Opinión

¿Una moda para ancianos?

Víctor Fabregat

15 ene 2014

 

 

Una de las tendencias actuales más conocidas es la del progresivo envejecimiento de la población. Sus consecuencias son importantes, afectando a la economía, la sociedad y a los propios individuos.

 

En muchas zonas mundiales la población envejece, de tal manera que los grupos de mayor edad se van incrementando mientras retroceden los más jóvenes. Las causas de este fenómeno son bien conocidas desde hace tiempo: El aumento de la esperanza de vida de la población hace que cada día la gente viva más años, pero su relevo natural, los nacimientos, no se incrementan en la misma proporción.

 

En España, las proyecciones demográficas son claras: En 2052, los mayores de 64 años se incrementarán un 89 % con respecto a 2012, lo que representa 7,2 millones de personas más. Mientras, se reducirán 9,9 millones en el grupo de edad entre 16 y 64 años y casi dos millones en el grupo  de 0 a 15 años.

 

Así la edad media de la población española pasará de 41 años (2012) a 50 años en 2052. Cabe recordar que era de 33 años en 1975.

 

Estos datos españoles son perfectamente extrapolables a otros países. No sólo es la “vieja Europa” que envejece sino también el fenómeno se da en otras partes del mundo, como los países ricos de Asia, como Japón, Corea, Singapur, Hong Kong o la propia China, que, siguiendo la política del hijo único, acumulará más de  200 millones de personas mayores de 60 años en 2015. Esto es una verdadera economía geriátrica y sus consecuencias en el mundo laboral ya se están notando, lo que ha hecho saltar la alarma entre las autoridades y el PCCh ha propuesto, a finales de 2013,  flexibilizar la política del hijo único para facilitar el reequilibrio demográfico.

 

Las consecuencias de este fenómeno son importantes, en especial en relación al gasto sanitario y asistencial. El gasto sanitario medio de las personas mayores de 70 años es el triple de las de 45 años. En el aspecto económico, se produce un desequilibrio creciente en las pensiones. En la actualidad, por cada 10 personas en edad de trabajar hay 5 inactivas (menores de 16 o mayores de 64). Lo peor es que esta proporción irá en aumento y, si no se remedia, en 40 años se alcanzará una relación de 1 a 1, es decir que por cada persona en edad de trabajar prácticamente habrá otra que no estará en edad de hacerlo.

 

Este incremento de la edad de la población también plantea sus efectos en el mundo de la moda. Es evidente que las preferencias del consumidor de mayor edad son diferentes de las de los más jóvenes y seguramente el retail tendrá que adaptarse a las mismas: tipo de tiendas, movilidad en las mismas, atención al comprador, facilidades de pruebas y cambios, etc.

 

Sin embargo, algunas voces miran el envejecimiento como un  freno o limitación que puede afectar al mismo núcleo del negocio de la moda. Argumentan que el consumidor de más edad compra menos y ,sobre todo, se puede decantar por estilos más clásicos, limitando la innovación y novedad inherentes al fenómeno de la moda. Estas ideas pueden aceptarse como una simple extrapolación de lo actual pero no desde el punto de vista proyectivo en el que se tengan en cuenta los posibles cambios sociales y sobre todo su aceleración. Es cierto, dentro de  30/40 años habrá más personas mayores pero no serán como los mayores de ahora. Serán  consumidores con mayor actividad y autonomía personales a pesar de su edad, mucho más sensibles a la moda y a todo lo cultural, que usarán habitualmente las TIC y con posibilidades y ganas de comprar.

 

En definitiva, el envejecimiento de la población es un hecho, pero no negativo en si mismo para el retail. Eso sí, obligará a adaptaciones en los productos y en sus sistemas de venta, pero el envejecimiento no nos aboca a un proceso de decadencia en el sector de la moda.

 

 

La noticia:

Japón es uno de los países que tiene más personas de edad avanzada. Según la noticia aparecida en EPC, el mercado de pañales para adultos superará este año al de pañales para bebés y niños.

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.