Opinión

Los inversores vuelven a la moda ¿española?

Modaes

12 abr 2010

La adquisición de Tommy Hilfiger ha hecho disparar todas las alarmas. Phillips-Van Heusen, dueño de Calvin Klein, ha desembolsado 3.000 millones de dólares por la marca estadounidense, lo que ha hecho que inversores de todo el mundo vuelvan a mirar a la moda como un sector atractivo.

Después de dos años de frenazo, las compraventas vuelven a animarse en el sector, especialmente en la banda alta del mercado. La recuperación de las ventas (Tiffany, por ejemplo, ha mejorado su evolución en el último trimestre de 2009), la debilidad del euro y, sobre todo, la adaptación a la coyuntura de las expectativas de los vendedores son algunas de las razones de esta reactivación.

Analistas de todo el mundo apuntan que en el próximo año se verán más operaciones. Inversores y multinacionales ven ahora la oportunidad de adentrarse en el mercado europeo, lo que les permitiría crecer de forma rápida y diversificar sus ventas, tanto geográficamente como con nuevos públicos.

Firmas como Gianfranco Ferre y Malo (propiedad de IT Holding, en quiebra desde hace más de un año), Salvatore Ferragamo, Prada, Roberto Cavalli e, incluso, Bulgari son algunas de las que figuran en las quinielas de los analistas como víctimas de un posible cambio de manos.

¿Sus compradores? Grupos estadounidenses en busca de nuevos mercados y, especialmente, marcas e inversores de China, India, Japón, Rusia y Oriente Medio, que encuentran en la debilidad del euro y en la difícil situación que atraviesan muchas firmas europeas una oportunidad. De hecho, la familia Mittal ya abrió el fuego el año pasado con la compra de la firma alemana Escada.

La duda es, nuevamente, si el interés de estos inversores llegará hasta el mercado español. Firmas como Custo Barcelona han intentado durante los últimos años encontrar un socio inversor, una empresa que han abandonado al no encontrar interesados, aunque se llegó a hablar (sin que la empresa lo comentara) de un inicio de negociaciones con un inversor árabe.

España es un país rico en firmas de moda. Hasta ahí todos de acuerdo. Pero la mayoría de ellas carecen de la estructura empresarial necesaria para seducir a un inversor. Aunque el diseño es un valor enraizado en la cultura española, la salida al mercado de estas colecciones suele ser complicada.

Los inversores buscan resultados, más o menos rápidos. Al escarbar en las cuentas de la mayoría de marcas españolas, suelen encontrar el vacío. Escasa facturación, problemas para encontrar al público, estructura empresarial delgada… Y a todo esto hay que sumar un último factor: la dificultad de lidiar con un diseñador/empresario.

Pero que los inversores no miren al mercado español no tiene por qué significar que España se quede fuera de la oleada de adquisiciones que anticipan los inversores. Pocos son los grupos españoles con pulmón suficiente para participar de este movimiento, pero existen dos ejemplos destacables.

El primer es el grupo familiar Puig. Especializado en el sector de la perfumería, poco a poco, Puig ha creado una división de moda, liderada por marcas como Carolina Herrera y Nina Ricci.

La familia Puig hace gala de la prudencia que caracteriza al empresariado catalán, pero no esconde que, en moda, se siente cómoda. De hecho, una de las pocas entrevistas concedidas por Marc Puig, presidente del grupo, fue de la mano de la diseñadora Carolina Herrera.

Otra opción es el holding andorrano Reig Capital Group. La pasión por la moda de su presidenta, María Reig, es un secreto a voces en el sector. Centrado en el sector tabaquero, inmobiliario y hotelero, Reig Capital Group ha consolidado una división de moda y lujo, que, con base en Londres, ha adquirido firmas como Azzaro. Reig está abierto a compras, pero, de nuevo, de forma cauta.

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Si Modaes es información rigurosa e independiente, On the record es opinión. Modaes expresa a través de este blog su posicionamiento sobre los asuntos más candentes del negocio de la moda y plantea debates sobre las polémicas que se declaran en el sector.