Opinión

El asalto de los robots

Víctor Fabregat

15 feb 2017

El asalto de los robots

 

 

 

Una de las bases de la cuarta revolución industrial es la masiva presencia de los robots en todas las fases de la manufactura, de tal manera que sustituirán buena parte de la mano de obra actualmente empleada en dichas tareas. Los diversos estudios sobre el tema, aunque difieren sobre el alcance de dicho impacto, alertan sobre la necesidad de establecer políticas sociales de empleo para sostener la renta de los trabajadores excedentes, su formación y reciclado para poderse ocupar en otros nichos del mercado laboral. El tema preocupa y hasta el Foro de Davos se ha hecho receptor del mismo en su reciente cita anual.

 

La producción de prendas de vestuario es una actividad eminentemente manual, pues el proceso de ensamblado se reduce a una máquina de coser manipulada por un operario/a, es decir como se hacía hace un siglo. En décadas anteriores, los países desarrollados intentaron mecanizar esta producción ante el creciente aumento de sus costes laborales pero estos intentos no prosperaron ante la competencia de la globalización, que permitía trasladar los procesos más intensivos en trabajo a otros países menos desarrollados de mano de obra barata. De esta manera, Asia, con China a la cabeza, se ha convertido en la gran factoría que viste a los consumidores de todo el mundo.

 

La llegada de la cuarta revolución industrial abre de nuevo la posibilidad de dar un vuelco al proceso de costura del vestuario. Los avances en visión artificial, robótica, sensores, control informático, etc. pueden generar soluciones a problemas que antes eran muy complicados de abordar.

 

El interés por el tema no sólo se limita a un problema de producción sino que afecta al mismo concepto del negocio de la moda. En unos momentos en que el consumidor pide novedades constantemente, el fabricar lejos del mercado implica un aumento del riesgo de que el producto no llegue a tiempo y se tenga que rebajar o saldar. Además, los costes logísticos, transporte, existencias en curso, etc. representan mayores necesidades de financiación.

 

El lograr una producción automatizada a base de robots permitiría fabricar cerca del mercado consumidor con el correspondiente ahorro de costes logísticos y reducir el tiempo de respuesta, asegurando así una mejor adaptación a los cambiantes gustos de los consumidores.

 

En este proceso de cambio que se otea en el horizonte una de las claves se encuentra en quien dará el primer paso que permita aplicar estas nuevas tecnologías, desarrollarlas y adaptarlas al proceso industrial. En un sector hermano, el calzado, la multinacional alemana Adidas está construyendo una speedfactory altamente automatizada en la ciudad bávara de

Ansbach para producir zapatillas deportivas. Como su nombre indica, el factor clave del proyecto es la velocidad, de tal manera que las zapatillas puedan estar en  la tienda, o en los pies del consumidor, en unos plazos muy reducidos y  se puedan lanzar nuevos modelos rápidamente e incluso que se fabriquen series muy cortas adaptadas a los requerimientos de determinada clientela.

 

Es bien sabido que una zapatilla no es un vestido y que no se puede pensar a corto plazo en  una revolución en la manera tradicional de fabricarlo. Sin embargo, los avances técnicos son imparables y el mercado posiblemente esté preparado para un cambio tan trascendental. Sólo falta saber quién será el líder del proceso. Adidas ha dado el primer paso, observada por su eterna rival Nike. En el caso del vestuario ¿Cuándo tendremos una speedfactory robotizada de Inditex?

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.