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Stib Barcelona, el ‘club Bilderberg’ de los tejidos

S. Riera

4 abr 2012 - 04:43

Algunas de las más importantes casas de tejidos de Europa se dan cita dos veces al año en Barcelona para hacer negocios con sus clientes españoles. Sin embargo, poca es la información que trasciende de estos encuentros, que tienen lugar en el marco del Salón Textil Internacional de Barcelona (Stib), la última feria de tejidos que queda en España y en la que para poder entrar es necesario contar con invitación de uno de los expositores.

 

El Stib reúne dos veces al año, coincidiendo con las temporadas, a un selecto grupo de representantes en España de colecciones internacionales de tejidos de gamas media y alta. Lo componen una treintena de socios, los mismos que impulsaron el certamen, junto con nueve empresas invitadas, que se han sumado en los últimos años.

 

Los socios de Stib se reparten el capital de la sociedad Salón Textil Internacional de Barcelona, que acaba de realizar cambios en su consejo. Ha nombrado a Carlota Morral y de Eulalia Badia como nuevos consejeros, en sustitución de María Carmen Guil y Jorge Larrosa. El presidente continúa siendo Josep María Fernández Corbera, en el cargo desde 2008.

 

Por otro lado, según consta en el Registro Mercantil, la empresa acaba de ejecutar una reducción de capital de 7.500 euros. Tras la operación, el capital social de la sociedad ha quedado fijado en 37.500 euros. Fuentes del salón han confirmado que esta reducción es consecuencia de la salida de socios por diferentes motivos.

 

En España, ya sólo queda una feria de tejidos, el Stib, que se celebra en el Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, y en la que se precisa invitación directa del expositor para entrar. En el Stib no se venden colecciones de tejidos, sino que se completan y se cierran los pedidos ya iniciados en Première Vision, en París, o en Milano Unica, en Milán. El expositor no es el tejedor, sino su representante en España. De ahí que las fechas del Stib siempre cierren el calendario de las ferias textiles europeas.

 

Al contrario que otros salones, al Stib no le importa tanto la cantidad de visitantes que reciba, sino que acudan aquellos a los que esperan, que son las marcas españolas de moda con las que trabajan. Prácticamente desaparecida la industria de la confección en España (a pesar del pequeño retorno que se observa) y sin marcas nacionales potentes de prêt-à-porter, la gran distribución ha entrado en el salón. Si bien hace unos años, los miembros del Stib eran reacios a la entrada de grupos de fast fashion, hoy tratan con ellos con naturalidad.

 

Es el Stib un club exclusivo porque para entrar no basta con poder abonar el coste del espacio expositivo. El acceso debe contar con el visto bueno de los miembros fundadores, recelosos a los cambios y con firme voluntad para conservar el espíritu original del encuentro. En estos últimos años, sólo han entrado a formar parte del Stib un par de empresas, el resto expone en carácter de invitado. Desde el salón explican que, por el momento, no prevén nuevas incorporaciones, a pesar de tener empresas en lista de espera, por motivos de espacio.

 

El Stib se trasladó al Palacio de Congresos de Cataluña en septiembre de 2009 con el propósito de ganar espacio para crecer ante la posibilidad de sumar a sus filas las empresas de otros encuentros textiles que coincidían en Barcelona, el Salón Textil del Mediterráneo y Galería Textil. Al final, cada uno siguió su rumbo y a fecha de hoy sólo sobrevive el Stib.

 

Antes, el Stib se había celebrado en la Llotja de Mar, un edificio señorial cerca del puerto deportivo de Barcelona. Allí celebró 15 ediciones, que sirvieron para consolidar y forjar un encuentro de representantes textiles, que hasta entonces se citaban con sus clientes en varios hoteles de Barcelona.

 

También en su día, Ifema tanteó al Stib a sumar su oferta a su salón de tejidos, Textilmoda, que finalmente desapareció en 2007. Pero los miembros del STIB nunca han querido unir su fórmula a los fabricantes españoles de tejido. Al fin y al cabo, son agentes comerciales de empresas internacionales.