más inminente, no es la única inversión de Polopiqué prevista para este año. La empresa tenía planeado levantar una hilatura dedicada íntegramente al lino, “la primera en Europa”, subraya el empresario. El plan, que prevé una inversión de entre nueve y diez millones de euros, se ha visto paralizado porque la maquinaria procede de Wuhan (China), que fue el primer foco del coronavirus, aunque el objetivo es retomarlo lo antes posible.

 

Además, Polopiqué planea la ampliación de su fábrica de tintura y acabados, cuya finalización está prevista para septiembre u octubre y a la que ha destinado tres millones de euros. La empresa, que está verticalmente integrada, trabaja con un lead time de entre tres y cinco semanas.

 

“Antes del coronavirus ya tenía la sensación de que Europa necesitaba más producción en cercanía, pero esta crisis ha puesto de manifiesto la dependencia del sector de Asia”, sostiene Guimarães. “Europa no se va a industrializar de un día para otro, pero nosotros estaremos preparados”, incide el empresario.

 

 

 

 

Tras el estallido del coronavirus, que paralizó la producción en China, la compañía disparó un 15% sus ventas en febrero, pero terminó por ser un espejismo. “En marzo ya notamos un descenso, pero logramos cerrar el primer trimestre con un crecimiento del 2,5% -dice Guimarães-; abril y mayo fueron malos, dos meses de aguantar”.

 

En junio, los pedidos han vuelto a remontar e incluso clientes que hasta ahora le encargaban sólo tejido han comenzado a pedir también producción de prenda. Actualmente, en torno a un 70% de los clientes de Polopiqué compra prenda terminada y un 30% tejido o punto circular.

 

Además, la empresa ha invertido casi diez millones de euros para adaptar su fábrica para la producción de materiales hospitalarios, que distribuye a hospitales de Suiza, Reino Unido, Francia, Alemania y Canadá. “Terminar el año en línea con el          anterior ya sería fenomenal”, sostiene Guimarães. La empresa factura alrededor de 110 millones de euros.

 

El otro proyecto de inversión para este año es una plantación de algodón orgánico en Uganda, donde ya se aprovisiona el grupo. El plan, paralizado a principios de este año, se retomará en julio y agosto.

 

 

 

 

Un cuarto de siglo

Guimarães y su esposa, ambos procedentes de familias con tradición textil, decidieron poner en marcha su propia fábrica en 1996 en la localidad portuguesa de Santo Tirso. Desde el principio, la estrategia fue la velocidad: “queríamos servir rápido para cubrir las necesidades puntuales de la moda”, recuerda Guimarães.

 

Aunque empezó dedicada a la confección, trabajando con talleres externos, la compañía ha ido integrando fábricas y empresas hasta convertirse en un operador plenamente vertical. El primer paso fue la compra de una fábrica de tinte y acabados en 2003.

 

En 2010, se hizo con otra fábrica de hilatura, a la que se sumarían dos más en 2012, también con tejeduría, y en 2017. En 2011, la compañía compró una fábrica de tejidos planos y en 2018 puso en marcha su propia área de tejido circular, aunque este continúa importándose. La confección se realiza en parte en sus propias instalaciones y otra parte se importa de fábricas externas de Portugal y Marruecos.

 

En total, Polopiqué cuenta con una superficie industrial suma 70.000 metros cuadrados. La empresa produce cada año veinte millones de prendas y 35 millones de metros de tejido, exporta a 47 países y emplea a 1.090 personas.