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Carlos Malamud (Real Instituto Elcano): “Si hay un estímulo a la inversión, Latinoamérica será refugio de Europa”

El académico analiza la importancia que tiene la región para el mercado europeo, especialmente el español y destaca los retos determinantes que tiene por delante el mercado latinoamericano. 

María Bertero

7 mar 2018 - 00:00

Carlos Malamud (Real Instituto Elcano): “Si no hay un estímulo a la inversión, Latinoamérica nunca será refugio de Europa”

 

 

Carlos Malamud es investigador del Real Insituto Elcano y miembro de la Academia Nacional de la Historia de Argentina. En el marco de la presentación del informe ¿Por qué importa América Latina?, desarrollado por Malamud, el académico analiza el valor que tiene la región para mercados maduros como el europeo y, en especial, el español.

 

Pregunta: ¿Qué le falta a Latinoamérica para convertirse en superpotencia económica?

Respuesta: No es un solo elemento sino un conjunto de factores que harían de Latinoamérica un mercado atractivo y un productor para el consumo mundial. Falta un marco constitucional fuerte y adecuado, además de seguridad jurídica, no sólo para las empresas sino también por la seguridad ciudadana como reducir los niveles de corrupción, que para muchos inversores extranjeros es una cuestión fundamental. También hace falta un aumento de la productividad, de la mano con una reforma educativa.

 

P.: Con el proteccionismo de Estados Unidos y la creciente clase media en la región, ¿es Latinoamérica el nuevo “refugio” para Europa?

R.: El nodo demográfico que ha tenido Latinoamérica en los últimos años se ha empezado a amortizar. Países como Uruguay, Cuba o Argentina tienen tasas de crecimiento importantes y una amplia variabilidad demográfica que se asemejan cada vez a las de Europa. Ahora, que la región se convierta en un refugio va a depender del propio comportamiento de Latinoamérica, si no hay un estímulo para la inversión o el comercio nunca lo llegará a ser.

 

P.: Teniendo en cuenta la inestabilidad y desigualdad entre las economías de la región, ¿es un error que los europeos vean a Latinoamérica como un conjunto?

R.: Los europeos que tienen que tomar responsabilidades tienen bastante claro cómo se maneja y se estructura la región. Cuando en los años noventa empieza la inversión española en Latinoamérica, la concepción era mayoritariamente global. Hoy las cosas han cambiado mucho, las empresas desagregan sus operaciones por países, no es lo mismo invertir en Bolivia que en Colombia, ni que Paraguay u Honduras.

 

 

 

 

P.: ¿Es necesario una unión regional para el progreso de Latinoamérica?

R.: No sé si es necesario, pero sí sería algo muy importante. Por supuesto que, a efectos de potenciar el crecimiento económico y mejorar el bienestar de las poblaciones latinoamericanas, tendría resultados inmediatos. De hecho, de haber una especie de Unión Europea en Latinoamérica se podrían establecer lazos económicos muy fuertes con China o Europa mismo. Pero ahora la región está muy dividida como para avanzar en ese proceso. No está fragmentada, pero sí dividida. La actualidad de Venezuela complica también las relaciones comerciales de la región con el extranjero.

 

P.: ¿Qué hace falta para que la región sea un mercado estable y confiable para la inversión extranjera?

R.: Más que nada mejorar la confianza en las instituciones, con organismos más sólidos. Hoy en día, la Iglesia o la televisión son mejor valoradas en Latinoamérica que las entidades jurídicas o estatales.

 

P.: ¿Cuáles son las dificultades que encuentran las empresas europeas para invertir en Latinoamérica?

R.: Varía según el área donde se quiera invertir. Cada sector tiene sus condicionantes particulares, lo que condiciona la toma de decisiones, que se vinculan primero al riesgo país y a la seguridad jurídica. Pero también al riesgo que esté dispuesto a asumir cada empresa en el sector.

 

P.: El crecimiento de la clase media ha sido uno de los principales atractivos para empresas de moda, por ejemplo, que han decidido expandirse en la región.  ¿Se mantendrá esta tendencia?

R.: Todo indica que la senda de crecimiento de las economías latinoamericanas seguirá en aumento. En la medida en que siga mejorando el progreso es evidente que la clase media tirará de ese crecimiento, que viene de una fuerte caída desde 2015 con el descenso del precio de las materias primas. Si se mantiene este crecimiento, sectores como la moda y otros relacionados al consumo, como el automotor o el de electrodomésticos, irán en aumento. Sin embargo, todo es muy relativo al mercado interno de cada país.

 

 

 

 

P.: Las principales economías de la región han sufrido un deterioro de su economía en los últimos años, ¿es momento de que se potencien otros países?

R.: Hay países que han tenido un ritmo de crecimiento muy intenso en los últimos años. Brasil y México, por su tamaño y densidad demográfica seguirán siendo las potencias regionales pese a las crisis que puedan haber atravesado en el pasado y a futuro. Por otro lado, todos los países de Latinoamérica están atrapados en la trampa de la renta media, donde pasar de una renta baja a una media no es complejo, pero pasar de una media a una renta alta como en los países más desarrollados es más complejo, una especie de techo de cristal que es muy difícil romper. Aquellos países que logren salir de esa trampa podrán jugar un papel más relevante en el extranjero.

 

P.: ¿Esto viene acompañado de Brasil y México o pueden surgir nuevas potencias?

R.: No necesariamente tienen que ser esos dos gigantes, actualmente Chile es el país que está más cerca de pasar de una renta media a una alta.  

 

P.: En el informe se menciona que el mapa mundial de economías globales se empezará a centrar más en el hemisferio sur y en la costa Pacífico. ¿Qué lugar ocupa Latinoamérica en esta nueva cartografía?

R.: Latinoamérica tiene una gran ventaja geoestratégica ya que el continente es bioceánico, inclusive algunos países tienen también esta característica. Pero el papel que pueda ocupar la región en este contexto internacional va a depender de la capacidad de las economías latinoamericanas de emprender una serie de reformas. El pasado octubre se inició un ciclo electoral bastante intenso con catorce elecciones sólo presidenciales en Latinoamérica hasta 2019. En todos estos se habla de la necesidad de hacer reformas, pero no hay un consenso sobre qué tipo de reformas necesita cada país y tampoco existen acuerdos mínimos entre los partidos políticos.

 

P.: España tiene a Latinoamérica como un territorio natural de expansión por la cercanía geográfica y cultural. ¿Es posible que estoy también suceda en otros países de Europa?

R.: La relación entre Europa y Latinoamérica es importante, densa y está sostenida en lazos muchas veces imperceptibles. El caso de España con la región es todavía más importante, que van desde movimientos migratorios en ambos sentidos, lo que genera un tipo de relación interesante entre esos mercados.

 

P.: ¿Qué podría decirle España a otros países de Europa a que apuesten por Latinoamérica?

R.: Ponerse a dar consejos es complicado, pero habría que ver qué puede hacer España para potenciar la región. El país debe seguir insistiendo en la importancia que tiene Latinoamérica como mercado para la inversión y el valor que tiene el territorio como socio estratégico en el extranjero.