Outsider: Rosa Esteva, cofundadora de Grupo Tragaluz

Rosa Esteva, cofundadora de Grupo Tragaluz, ha dirigido junto a su hijo uno de los grupos de restauración más innovadores de España, con 18 locales en Barcelona, Madrid y Mallorca. En 2019 cedió el testigo y se quedó sólo con dos restaurantes: Mordisco, buque insignia de su despegue profesional, y su nueva filial en La Roca Village.

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La trampa del algodón orgánico

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta su sector?

La invasión de las cadenas de comida rápida está anulando los restaurantes pequeños y auténticos, que van a acabar desapareciendo. Además, las instituciones públicas no ofrecen ayudas. Barcelona ha sido mundialmente conocida por la categoría de sus restaurantes, pero están permitiendo que eso se pierda. Me molesta mucho que se prioricen otras cosas antes que premiar a aquellos que se esfuerzan.

¿Cuál es la primera norma para un buen manager?

Poner mucha atención en la intuición y rodearse de un buen equipo. Es esencial

hacer las cosas con cariño. En mi caso, soy feliz trabajando. Lo que más me gusta es estar cerca de la gente.  

¿Y qué debe evitar un directivo?

Guiarse sólo por los números y no arriesgar. Tomar decisiones sólo basadas en criterios económicos puede hacer que se estropeen las cosas.

¿Qué perfiles no pueden faltar en un equipo directivo?

En mi equipo tengo personas que están conmigo desde hace más de 30 años y que considero de la familia. La confianza en un buen equipo es la base del éxito empresarial.  Yo tomo las decisiones, pero me dejo asesorar.

¿Qué rasgos son hoy más importantes en un manager?

Como en el fútbol, que sepa que el equipo es lo primero. Antes de saltar al agua hay que asegurarse de que no quede nadie dentro del barco.

En un entorno VUCA, ¿es más importante conocer su sector o hacia dónde va el mundo?

Me dejo guiar por la intuición. Yo fui la peor estudiante en mi escuela, pero a intuición no me gana nadie. Estoy pendiente de todo lo que ocurre a mi alrededor, pero no me guío por tendencias volátiles. Pase lo que pase, la gente siempre va a querer sentirse a gusto en un sitio agradable, bonito, original, donde te tratan con cariño, puedes comer bien y te sientes en buena compañía. Así es el mundo.

Una lección aprendida de la crisis.

Renovarse continuamente. Con el cierre de la restauración, aproveché para comprar purificadores de aire profesionales para cuando llegase la reapertura de los locales.

¿Qué envidia del sector de la moda?

Me gusta la moda porque aprecio la sensibilidad estética. De hecho, yo he diseñado personalmente el uniforme que lleva mi equipo de trabajo.

¿Qué podría aprender la moda de su sector?

La cercanía y la atención personalizada al cliente. Ese es nuestro verdadero ADN.