Opinión

Cantidad y calidad de la exportación

Víctor Fabregat

11 jul 2014

Uno de los puntos destacados de la economía española es el importante esfuerzo exportador que han realizado las empresas, hecho que se ha acentuado durante la crisis por efecto de la caída del mercado español.

 

Este tema también está presente en el sector de la moda. En este caso, los resultados son verdaderamente espectaculares. En 2013, las exportaciones de vestuario han superado los  8.300 millones, casi doblando las cifras de 2007. Por otra parte, España es el tercer exportador de vestuario en la UE por detrás de Italia y Alemania y un poco por delante de Francia. Los datos en cuanto a empresas exportadoras también son muy positivos. Hemos pasado de 5.750 empresas en 2007 a 8.375 en 2013, con un aumento cercano al 50%.

 

Sin embargo, estas excelentes cifras, por todos reconocidas, no nos han de alejar de un análisis más profundo de la realidad empresarial que está detrás de las mismas. De las 8.375 empresas que han exportado vestuario en 2013, sólo un 25/30% son exportadoras habituales, es decir tienen una actividad exterior continuada.

 

Otro hecho, que se da en la mayoría de sectores industriales, es la elevada concentración de las exportaciones en un número limitado de empresas, de tal manera que las 20 primeras empresas exportadoras del sector representan el 80% del importe total de ventas exteriores. Todo el mundo sabe que las grandes empresas (no es necesario citar los nombres) acaparan la mayor parte de dichas exportaciones.

 

Los datos anteriores reflejan la  particular estructura del sector de la moda en este aspecto: una cúspide de grandes empresas, plenamente internacionalizadas y que siguen sus propias estrategias a medio plazo. A este grupo (la elite) le siguen otras empresas de tipo mediano que cuentan con una presencia exterior consolidada y con una organización suficiente para actuar en dicho mercado. Finalmente, una amplia base de pequeñas empresas que han empezado sus actividades internacionales más recientemente y que todavía no tienen una presencia exterior importante y estable.

 

En estos momentos en que la exportación continúa siendo prioritaria para permitir una salida más rápida de la crisis, se habría de potenciar el grupo de empresas medianas, dada su mayor capacidad de aumentar sus cuotas de mercado en el exterior.

Esta opción no representa dejar de lado a las pequeñas empresas que empiezan su andadura internacional. En este caso se impone el apoyo en las fases de información y prospección, definición estratégica, formación, etc. aunque hay que considerar que los resultados se plasmarán a medio plazo pues para actuar en el exterior hay que acumular una experiencia que no se logra de la noche a la mañana.

 

Naturalmente, el acceder a mercados más grandes exige a todas las empresas un nivel de competitividad adecuado y aquí influyen muchos factores de diversa importancia, desde el nivel de costes hasta la disponibilidad de financiación. Por ello, todas las políticas (macro y micro) que mejoren estos factores son la base para que las empresas puedan  dar este salto al exterior que, de una manera u otra, todos consideramos que es la gran tarea pendiente de muchas empresas del sector de la moda. 

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.