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Constan Hernández: “No tengo una ambición desmedida, quiero volverlo a conseguir, pero distinto”

El fundador de Intropia vuelve al sector con Is Coming, una firma de moda femenina que comenzará a venderse online y en tiendas multimarca el próximo otoño.

I. P. G.

14 jul 2020 - 04:57

Constan Hernández: “No tengo una ambición desmedida, quiero volverlo a conseguir, pero distinto”

 

 

Lleva cuarenta años en el sector de la moda y tiene ganas de más. Constan Hernández fundó Homeless en plena movida, la reconvirtió en Hoss Intropia y, ya en los 2000, en Intropia, el nombre con el que la empresa puso punto y final a su trayectoria el año pasado. Hoy, la firma está en manos de Tendam y él vuelve a emprender con Is Coming, una compañía con la que no espera llegar a los cien millones de facturación pero sí hacer las cosas “como a mí me gustan”. Dice que la firma resume las lecciones de su trayectoria y que nunca pensó en parar por el Covid-19. “Siempre hay hueco si tienes confianza y adaptas tu proyecto”, asegura.

 

 

Pregunta: ¿Es un buen momento para lanzar una marca de moda?

Respuesta: Es una cuestión primero de llevarlo en la sangre. Yo llevo en esto desde los dieciocho años, y tengo 59. Después, lo más importante es adaptarte a las situaciones. Cuando yo empecé, en la década de los ochenta, había unas circunstancias distintas, también complicadas. Después llegaron los 2000… Esto cada vez va más rápido y los cambios se producen con menos tiempo. Siempre hay un hueco si tienes confianza y adaptas tu proyecto: no sólo el diseño, sino también el concepto comercial. No vale una colección muy bonita con una mala política comercial.

 

P.: ¿Pero hay hueco para más marcas?

R.: Contemporizar las dos cosas es lo que te permite volver a hacer algo con cierta relevancia. Eso no significa facturar cien millones: eso ya lo hicimos. Aunque no terminó como uno quiere, existió y fue real. Tener hueco depende de entender bien la relación precio-calidad. Hoy el problema es que hay cosas muy bonitas y muy buenas pero muy caras, o cosas que están francamente bien, muy masificadas y con un precio maravilloso pero cuya calidad no satisface a la consumidora a la que nos queremos dirigir. Encontrar un término medio es fundamental.

 

P.: ¿Cómo se consigue?

R.: Con materias primas buenísimas y estructuras muy eficientes y adelgazadas para que el markup te permita mantener precios competitivos. Eso sin obviar algo muy subjetivo, que es el buen gusto. Además, estamos usando tejidos en su gran mayoría sostenibles, aunque no somos una empresa eco.

 

P.: ¿A la clienta le importa?

R.: A la clienta que nosotros nos dirigimos, sí. Una de las cosas que detectamos en los tests que hacíamos en Intropia es que las clientas valoraban que las prendas le duraban. Pero no pagan un plus, porque está subvencionado por un menor markup.

 

 

 

 

P.: ¿Se puede escapar de la guerra de precios?

R.: Tenemos que huir. Hoy ya no sabes cuándo estás en rebajas. No hay ni un solo día al año en el que no haya promociones en moda. En nuestro caso, el modelo de buy back es beneficioso para la clienta e inocuo económicamente para nosotros y para el wholesale.

 

P.: ¿El sector será menos rentable?

R.: A mí los números me salen igual, es una cuestión de estructura. Nosotros tenemos el beneficio principalmente en el ecommerce, porque no hay un intermediario. Al wholesale le ganamos poco, pero nos da una presencia física en la que creo profundamente. Donde está el margen es en la venta online. Es un modelo que ahora, con la crisis, ha salido reforzado. Seguramente no tendrá los picos de los últimos meses, pero sí quedará una subida.

 

P.: ¿Ya no quiere flagship stores?

R.: Ya los he tenido. Pero yo creo más en las sinergias: tenemos que aprovechar las energías de cada persona para consumir menos esfuerzos. Hay tiendas multimarca maravillosas, donde la dueña hace una selección de marcas y a la clienta le da mucha seguridad. Yo creo muchísimo en el wholesale y tener tienda propia de momento no está ni en mis pensamientos. Prefiero trabajar con el multimarca dándoles una marca que les encaje y haciéndoles partícipes de todo el negocio. La sostenibilidad también es eso: es unir esfuerzo y energía, porque sino sólo te vas a vestir de cinco marcas en el mundo. Nos vamos a cargar el wholesale, y el día que no esté lo echaremos de menos porque sin él es difícil que salgan marcas nuevas.

 

 

 

 

P.: ¿La moda será más lenta?

R.: Nos han metido un estrés de que hay que cambiarlo todo, es horroroso. La mayor sostenibilidad es el no consumo descontrolado, porque vamos a expoliar el planeta. Estamos sobreproduciendo.

 

P.: ¿Eso significa que el sector será más lento?

R.: No necesariamente. Nosotros hemos empezado con tres países: Italia, España y Portugal, y posiblemente cerremos Grecia para primavera-verano. Y, si lo hacemos bien, seguramente nos llegarán tentaciones. Y las tentaciones son muy peligrosas. Pero yo ahora intento hacer las cosas como quiero, sin presión de accionistas, de estructura, de crecer… No tengo una ambición desmedida. Tengo ambición de hacerlo bien y de volverlo a conseguir, pero distinto. No tengo ninguna nostalgia de volver a tener lo que tuve.

 

P.: Pero el sector, en su conjunto, ¿será más pequeño?

R.: Está sobredimensionado. Va a llegar un momento en que cada país pondrá una regulación sobre cuánto fabricas y cuánto vendes. Hay miles y miles de prendas que se destruyen cada año, no tiene sentido.

 

P.: ¿Qué aprendió de la experiencia en Intropia?

R.: Muchas cosas. La lección más grande es que hay que responsabilizarte de tus propios errores y no culpabilizar a nadie. Si no te responsabilizas no vas a aprender nada en la vida. Obviamente, hubo agentes externos, pero el responsable soy yo. A lo mejor me dejé influenciar por ciertos aspectos, por salirme de mi forma de funcionar con la que yo soy muchísimo más operativo… Todo Is Coming resume mi aprendizaje.

 

P.: Cuando estalló la pandemia, ¿nunca pensó en dar marcha atrás?

R.: En ningún momento. Ha habido personas que pudieron entender que parara y me rindiera, pero hemos tenido suerte, porque nacimos para invierno y hemos contado con el deseo de los multimarca de que no cayéramos.