En Escada aún hay tela que cortar
25 jun 2009 - 00:00
Cada vez queda menos margen de actuación para Escada, pero éste se está exprimiendo. La firma de moda alemana lleva a cabo verdaderos malabarismos financieros, y tiene claro que si los pilares de su programa de futuro no dejan de tambalearse, amenaza derrumbe. En estas, además, el tiempo y el dinero se agotan: a finales de julio el nuevo concepto financiación de la firma debería estar completamente atado y en marcha.
Ni las evidencias inmediatas ni las perspectivas comerciales son muy alentadoras. En la primera mitad del ejercicio financiero las pérdidas se situaron en 91,7 millones de euros y las ventas descendieron un 16%. El capital propio de la empresa está en números rojos (-17 millones de euros), su deuda financiera neta se acerca a los 188 millones y previsiblemente el ejercicio se cerrará (a 31 de octubre) con un porcentaje de descenso de dos cifras. Sin embargo, la pre-temporada de otoño de Escada Sport se publicita sin signos de debilidad, con propuestas en la línea de la marca y con optimistas destellos de color.El plan de salvación del grupo incluye ahorros radicales en la propia estructura, tanto en forma de reducción de personal, con recortes de sueldos como eliminando primas. De puertas adentro Escada cree poder ahorrar alrededor de 20 millones de euros.
El grupo decidió además hace unos meses deshacerse de la filial Primera, que con las marcas Apriori, BiBA, Cavita y Laurèl dirigida a un segmento de mercado más intermedio que el de lujo propio de Escada. Pero las operaciones para desprenderse de estas marcas, materializadas hace unas semanas, no han sido ningún chollo, por los ajustes de valoración que han sido necesarios.
En el pozo de los deseos de Escada asoma también una ampliación de capital de 30 millones de euros para la cual parece que el grupo tiene ya apoyos importantes. Los hermanos Herz (propietarios de Tchibo y que suman conjuntamente una participación del 24,9% en la firma de moda) se habrían comprometido a aportar hasta 20 millones de euros, pero con condiciones sobre la renegociación de deuda y participaciones.
La cuarta accionista, la española Bestinver, podría haber asegurado según algunas fuentes 7 millones de euros más. De ser así, sólo faltarían 3 millones para hacer realidad este colchón de aire financiero. El principal accionista individual de la firma actualmente es el inversor ruso Rustam Aksenenko (20,88%).
Una de las cuestiones decisivas para el saneamiento de la compañía es precisamente la conversión de la deuda de 200 millones de euros que vence en 2012. Los acreedores deberían renunciar a una parte importante con una quita cuyas condiciones concretas se conocerán en breve. La compañía, además, quiere conocer las consecuencias fiscales de su reconversión.
Los analistas coinciden en que la declaración de insolvencia sólo se podrá evitar si se pueden fijar todos estos pilares, además de renegociar y atar con entidades financieras los créditos que aseguren la liquidez y la continuidad de Escada. Por el momento, al menos, la capacidad creadora y la voluntad de supervivencia no muestran recortes en Escada.
Teresa Calveras es periodista en Munich.