Entorno

Brasil: nueva oportunidad política en el último bastión de la moda española

El mayor mercado de consumo de Latinoamérica enfrentará unas nuevas elecciones presidenciales el próximo 7 de octubre, después de dos años de tensiones políticas y económicas.

Jaime Cevallos

29 ago 2018 - 05:00

Brasil: nueva oportunidad política en el último bastión de la moda española

 

 

El mayor mercado de consumo de Latinoamérica tiene una cita con el futuro. El próximo 7 de octubre, Brasil vivirá una primera vuelta electoral para elegir a los dos candidatos finalistas que, en una segunda vuelta prevista para el 28 de octubre, se disputarán la presidencia del país.

 

De los trece candidatos inscritos, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT), condenado por corrupción y blanqueo de dinero, es el favorito de las encuestas. El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil recibió hasta el 23 de agosto, cuando vencía el respectivo plazo, un total de 16 impugnaciones contra la candidatura del ex mandatario que, probablemente, será apartado de la contienda.

 

Tras Lula da Silva, el ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), ocupa la segunda posición en los sondeos con un 18% de la intención de voto, seguido por la ecologista Marina Silva con un 6%, mientras que el socialdemócrata Geraldo Alckmin y el laborista Ciro Gomes están casi empatados con poco más del 4%, según una  encuesta de la consultora MDA para la Confederación Nacional de Transporte y por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística.

 

El sector empresarial de Brasil se muestra más afín con las recetas del candidato de centro Geraldo Alckmin, ex presidente de Sao Paulo y líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb). Por su parte, Michel Temer, que llegó al poder tras la destitución de Dilma Rousseff, ha dado apoyo a Henrique Mierelles, responsable de sacar a Brasil de la recesión económica de 2014 a 2016. Sin embargo, se da por hecho que el país dará un giro brusco a partir de octubre, gane quien gane las elecciones.

 

 

 

 

Brasil, con una población de 208 millones de habitantes, ha sido desde hace décadas el último bastión para las empresas de moda. Sus barreras arancelarias y la consolidación de gigantes locales como Riachuelo, Hering o Renner, han hecho de este país un mercado difícil para la expansión de empresas de moda extranjeras. De hecho, Inditex opera en el país sólo con Zara y Zara Home, sumando una escasa red de setenta establecimientos, frente a los más de trescientos que tiene en México.

 

El muro arancelario que ha construido Brasil ha provocado el fracaso de muchas empresas españolas que se han aventurado a conquistar dicho mercado, donde el Producto Interior Bruto (PIB) per Cápita es de 8.649,9 dólares (7.426,8 euros).

 

Mango inició sus operaciones en el mercado brasileño en 1998 y quince años después, concretamente en 2013, echó el cierre de su último punto de venta en Brasil, que se encontraba en Río de Janeiro. En aquel entonces, la empresa presidida por Isak Andic atribuyó su decisión de abandonar el país a la elevada burocracia y a los impuestos derivados de la importación de las prendas.

 

 

 

 

Al mismo tiempo que salía Mango, Desigual entraba en Brasil poniendo en marcha una tienda en Sao Paulo y, en los inicios de 2014, dio otro paso más, al levantar la persiana de un segundo punto de venta en Río de Janeiro. No obstante, la empresa fundada por Thomas Meyer también claudicó y cerró ambos establecimientos.

 

Brasil salió de la recesión en 2017, cuando el PIB avanzó un 1%, dejando atrás dos años de crecimiento negativo. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró las proyecciones de crecimiento de la economía de Brasil, situándola en el 2,3 % para 2018 y en el 2,5 % para 2019, ante la perspectiva de un mayor impulso del consumo de las familias y más inversión.

 

El nuevo presidente heredará un país en transición, donde los consumidores tardarán en volver a las tiendas, acostumbrados a los años de estrecheces. Un informe de Euromonitor sobre el mercado de la moda señala que el hábito de comprar poco se mantendrá en Brasil a corto o mediano plazo.

 

De hecho, los últimos años representaron un desafío para las empresas de moda, ya que el grueso de la población se dedicó a adquirir productos esenciales, evitando gastar en artículos más discrecionales. En medio de todo eso, las empresas de moda se han dedicado a adecuar su operativo al entorno digital, con el fin de entrar de lleno en la omnicanalidad.