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Colourfield, bolsos a medida ‘made in Ubrique’ por un abogado bilbaíno

Eduardo García estudiaba para realizar unas oposiciones a notaría cuando optó por dar un vuelco a su trayectoria y reenfocar su carrera hacia el diseño. Tras arrancar con tubos para planos entra en la moda con bolsos personalizables.

S. Riera

23 abr 2019 - 04:49

Colourfield, bolsos a medida ‘made in Ubrique’ por un abogado bilbaíno

 

 

A la tercera va la vencida. Eduardo García es un emprendedor bilbaíno afincado en Londres que se licenció en Derecho y, mientras estudiaba para sus oposiciones a notaría, decidió hacer tabula rasa y dedicarse al diseño. García se volcó entonces en el universo de los tubos para transportar planos y llegó a abrir (y cerrar) dos tiendas en Londres. Después de estos dos puntos y aparte, el joven empresario arranca ahora de nuevo con Colourfield, un proyecto de bolsos personalizables.

 

“Soy un amante del diseño más que un amante de la moda y, quizás más aún, un amante de la empresa”, subraya García, que se lanzó a crear su propia colección de complementos en piel después de desplazarse a Mánchester en busca de nuevas oportunidades laborales. Y desde Mánchester, descubrió Ubrique (Cádiz). Con 10.000 euros de capital inicial, el joven emprendedor aterrizó en la localidad gaditana en busca de materia prima para elaborar sus primeros tubos.

 

Su madre siempre había cosido y, hace cinco años, este había sido el único contacto de García con el negocio de la moda. Sin embargo, la inexperiencia y la falta de conocimiento del terreno no hizo desistir a este recién licenciado que empezó comprando un primer trozo de piel, después un cuchillo bien afilado para cortar la piel y, poco después, la primera máquina de coser. Más adelante, vino la prensa hidráulica.

 

 

 

 

A veces me preguntan ‘¿no es muy caro abrir un negocio de piel?’ y siempre respondo que tengo amigos que se gastaron más en un coche”, asegura García. En su primera aventura empresarial en el negocio de la piel, el empresario se centró en los tubos para transportar planos desde una oficina en Londres y llegó a abrir un primer establecimiento en Cándem. Más adelante, la compañía fue diversificando y abarcando más artículos en piel.

 

Explica García que su primera empresa murió de éxito. “Después de la tienda de Cándem abrimos otra en Covent Garden, ya con bolsos, y fabricábamos en Mánchester”, asegura y subraya que un artículo en la prensa local les llevó una gran masa de compradores que no pudieron asumir. García puso entonces un punto y a parte a su trayectoria.

 

Ahora lo intenta de nuevo con Colourfiel. El emprendedor continúa afincado en Londres y ha puesto en marcha su propio taller en Ubrique con cuatro personas, en el que realizan todos los procesos, incluyendo el diseño y la producción. El proyecto consta de seis modelos básicos para mujer y tres para hombre, que pueden personalizarse escogiendo los colores de la piel. En la actualidad, el diseñador está inmerso en la búsqueda de un nuevo local en la capital británica para poner en marcha un nuevo establecimiento.