Entorno

Colombia, nueva etapa: ¿qué le exige la moda a Duque?

El nuevo presidente del país tiene una tarea pendiente con la industria de la moda: hacer frente al contrabando y quitarle de encima las cargas fiscales.

Jaime Cevallos

19 jun 2018 - 00:00

Colombia, nueva etapa: ¿qué le exige la moda a Duque?

 

 

Contrabando, impuestos altos y bajo consumo. Esos son tres de los grandes problemas de la moda colombiana que tendrá que resolver Iván Duque, el heredero político de Álvaro Uribe que el pasado domingo se impuso en las elecciones al izquierdista Gustavo Petro.  

 

Iván Duque conoce la realidad del sector. En campaña electoral, el futuro mandatario recorrió la ciudad de Medellín, cuna de la industria de la moda del país y uno de los mayores polos productivos de Latinoamérica, y constató cuáles son los efectos que tiene el contrabando en las empresas.

 

Desde entonces, Duque asumió el compromiso de enfrentar al “contrabando técnico”, aplicando un IVA diferenciado para el sector, especialmente entre las empresas que importan maquinaria para aumentar la producción. “Lo que nosotros queremos es abrirle espacio a la exportación del textil colombiano, que lleguen a nuevos mercados y que no se vean afectados por el contrabando técnico que ha sido depredador de nuestra industria textil”.

 

 

 

 

La industria de la moda colombiana está compuesta por 1.080 pymes, la mayoría de ellas  dedicadas a la confección y a las exportaciones de ropa, según cifras oficiales del Gobierno colombiano. Sin embrago, la confección fue uno de los sectores más vulnerables en 2017La fabricación de prendas de vestir mantuvo a la baja sus ventas durante los doce meses, así como también sus puestos de trabajo. La producción, en cambio, creció únicamente en marzo y en diciembre.

 

En general, los empresarios del país le piden ahora a Iván Duque que cumpla con el ofrecimiento de llevar adelante una reforma fiscal. Las empresas pretenden quitarse de encima las cargas tributarias para ser más competitivas en el exterior.

 

De hecho, los representantes del sector empresarial han pedido una reunión con Duque para solicitarle que cumpla con sus promesas de campaña, entre las que figura la reforma fiscal para atraer inversiones y estimular la producción.

 

 

 

 

Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), ha explicado que Duque no sólo tiene que aminorar las cargas fiscales para las empresas, sino que debe crear el ambiente propicio para el sector productivo se reactive y las compañías puedan ganar competitividad en el mercado internacional.

 

En la actualidad, las empresas colombianas pagan un impuesto a la renta que, en algunos casos,  ha llegado al 70%, mientras que en Estados Unidos, este tipo de tributo no sobrepasa el 21 %. Las compañías del país, a juicio de Mac Master, tienen una sobrecarga innecesaria que les va restando músculo.

 

Duque ha ofrecido poner en marcha una gran reforma fiscal, con el objeto de simplificar el sistema tributario del país, fijar menos exenciones tributarias, reducir los impuestos y luchar contra el contrabando.

 

 

 

 

Sobre el papel, todo suena bien, pero ya han surgido voces que ponen en duda la capacidad de Duque para llevar a cabo sus planes, debido a la presión que puede encontrar en su entorno, ya que entre el uribismo existen varias facciones.

 

Yann Basset, profesor de ciencias políticas de la Universidad del Rosario, en Bogotá, dijo a Diario Financiero que el partido de Duque, el Centro Democrático, es muy conservador, por lo que habrá que ver si el nuevo mandatario es capaz de armar un equipo de trabajo propio, sin influencias externas.

 

A esto se suma el difícil momento que enfrenta Colombia, cuyo déficit fiscal se ha ensanchado a causa de los menores ingresos provenientes del sector petrolero y la normalización monetaria en Estados Unidos. Estos dos factores, según Quinn Makwith, podrían provocar el retraso de la reforma fiscal.

 

El nuevo mandatario también deberá sortear la división que provoca en la sociedad el acuerdo de paz firmado entre el presidente saliente, Juan Manuel Santos, y las Farc. De hecho, la violencia no ha cesado en algunos lugares del país, sobre todo en la frontera sur donde, el pasado abril, un grupo de disidentes de las Farc secuestró y asesinó a un equipo de periodistas de diario El Comercio de Ecuador.