Opinión

Es hora de reinventarse

Víctor Fabregat

1 abr 2014

 

 

El sector de la moda respira algo más tranquilo. Desde finales del año anterior se ha ido notando una ligera mejora del mercado. Los aumentos de las ventas se van materializando poco a poco, los clientes están más animados, el ambiente en las ferias es optimista, se revisan algunos proyectos antes aplazados y los inversores internacionales vuelven a mirar España como un mercado interesante.

 

El período de crisis (2007-2013) ha sido de una intensidad que nadie  esperaba. Todo el mundo era consciente que los años dorados se iban a acabar y que el milagro español se iría deshinchando, aunque se esperaba que sucediera de manera contenida. Hasta se creó una palabra soft landing, aterrizaje suave, para definir lo que pasaría una vez alcanzada la cima del crecimiento económico. La realidad ha sido mucho más dura: fuertes caídas del consumo, precios a la baja, restricciones crediticias, pérdidas generalizadas de empleo, reducciones de salarios, etc. Sólo la exportación y el turismo han sido la tabla de de salvación de nuestra economía.

 

Ahora que parece que las cosas van a mejor ¿Qué hacen o qué van hacer las empresas ante la nueva situación?

 

Lo primero que hay que precisar es que la recuperación será lenta, como ya apuntábamos en nuestro post del 21 de Noviembre de 2013. Por ello, no vale simplemente esperar a que “se arreglen las cosas” ya que con esta actitud pasiva pronto nos veremos superados por otros competidores más activos o por recién llegados. Tampoco se volverá a “lo de antes”.Una crisis como la que hemos vivido nunca es en vano y el marco social, económico, empresarial y del consumo no retrocederá hasta  la casilla de salida, como en el juego de la oca.

 

Por ello se impone tener una hoja de ruta en la que se tengan en cuenta las nuevas condiciones del mercado y la capacidad competitiva de la empresa para actuar en el mismo. Este ejercicio   significa volverse a formular preguntas simples pero básicas en todo negocio: ¿Cual es mi mercado? ?Qué ofrece la empresa al mismo? ¿Qué me diferencia de la competencia? ¿Tengo alguna ventaja sobre la misma? Una vez conseguidas las respuestas se ha de diseñar un plan o programa  de mejoras o cambios radicales a efectuar para afrontar la nueva situación. Se trata de “pensar o reinventar” de nuevo la empresa, sea fabricante, distribuidor o detallista.

 

Un aspecto importante es que todo cambio precisa los medios materiales y humanos adecuados. Aquí hemos de señalar el deterioro del capital tecnológico y del capital humano que ha provocado la crisis. Las empresas, en general, no han invertido lo necesario y muchas instalaciones industriales se han vuelto viejas, con la consiguiente pérdida de productividad o el aumento de costes por reparaciones o mayor mantenimiento. En el campo comercial, las instalaciones también han de renovarse para atraer a los clientes.

 

En el aspecto humano, se ha perdido “masa gris” en las empresas, lo que tiene una afectación en la productividad global de las mismas y puede  limitar su desarrollo futuro si se pierde capacidad innovadora o de gestión. La reducción de los costes salariales ha sido una necesidad para la supervivencia de muchas empresas, pero su mantenimiento más allá de lo necesario no hará sino empobrecer el capital humano de las empresas, ya que los mejor preparados  buscarán empleo en otros sectores, una vez mejore la situación.

 

Estos comentarios, además de responder a una reflexión lógica, se adecuan a una visión estratégica de lo que ha de ser nuestro sector, ya que existe unanimidad en que hemos de ir a una oferta de mayor valor añadido, basada en la innovación tecnológica y/u organizativa, en la diferenciación de los productos, en la adaptación a los requerimientos de la clientela, etc.,  para lo que se precisan unos empleados formados y motivados y una gestión empresarial eficiente y proactiva.

 

Trabajo no falta… ¡Manos a la obra!

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.