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Manuel Martos, mente cartesiana en el textil

El director general de Nextil y director de gestión de participadas de Sherpa Capital se define como un hombre familiar, tranquilo y “muy cuadrado”. El afterwork ideal de Manuel Martos es un bocadillo de calamares con su esposa y sus hijas en la Estrella, en A Coruña, donde vivía hasta hace unas semanas.

Iria P. Gestal

23 oct 2020 - 04:54

Manuel Martos, mente cartesiana en el textil

 

 

Manuel Martos prefiere un bocadillo de jamón a las nueve de una mañana que unas cañas al terminar la jornada. “Soy más de before working que de afterwork”, dice entre risas. El director general de Nextil y director de gestión de participadas de Sherpa Capital se define como un hombre familiar, tranquilo y “muy cuadrado”. Su afterwork ideal es un bocadillo de calamares con su esposa y sus hijas en la Estrella, en A Coruña, donde vivía hasta hace unas semanas.

 

Pese a que dice que disfruta en Nextil y que el textil le viene de familia (su madre tenía un taller de confección de alta costura en Barcelona) el mejor momento de su carrera comenzó cuando Abengoa le llamó para que se trasladara a la fábrica de Citroën en Vigo. Allí conoció a su esposa y se dedicó a su gran pasión, automatizar líneas de producción. “Fueron dos años y medio trabajando muy intensamente, pero me lo pasé en grande”, recuerda.

 

 

 

 

A Martos le cuesta más encontrar un momento malo en su carrera. “De todo se aprende -sostiene-; pero lo que más daño me hace no es hacer algo mal, sino la falta de lealtad de la gente que trabaja conmigo”. “Por el dinero no merece hacer según qué cosas”, dice sin dar más detalles.

 

¿Qué se lleva un ingeniero industrial a la gestión de equipos en una compañía textil? La puntualidad y poco más. “En el automóvil, el segundo cuenta; eran procesos muy exactos en tiempo y posición, estaba muy claro lo que había que hacer”, recuerda. “En el textil, en cambio, dos más dos no son cuatro”, dice entre risas.

 

Aunque es partidario de una estructura matricial, “al final, siempre tiene que haber un jefe”, recalca y defiende que en una industria como la de la moda lo importante es que la información sí sea plana.

 

 

Todas las personas de la organización deben estar informadas puntualmente de todo lo que quiere el cliente en el mismo momento en que vaya llegando la información y sin que nadie la filtre -recomienda-; lo importante en este sector es tener la información y ser ágil”, apunta. Esa agilidad ha sido de nuevo fundamental para hacer frente a la crisis del coronavirus, que ha paralizado gran parte de la industria textil en el mundo y ha puesto a otra parte a pleno rendimiento para servir al sector sanitario.

 

¿Cómo lo vivió Martos? “En diciembre, de forma inconsciente, pensaba que era otra gripe más”, recuerda. En enero, la compañía empezó a recibir noticias de Asia y comenzó a investigar. “Con la información en la mano, mi reacción fue muy de ingeniero: ahora ya sé lo que tengo que hacer, hagamos un plan de actuación, reduzcamos daños comerciales y minimicemos todo lo posible los potenciales problemas de contagios”, recuerda. El objetivo era que cerraran las menos fábricas posibles, y lo logró: de las cuatro plantas de Nextil, tres no pararon nunca.

 

Un referente

En Nextil, Manuel Martos ha encontrado también al que, dice, es el mejor jefe de su carrera. “Alfredo Bru es una persona brillante que exhala inteligencia y te enseña y eso, cuando tienes como yo más de cincuenta años, es una pasada”, dice el ejecutivo.