Entorno

Sri Lanka, en jaque: la fábrica de sujetadores del mundo se enfrenta a la mayor crisis desde su independencia

La isla del Sudeste Asiático y un importante polo de aprovisionamiento de la moda se ha quedado sin existencia de combustibles y productos básicos, mientras negocia financiación con el FMI.

M. Tamayo / C. Juárez

19 may 2022 - 04:57

Sri Lanka, en jaque: la fábrica de sujetadores del mundo se enfrenta a la mayor crisis desde su independencia

 

 

La fábrica de sujetadores del mundo, al borde del colapso. Sri Lanka, uno de los principales polos de aprovisionamiento del mundo, especializado en íntimo, vive la peor crisis económica desde su independencia del Imperio Británico en 1948 y acarrea escasez de medicamentos, alimentos y combustible en un contexto de inflación mundial.

 

La crisis ha paralizado las fábricas, poniendo en jaque la industria textil y de la confección, clave para la industria del país, y desde la patronal se reclama ya la dimisión del Ejecutivo y ha hecho un llamamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

Hace dos semanas, el Ministerio de Finanzas del país informó de que las reservas de divisas extranjeras habían caído en la isla a menos de cincuenta millones de dólares, mientras que los ingresos habían registrado un mínimo histórico.

 

Además, los precios de la comida iniciaron su ascenso a finales de 2021 y, actualmente, la inflación en la alimentación ha alcanzado el 30% interanual y el Gobierno ha pedido ayuda para poder abastecer de medicinas a la población. La creciente crisis económica y la escasez de productos básicos ha provocado también un estallido social que ha propiciado la renovación a gran parte del gobierno.

 

Con el estallido de la pandemia y el aumento de los atentados yihadistas en 2019, el país ha visto casi desaparecer una de sus principales fuentes de ingresos los últimos años: el turismo. Con la subida del precio de la energía y la falta de reservas, la isla ha agudizado su crisis. Esta semana, el Gobierno del país admitió que no podía comprar gasolina y pidió a la población que dejará de hacer cola en las estaciones de servicio.

 

El ministro de Energía Sri Lanka, Kanchana Wijesekera, explicó que el país no dispone de dólares suficientes para hacer frente a los pagos: necesita 530 millones de dólares para importar en junio combustible, pero aún deben 735 millones de dólares de envíos anteriores. Aunque señaló que el suministro de diésel está garantizado.

 

 

 

 

La crisis energética sucede mientras el país del sudeste asiático negocia con el FMI la concesión de un préstamo, unas conversaciones que se iniciaron el pasado 8 de mayo y proseguirán hasta el 23 de mayo. A través del órgano dirigido por Kristalina Georgieva, Sri Lanka busca la concesión de fondos y de financiación, para lidiar con su escasez de divisas.

 

El FMI no es el único organismo al que ha recurrido el país. El ministerio de finanzas ha confirmado que el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras está considerando otorgar cien millones de dólares adicionales en concepto de ayuda de emergencia en el país. Además, el ministerio también ha pedido al organismo con sede en Pekín un apoyo adicional para garantizar la liquidez de divisas en los bancos estatales.

 

El país acaba de recibir 160 millones de dólares del Banco Mundial y, aunque el dinero no se concedió para la compra de combustible, el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, admitió que “hemos preguntado si podemos usarlo para comprar combustible”. A la falta de divisas para hacerse con el combustible hay que añadir las últimas tormentas en la isla, que impidieron descargar un cargamento de gas.

 

A pesar de la crisis económica, lo que ha derivado en un estallido social, el primer ministro ha asegurado que “el país irá a peor antes de ir a mejor”. Además, ha asegurado a la ciudadanía que “en los próximos meses” los “aliados extranjeros del país” presentarán su ayuda, por lo que ha pedido “paciencia”.


El primer ministro también aviso en sus declaraciones que se prevé que la inflación suba aún más después de que “se viera obligado a imprimir más dinero” para pagar a los funcionarios y bienes y servicios básicos.

 

 

 

 

Sri Lanka es un importante polo de aprovisionamiento para el sector de la moda, especialmente de íntimo. La industria textil y de la confección aporta el 6% al PIB del país y emplea a cerca de 350.000 trabajadores. Según la organización Sri Lanka Export Development Board, la moda copó el 46,7% del total de las exportaciones de mercancías del país en 2021 después de crecer un 23% en el último año, hasta 5.415 millones de dólares.

 

En abril, el Joint Apparel Association Forum (Jaaf) instó al Gobierno del país a implementar “soluciones constructivas”. “La crisis actual se ha estado gestando durante varios meses, y la tardanza del Gobierno ha creado dificultades considerables”, señaló la organización. 

 

La patronal reclama que “se nombre urgentemente un nuevo Gobierno para llenar el vacío político actual”. “También deben garantizar un entorno de vida y trabajo seguro para todas las personas, mientras navegamos colectivamente a través de esta crisis tan difícil”, añadió la organización.

 

Si la inestabilidad política continúa, el objetivo de la industria textil y de la confección en el país de superar los 8.000 millones de dólares en exportaciones en 2022 tendría que ser revisado, explicó la patronal Jaaf a Just Style la semana pasada. Los últimos datos de exportaciones del sector del país son de marzo, cuando las ventas al exterior del sector registraron un incremento del 11%. 

 

El secretario general de la organización, Yohan Lawrence, también a instado al FMI a “encontrar una solución rápida para solucionar la crisis”. “Es un imperativo para que la industria de la confección continúe funcionando”, añadió en un comunicado.

 

 

 

 

El sector ya ha sufrido también paralizaciones en las fábricas por los cortes de energía debido a la crisis. Ante el caos, el Gobierno ha autorizado a las empresas del textil y la confección a pagar a los proveedores de materias primas en el extranjero con los ingresos obtenidos de las ventas al exterior, sin repatriar antes el dinero.

 

Lawrence también ha expresado que el principal riesgo de la crisis actual que atraviesa el país es que “las marcas buscarán mitigar riesgos y trasladarán su producción a otros polos de aprovisionamiento del sur de Asia”. Según la Sri Lanka Export Development Board, uno de los países que podría salir beneficiado de la crisis en el país es India.  

 

El problema también se ha trasladado a otros países de la región, como Bangladesh, que está experimentando un golpe inesperado ya que no puede enviar pedidos debido a que los cargamentos están atascados en el puerto de Colombo, la capital de Sri Lanka. Alrededor del 40% de los envíos de la industria de la moda de Bangladesh utilizan una ruta que pasa por la capital de Sri Lanka para llegar a Estados Unidos y Europa.

 

El pasado 6 de mayo se produjo una huelga masiva, tanto del sector público como privado, con 3.000 empleados de varias fábricas (incluyendo personal del sector textil y de la confección) exigiendo la renuncia del presidente Rajapaksa.

 

Otros de los desafíos de la industria de la moda en el país es garantizar la protección de los trabajadores. En diciembre, Jaaf llegó a un acuerdo con los principales sindicatos del país, unido bajo el Union Collective, para la firma de un Memorando de Entendimiento (MOU) a través del que se garantizaba la protección de los trabajadores y vigilancia para el cumplimiento de las normas. El acuerdo también otorgaba a los empleados el derecho a la negociación colectiva.

 

Además, Sri Lanka también se enfrenta a salir del sistema de preferencias arancelarias (GSP+) de la Unión Europea. La organización amenazó al país el pasado noviembre con tomar esta medida, que lastraría la competitividad de Sri Lanka, si no corregía su ley antiterrorista, que permite a la policía arrestar a sospechosos sin juicios.

 

 

 

 

Sri Lanka ha revisado algunas de estas medidas con la propuesta de varias enmiendas. Sin embargo, la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) no las considera suficientes, y pide la derogación completa de la ley.

 

El principal socio comercial de Sri Lanka es la Unión Europea, concentrando el 40% de las exportaciones de moda y el 23% del conjunto de las exportaciones del país. Para España, Sri Lanka ha salido del top veinte de principales socios. En 2021, las importaciones de moda del país se situaron en 74 millones de euros, un 15,9% más que en 2020, pero un 1,4% por debajo de 2019.