Entorno

Brasil, ‘era Bolsonaro’: incertidumbre y más proteccionismo en el mayor mercado latinoamericano de la moda

El nuevo presidente de Brasil genera más dudas que certezas entre los expertos internacionales y, a pesar del discurso liberal que ha lanzado al mundo, se cree que seguirá manteniendo las medidas arancelarias con las que el gigante de Sudamérica protege su industria.

Jaime Cevallos

30 oct 2018 - 04:57

Brasil: incertidumbre y más proteccionismo en la ‘era Bolsonaro’

 

 

Incertidumbre en torno al destino de Brasil. El ultraderechista Jair Bolsonaro gobernará el país más grande de Sudamérica a partir de enero y pondrá en práctica una serie de medidas liberales que combinará con la política proteccionista que Brasil ha aplicado desde la década de los cincuenta. Las dudas también planean en uno de los mayores mercados del textil de Latinoamérica, en la que operan empresas como Santista o grandes distribuidores de moda como Riachuelo.

 

Como sucedió con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la figura de Bolsonaro despierta reticencias en todos los sectores. Con poca experiencia en el campo internacional, Bolsonaro ganó la presidencia lanzando un discurso nacionalista, aunque al mismo tiempo se autocalifica como liberal.

 

“Ahora hay más dudas que certezas”, explica a Modaes.es Bruno Ayllón, doctor en ciencias políticas y profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid que, además, es un experto en el mercado de Brasil.

 

 

 

 

Bolsonaro nombrará ministro de economía a Paulo Guedes, un liberal recalcitrante que ya ha anunciado un drástico programa para reducir el tamaño del Estado y recortar el gasto social. Guedes fue la mano derecha del presidente electo durante la campaña electoral y tendrá gran peso en el Gobierno. Sin embargo, aún queda por ver qué tipo de medidas impulsará Guedes en cuanto a comercio internacional.

 

Los expertos consideran que a pesar del perfil que tiene el que futuro ministro de economía de Brasil, la red arancelaria con que el país protege a su industria no se desmantelará. “Si la industria textil de Brasil es estratégica, las tasas arancelarias para las importaciones se mantendrán, dirija quien dirija la economía”, dice José Luis Ruiz, profesor de la Universidad de Barcelona, que también conoce a fondo el país sudamericano.

 

 

 

 

La industria textil brasileña ha progresado gracias a las políticas comerciales proteccionistas que hacen que los productos extranjeros sean demasiado caros para importar. De hecho, las compañías del sector de la moda han mantenido el tipo, a pesar de que el consumo se contrajo a partir de 2013 debido a la crisis económica en que se sumió el país, según un informe de Euromonitor. La recesión, además, provocó cambios drásticos en el consumidor, que en los años difíciles se habituó a comprar menos.

 

A pesar de eso, datos de Statista señalan que el sector de la moda moverá 5.016 millones de dólares (4.397,8 millones de euros) en 2018 y se espera que la cifra siga creciendo a un ritmo de un 4,2% anual, hasta llegar a los 5.918 millones de dólares (5.188,6 millones de euros) en 2022.

 

Para José Luis Ruiz, Bolsonaro tendrá que gestionar varias de sus contradicciones, aunque ese proceso no necesariamente implicará desmantelar la política arancelaria que ha convertido al país en un mercado de difícil acceso para las empresas extranjeras.

 

 

 

 

En este contexto, los expertos consideran que habrá que esperar hasta enero para ver qué movimientos realiza el Gobierno de Bolsonaro en el campo internacional donde, cada vez más, los acuerdos comerciales entre los países adquieren mayor importancia en un mundo global.

 

Ayllón opina que el nuevo presidente de Brasil impulsará nuevos acuerdos con la Unión Europea, pero siempre marcando las líneas rojas en torno a su industria, sobre todo en las que considera estratégicas. Lo mismo hará con Estados Unidos, que es el principal mercado de consumo del mundo.

 

En paralelo, Bolsonaro irá negociando otros acuerdos de comercio de manera bilateral con diferentes naciones, dejando atrás los convenios que se firman en bloque. De hecho, el nuevo Gobierno de Brasil no considera al Mercosur como una zona estratégica para su desarrollo, ya que los países de la región se encuentran en crisis.

 

 

 

 

En esta tesitura, la gran duda que persiste entre los brasileños y en Latinoamérica es qué tipo de relación tendrá Bolsonaro con China. Durante la campaña electoral, el que ahora es el próximo presidente de Brasil arremetió contra el gigante asiático, llegando a afirmar que nunca hará negocios con China.

 

Ruiz, sin embargo, recuerda que Brasil tiene una potente industria agroexportadora y China, precisamente, es el mayor comprador de soja brasileña. “Al final, Bolsonaro se verá obligado a alcanzar acuerdos con China, y no sólo en materia de agricultura”.

 

De hecho, Bolsonaro tendrá que hacer muchos encajes de bolillos para mantener en la senda del crecimiento a Brasil que, en 2017, registró un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de 9.821 dólares, frente a los 8.639 dólares de 2016, mientras que su PIB se situó en 2.065 billones de dólares en 2017, un 14,6% más que en el año anterior.

 

Brasil, sin embargo, sólo crecerá un 1,2% en 2018, según el Banco Mundial, debido a las tensiones políticas que ha sufrido a lo largo del año y a los casos de corrupción que han afectado a sus principales figuras políticas.