Opinión

La moda ¿un sector de riesgo?

Víctor Fabregat

9 feb 2015

 

 

El sector de la moda tiene un gran atractivo para el público en general, el llamado glamour, pero esta tendencia positiva deviene en una cierta desconfianza por parte del mundo financiero a la hora de ver a sus empresas como generadoras de riqueza y de negocio.

 

Esta desconfianza es consustancial con la propia base del sector, la moda. Este fenómeno, que se sabe lo que es pero no se sabe como se crea o a donde va, provoca la lógica duda de analistas e inversores. Se sabe cuando un producto de moda funciona bien pero la misma volatilidad del producto introduce un claro factor de incertidumbre sobre su evolución futura.

 

Esta incertidumbre aumenta en cuanto se actúa en un mercado muy cambiante y en el que sólo se tiene éxito respondiendo con rapidez a los requerimientos del consumidor. Así, el producto moda tiene una vida rápida y vertiginosa. Desde su concepción a su consumo pueden pasar días, semanas  o algunos meses y luego vuelta a empezar con otros productos. Esta rapidez con la que se mueve y renueva toda la cadena textil hace más factible cometer errores, estratégicos y ejecutivos, que siempre se pagan caros. No es necesario recordar empresas que en un momento determinado acertaron con sus propuestas y lograron el éxito, y unos merecidos beneficios, pero que posteriormente no pudieron reeditar estos logros.

 

Por otra parte, el diseño está ligado muchas veces a una persona concreta: el diseñador. Esta figura es un creativo en el sentido de captar las demandas del mercado y ofrecerle unas respuestas en forma de productos. En este caso, las dudas crecen pues toda la empresa parece girar alrededor de una persona: ¿Y, si tiene una mala racha y pierde su instinto creativo? También aquí los ejemplos negativos no faltan.

 

¿De verdad, son diferentes las empresas de moda?

A pesar de los inciertos factores que hemos descrito, se puede decir que las empresas de moda son especiales en cuanto a las características de su producto y de sus mercados, pero ello no es óbice para señalar también que una adecuada gestión  puede reducir estos riesgos a los que se enfrentan las empresas.

 

La moda es algo variable en si mismo pero no es totalmente imprevisible. Por ello, las empresas trabajan con equipos de diseño capaces de detectar tendencias y realizar las propuestas que mejor incidan en el target de consumidor al que van dirigidas. Por otra parte, el producto es importante pero también lo es como llega éste al consumidor. Los canales, las tiendas, la imagen, la publicidad, el servicio, etc. son factores tanto o más importantes que el producto en si mismo.

 

De esta manera, el papel de los grandes diseñadores ha variado sustancialmente. La figura del creador único y todopoderoso es cada día menos corriente ya que  ha ido evolucionando hacia la del líder (o director de orquesta) de una organización multidisciplinar.

 

La evidencia de los últimos años nos dice que hay empresas de moda  buenas y malas, como en otros sectores. En la telefonía móvil, sector en expansión mundial, hay casos de éxito (Samsung y Apple, líderes del mercado) pero también de fracaso (Nokia y Blackberry). La diferencia la marca seguramente un factor tan intangible como la moda, la buena gestión empresarial, que  nadie sabe lo que es exactamente pero si que se saben los efectos devastadores que provoca cuando no existe. ¿No será esta la diferencia en muchos sectores, incluido el de la moda? 

 

NB: Actualmente, la fuerte corriente inversora en el sector de la moda nos indica que hay gente que cree que puede ser un buen negocio y generar adecuados beneficios para los inversores. Afortunadamente en esto, la moda no es diferente.

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.