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Juan Gratacós, uno de los elegidos para pilotar el cambio

Juan Gratacós fue el heredero elegido por su padre para continuar la compañía familiar, una histórica empresa de tejidos de lujo que comenzó como un comercio en Paseo de Gracia, junto a su primo Antonio. El estricto protocolo familiar y aquella experiencia en la tienda continúan marcando el paso de la compañía.

Iria P. Gestal

25 abr 2022 - 04:45

Juan Gratacós, elegido para pilotar el cambio

 

 

 

El relevo familiar en Gratacós se rige por una norma indiscutible: de cada una de las dos ramas familiares, sólo se incorpora un miembro en cada generación. Hace treinta años, Juan Gratacós fue el elegido de su padre, y su primo Antonio, con quien se lleva ocho años, el seleccionado por su tío. Ambos están al frente de la compañía como co consejeros delegados. 

 

 

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Si Antonio es, en palabras de un familiar cercano, acoge todos los problemas más “rápido”, Juan es más pausado en la toma de decisiones, por lo que los dos se complementan. “Los dos llevan una política perfecta, viajan y hacen todo juntos”, aseguran.

 

A Juan Gratacós le tocó porque sus dos hermanos mayores no querían entrar, pero aun así cree que es una buena política. “Cuando veo colegas con empresas familiares y muchos miembros metidos, es muy complicado -opina-; la política la instaló mi abuelo, que cedió la empresa a mi padre y mi tío, y no sé si es buena, pero a nosotros nos ha salido bien”.

 

El directivo estudió Económicas y, tras graduarse, ya se sumó a la compañía familiar. “La empresa estaba en pleno cambio estructural y mi padre tuvo mucha prisa en meterme”, recuerda. La formación comenzó desde cero: almacén, tienda, corte… Hasta que llegaron las primeras oportunidades de venta. “Me dijeron ‘coge una maleta y vete a conquistar el mundo’”, rememora.

 

 

 

 

Gratacós era entonces una empresa en plena transformación. La compañía había comenzado con una tienda de tejidos al por menor, abierta en la década de 1940 en el local que hoy ocupa Valentino en Paseo de Gracia, en Barcelona.

 

Con la segunda generación se realizó un cambio de modelo y Gratacós se convirtió en mayorista, vendiendo por toda España. Con la tercera, con Juan y Antonio Gratacós al frente, se abordó el salto al extranjero. “Aunque el mérito es de la segunda generación, que fueron quienes se dieron cuenta que si no exportábamos en cuatro días estábamos fuera del mercado”, reconoce Gratacós. Hoy, la empresa está en más de cincuenta países.

 

Pero esa primera experiencia de detallista continúa siendo, según el ejecutivo, una fortaleza. “Los italianos o los franceses mueven muestrarios de la casa al cliente, apenas hacen labor de venta, en cambio nosotros tenemos esa experiencia de la tienda”, asegura. “Hace treinta años, venían madre e hija a comprar tejidos para hacer un vestido para una boda, y cuando hacías ese tipo de venta salías pletórico –recuerda-; vender un traje hecho es muy fácil, pero vender un tejido requiere un asesoramiento”.

 

 

 

 

En los últimos años, Gratacós ha avanzado en su integración vertical, integrando primero el diseño con un departamento propio. “Eso cambia completamente Gratacós, a partir de entonces dejamos de ser mayoristas y podemos ir a llamar a cualquier puerta”, asegura Juan Gratacós, que matiza que hasta que eso se consolidó pasaron diez años.  “Lo más difícil es cambiar la mentalidad, porque la forma de vender es diferente”, argumenta el empresario.

 

Justo antes del estallido del Covid-19, la empresa abrió también una fábrica de estampación en Italia. “Durante la pandemia, tener ese control nos fue muy bien, porque con unas decenas de estampados puedes dar la vuelta entera a la colección”, sostiene el empresario.

 

¿Y la siguiente generación? “Yo tengo ocho hijos, y todavía no he decidido el relevo, pero creo que seguiremos con la misma política”, asegura Gratacós. Las hijas mayores ya han elegido su camino: una es médico, otra psicóloga, y otra trabaja en un despacho de comunicación. “Ahora vienen los chicos, el mayor aún está en la carrera -explica Gratacós- pero lo importante es que les guste”.